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El Che, más allá del blanco y el negro

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jueves 11 de octubre de 2007 12:45 COT

Con ocasión de los 40 años del asesinato del Che Guevara por el ejército boliviano, Carlos Raúl Van der Weyden Velásquez publica un artículo en equinoXio para colocarlo casi como un enemigo de la especie humana. Un comentario que comencé a escribir para responderle me salió demasiado largo, así que opto por escribir este post para responder al libelista.

El primer pecado del artículo es no tomar distancia del personaje para efectuar un análisis desapasionado que le brinde luces al lector. El título, con tinte amarillista, no deja dudas. En vez de algo así, como “El Che, un mito desdibujado” o “Un ícono de papel”, que podría reflejar la intención del artículo de mostrar un hombre convertido en artículo publicitario e inmaculado pese a sus errores u horrores, de entrada vocifera: “Basta de idolatrar asesinos”.

Si este es el título, el cuerpo del artículo no puede ser distinto. De entrada atosiga de adjetivos las frases, calificando a los que lo idealizan y alaban como personajes de una izquierda “trasnochada, radical y tirapiedra”, y al personaje lo reduce a un “exitoso asesino y represor”. ¿Su fuente? Una de tantas páginas que interpretan la historia a la luz de sus pasiones y sus odios, acomodando los hechos a sus argumentos.

De ahí en adelante, para vestir sus argumentos de objetivos despotrica contra todo el mundo. A uno lo señala de “ultraderechista fanático”, a otros de “furibundos detractores”, sin olvidar a los “enardecidos izquierdistas radicales que lo veneran como a un dios”. ¿Alguna explicación sobre el contexto histórico de las “ejecuciones sumarias” o mención de otras fuentes? No, desde su trono jupiterino, el articulista habla de “crímenes execrables”, “asesino” y “personaje violento y sediento de sangre” colocándolo al mismo nivel de los paramilitares que utilizan la motosierra para deshacerse de sus enemigos.

Y para que no quede duda, lo califica luego como miembro del hampa, a sus admiradores de poseer “moral blanda”, y luego trata de justificar su pasada admiración. Primero dice que fue por ignorancia o adoctrinamiento, y después dice que no, que más bien fue por temor, para finalizar la faena de exculpación advirtiendo su rechazo a este pasado con el retorno a la senda de la “coherencia, el pacifismo y el progresismo”, mientras advierte que el alma del Che se encuentra en el limbo, adobando las últimas frases con “idiotas útiles”, “borregos”, al tiempo que da cuenta de sus ídolos propios, como Gandhi, Mandela y los monjes de Birmania.

No obstante, el Che trasciende la imagen de camiseta o los estereotipos de ángel o asesino, que muestran sus detractores de ocasión y sus incondicionales amigos. Yo, personalmente, admiro al Che no por su vida guerrillera, sino por ser consecuente con sus ideales. Desde que conoció la realidad de la pobreza y la desigualdad en su periplo por Latinoamérica, decidió que la vía armada era la única posibilidad que les quedaba a los pobres del continente para terminar con la injusticia social. ¿Era posible otra vía?

Eran los cincuenta. La intromisión de los Estados Unidos en su patio trasero, imponiendo con dinero y armas dictaduras militares como la de “Tacho” Somoza en Nicaragua, Stroessner en Paraguay, Batista en Cuba, o el fracaso de la vía democrática de Jacobo Árbenz en Guatemala, derrocado por Castillo a quien la CIA armó para que invadiera su propio país, convertía en utópica cualquier posibilidad electoral de llegar al poder. Los revolucionarios de entonces no podían darse el lujo de permitir las maniobras desestabilizadoras de los agentes pro yanquis y de ahí que acudieran a soluciones extremas como las que se mencionan en el artículo.

Época de grandes convulsiones sociales, de aciertos y errores, pero sobre todo de gente comprometida con el ideario de construir una sociedad mejor que la impuesta por el gigante norteamericano que buscaba tender su propia cortina de hierro en plena guerra fría. El Che fue consecuente desde siempre con la revolución latinoamericana y de ahí que se uniera a Fidel en Cuba, pero no quiso quedarse en la molicie burocrática y como muchos en Latinoamérica, creyó que otros países podían seguir el ejemplo cubano, derrocando por las armas gobiernos corruptos. Ahí está su grandeza. Ser consecuente con sus ideales, estar siempre del lado de los oprimidos, brindar su vida, como Camilo en nuestro medio y años después el propio Allende, por un modelo político que acabara con la inequidad.

No fue un estadista, tampoco un político avezado ni mucho menos un burócrata hábil. Fue simplemente un hombre honesto que deseaba terminar con la desigualdad y construir una sociedad más justa. Un hombre así merece respeto y admiración. El mundo ha cambiado, y la vía democrática que en los sesentas era imposible cuando la doctrina de la Seguridad Nacional campeaba por el continente y la Escuela de las Américas preparaba a los militares que tantos crímenes cometieron, hoy es una realidad. Pero eso no obsta para que el Che permanezca como un referente de un hombre que supo ser coherente con sus ideales, hasta el punto de entregar su vida por defenderlos.

Nota al margen: Ghandi, por quien Carlos Raúl expresa su admiración, es un ejemplo del dicho "luz en la calle, oscuridad en la casa". Un tirano con su familia, un padre y esposo desastroso y cruel, pero no por eso se le desconoce como ejemplo de paz y convivencia. Así son los seres humanos, imperfectos por naturaleza.

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37 comentarios a la entrada “El Che, más allá del blanco y el negro”

  1. Julián Ortega Martínez
    jueves 11 de octubre de 2007, 13:40 COT
    1

    ¿O sea que el “contexto histórico” y las buenas intenciones justifica los crímenes? ¿Ese mismo “contexto histórico” justifica, por ejemplo, a Laureano Gómez o a Pinochet porque “salvaron” a nuestros países de las “garras del comunismo” y, en el caso del segundo, “promovió” el “desarrollo económico”?

    Mancharse de sangre es muy fácil, definitivamente.

  2. Schlecter
    jueves 11 de octubre de 2007, 14:49 COT
    2

    Apoyo a Marsares, en este caso.

    El Che es Grande

  3. Schlecter
    jueves 11 de octubre de 2007, 15:03 COT
    3

    Gracias Marsares por mostrarnos lo feo de Gandhi.

  4. Marsares
    jueves 11 de octubre de 2007, 16:19 COT
    4

    Julián:

    No soy juez para absolver o condenar. El contexto histórico explica los hechos, brindando un método de interpretación más cercano a la realidad que el maniqueísmo extremista. A partir de ahí podremos saber si las acciones iban a favor o en contra de la sociedad en la que se realizaron.

    Para no ir muy lejos, miremos dos grandes de nuestro continente que si los aislamos del contexto histórico, también podrían ser calificados de hampones y asesinos. Bolívar, el padre de la patria, hizo lo mismo con los españoles durante la campaña libertadora. También pasó lo mismo con Washington mientras peleaba contra los casacas rojas.

    Y ya más cerca de nuestro tiempo, Mandela, otro de los admirados por Carlos Raúl, también participó de actividades terroristas y apoyó la lucha armada contra el apartheid, recibiendo ayuda del Irgun, el movimiento armado judío que también realizó acciones terroristas en contra de los británicos. ¿Califica Mandela como asesino y hampón?

    La historia es rica en ejemplos. Si nos erigimos en supremos jueces, sólo los ángeles podrán ser absueltos.

  5. Carlos Raúl van der Weyden Velásquez
    jueves 11 de octubre de 2007, 20:26 COT
    5

    Marsares, es una lástima que, además de justificar a un criminal, me descalifiques por cometer la osadía de comportarme como hacen muchos de los integrantes de este maravilloso colectivo, por derrumbar mitos y acabar iconos y falsos ídolos. ¿La honestidad, las palabras bonitas y los ideales nobles justifican el ajusticiamiento de un niño de 16 años, entre otros execrables crímenes cometidos por Guevara?

    Esa es la moral blanda a la que me referí en el artículo. Quizás fui demasiado vehemente, porque pensé de forma ingenua que “sacudiéndolos” podría hacerlos reflexionar, cuando lo que recibí fue insultos irreflexivos y justificaciones indignantes de acciones violentas y sanguinarias amparadas en un “contexto histórico” que muchos no vivimos.

    La verdad, es como si me pidieras que me arrepintiera de nacer en la época en que nací y de vivir un momento histórico en que el mundo está hastiado de un baño de sangre inútil. Muchos de los que justifican, financian y celebran genocidios como los de Iraq, Kosovo, Sudán, Birmania o Colombia, entre otros lugares superan los 40 ó 50 años y creen que la vida, salvo la de ellos, vale manos que un paquete de galletas.

    No pensé que me fuera a salir tan cara la osadía, tradicionalmente elogiada y animada en esta revista independiente y reconocida con justicia, simplemente por no celebrar los crímenes de un hombre que fue muchísimo menos que la foto de Korda y los ideales y valores que supuestamente representa. Piden que despertemos de ciertos letargos pero se acomodan en otros.

    No me retracto de lo escrito en el artículo, salvo de alguna comparación exagerada, pues para mí es claro que bajo ninguna circunstancia puede ser loable idolatrar o admirar asesinos (tal vez a algún ladronzuelo de, digamos, animales de laboratorios farmacéuticos, por ejemplo, lo podría “respetar”, así sea un “delincuente”).

    Agradezco también que me hayan abierto las puertas de la revista y lamento mucho la forma en que se me cerraron. Un saludo a todos.

  6. Bilioso
    jueves 11 de octubre de 2007, 22:29 COT
    6

    ¿De cuáles crímenes hablan? ¿De los fusilamientos? ¿Había otra opción para castigar a esos miserables? ¡No la había! Y bien muertos quedaron esos asquerosos, celebro el fusilamiento de todos los esbirros de Batista que se quedaron en Cuba porque no pudieron escapar con su amo y las arcas de la nación. Una vez tomado el poder el país se queda sin constitución, sin códigos, había que fusilar a esos malnacidos. Yo no sé por qué la vida de esos violadores les parece tan valiosa a los comentaristas del post.

  7. Schlecter
    jueves 11 de octubre de 2007, 23:55 COT
    7

    Bilito, a las familias de cada muerto le importan.

  8. cheguevara
    viernes 12 de octubre de 2007, 05:09 COT
    8

    el CHE, el más grande.
    vivió como pensó, pensó como vivió.
    con ideales, equivocado o no.
    en fin, un grande para la época,le quedó chica la realidad.
    un hombre culto, despojado de lo material.
    un ejemplo a seguir, el Che más vigente que nunca.
    El Che no vive, LATE.
    CHE

  9. Mauricio Duque Arrubla
    viernes 12 de octubre de 2007, 11:00 COT
    9

    No conozco la historia del Che lo suficiente como para opinar, pero el argumento de Marsares me parece que serviría para justificar los asesinatos de nuestro conflicto (de todas las partes) basándonos en el contexto histórico. Solo por esa razón pienso que está equivocado conceptualmente, sin alusiones a personajes específicos

  10. Marsares
    viernes 12 de octubre de 2007, 12:43 COT
    10

    Carlos Raúl:
    Es solo mi visión personal de un personaje que se equivocó y acertó, pero que persiguió durante toda su vida un ideal altruista, lo que muy pocos pueden decir en esta época de camaleones. De otra parte, no pretendo convencer a nadie ni justificar nada, sólo poner de resalto que los hechos del pasado no los podemos explicar desde nuestra óptica presente. Cualquier estudiante de historia lo sabe. El post sólo busca que se analice a éste o a cualquier otro protagonista, en su contexto. Petain prefirió doblegarse ante Hitler y De Gaulle luchar. ¿El uno es un cobarde y el otro un héroe?
    Para poder acercarnos a estos personajes debemos estudiar el momento que vivieron, diferente del actual. Y si se trata de rechazar todo tipo de violencia, tampoco funciona para todas las épocas. No me imagino enfrentando el nazismo con marchas pacifistas en Nueva York, ni al ejército de Morillo rezando avemarías. Enfrentar a un dictador como Batista requería de la lucha armada, pero el error del Che fue hacer una receta igual para todos los países latinoamericanos. No es lo mismo Somoza que Lleras Camargo. Pero, de todas formas, bienvenida la polémica.

    Bilioso:
    El estado de derecho se funda en que los actos de los hombres deben regirse por leyes previas y la historia enseña que la ley la hacen los ganadores. Pero también, que la misma sociedad es la que debe resolver sus problemas creando sus propias leyes. Los insurgentes cubanos crearon sus leyes en el territorio que gobernaban e impusieron, aunque lo rechacemos ahora, la pena de muerte para sus enemigos. ¿Eran justas?
    Aquí deben examinarse los principios universales de los derechos humanos que todos los seres humanos deben respetar, incluyendo el derecho a tener un juicio y poderse defender. Con este basamento y la situación que se vivía se puede llegar a una conclusión. Esto es lo que se le pide al articulista y no la suma de adjetivos y gritos que a nada conducen. El examen sereno de la historia nos aproxima a la realidad vivida.

    Schlecter:
    Por supuesto. En una guerra siempre hay perdedores.

    Cheguevara:
    Es lo que se resalta en el post. Pese a sus errores, su vida estuvo signada por el altruismo. Esto lo rescata para la historia. Haber seguido siempre esta línea de conducta.

    Mauricio:
    Es imposible estudiar los hechos pasados extrayéndolos del contexto en que sucedieron. La permisibilidad al homosexualismo en Grecia no puede estudiarse a la luz del siglo XXI. Las cruzadas de la Edad Media tampoco pueden verse como una lucha contra el terrorismo islamista. Ni la guerra de los mil días, como otro movimiento subversivo alzado en armas contra el Estado. Mucho menos la cruzada de Gandhi y su resistencia pacífica como una receta aplicable a todas las sociedades de todos los tiempos para liberarse de la opresión.
    Cada momento de la historia se basa en unas circunstancias únicas, en fuerzas sociales, económicas y políticas propias de su época. Estudiar todo el conjunto nos ayuda a entender lo sucedido (no a justificarlo) y emitir un concepto. De ahí lo peligroso que resulta verlo todo con la óptica de nuestro convulsionado Siglo XXI.

  11. j.
    viernes 12 de octubre de 2007, 13:30 COT
    11

    Este artículo serviría para defender, justificar y hasta aplaudir la “bravía” existencia de las FARC, creo: “Eran otros tiempos, Tiro Fijo y sus muchachos hicieron lo que era necesario, bla, bla, bla.” Probablemente Tiro Fijo todavía conserve la misma (y aparentemente envidiable) convicción de juventud. Grandes ejemplos los de Marulanda y Reyes y demás reyes del mambo: Personas que tercamente han mantenido sus ideales y sueños de dominación. Cuando Marulanda muera, tal vez pueden tomar este artículo como base para una eulogía bien bonita en esta página.

  12. Julián Ortega Martínez
    viernes 12 de octubre de 2007, 15:47 COT
    12

    Yo insisto: qué fácil es mancharse de sangre y escurrirla por la boca.

  13. nencatacoa
    viernes 12 de octubre de 2007, 16:12 COT
    13

    de acuerdo con carlos raul, normalmente estoy de acuerdo con marsares en casi todo, pero aca se pifio, ok que el tono de carlos raul parezca mamon, como de arzobispo regañon, si usted justifica asi a don guevara, justifica cuando las “buenas intenciones” del m19 entrenaron peladitos en las comunas de medellin y cali, que finalmente cosecho pablo escobar, las mafias y ahora los paras y las pandillas, el problema marsares es que si uno empieza justificando a unos, los otros dicen poque yo no?, por no hablar de las burradas que se hacen en cuba en nombre de la revolucion y de don guevara, tenemos que dejar los tiempos heroicos, o por lo menos de heroismos armados. digame si la historia de colombia no nos enseña eso?, ghandi pudo haber sido un mal padre, pero no ordeno matar ingleses, politicamente tambien se equivoco, si la corriente de nehru no hubiera prevalecido no estaria la india de ahora llena de empresas informaticas sino entregada a buscar un pasado bucolico con mas miseria y mas hambre de la que tiene ahora. y ni hablar de la particion de pakistan. por liberar un pais de un imperio, quebrando la moral del enemigo, haciendolo avergonzarse de sus acciones, por eso es que se le admira, igual que a mandela y ahora a los monjes de birmania

  14. Rafa XII
    viernes 12 de octubre de 2007, 17:00 COT
    14

    Acabo de comentar algo al respecto en el artículo que da origen a este y lo retomo aquí.

    Si los dictadores fascistas y comunistas han sido sanguinarios y asesinos, los que se sublevan en contra de ellos, por más justa que sea su causa, son asesinos también.

    La muerte violenta de personas, sean éstas contrarias a lo que uno piense, de naciones enemigas, de religiones distintas o de otras razas, es un crimen, por más contextos históricos, corrientes ideológicas y causas que se le pongan de adorno para justificarlas.

  15. Mornatur
    viernes 12 de octubre de 2007, 17:59 COT
    15

    Sólo voy a reiterar lo que dije en el artìculo original: la vida es sagrada. Punto. Tomar las armas en pro de cualquier causa implica la posibilidad directa de sacrificar vidas – porque las armas no se toman en vano. Como sabían a la perfección los samurais, una espada no se desenvaina sin motivo y no regresa a la funda sin honor. Pero cuando el honor implica la muerte de otro ser, es un honor vacío.

    Las muertes ocasionadas por Guevara, bien por sus propias armas o por las de aquellos que, con la excusa de sus “ideales”, lo siguen, son suficientes para que no se justifique ninguna de sus acciones.

    La retórica justificatoria de la violencia no es más que una larga cadena de excusas para el uso del poder, que empezó antes de la historia y tal vez nos lleve a nuestro fin, quizá incluso antes que el bendito asteroide.

    En resumen, la toma del poder por las armas en Cuba pone a esos revolucionarios al mismo nivel de Bush, Hitler, Stalin… y Genghis Khan, y Atila, y Anibal, y Escipión, y Agamenón.

    NINGUNA CAUSA JUSTIFICA UNA MUERTE.

    Post Scriptum:
    Marsares, Carlos R: Dejen de alimentar al Troll. ¿No ven que está ocupado preparando la reapariciòn de Aprix?

  16. Schlecter
    viernes 12 de octubre de 2007, 20:11 COT
    16

    La pregunta es:

    ¿Todo militar es asesino?

    El leon como cabras y no por ello es malo o inmoral.

    El oficio de un militar es luerte y la guerra. Una nacion sin ejercito es como un tipo castrado.

    Pero el mundo es asi: LA Realidad. Siempre habran ejercitos, siempre habran muertos de bando y bando, cada parte justificara sus acciones por mas horrendas que sean.

    Los Jefes Nazis siempre estuvieron convencido de lo correcto de sus actos, estaban convencidos de que las potencias occidenales los comprenderian… el ser humano siempre busca recursos mentales para evitar sentirse culpables.

    Claro el recurso siempre queda corto ante la monstrusidad de los actos.

    El Che fue un militar y sego vidas.

    ¿Pero era libre de hacer algo diferente?

    Es decir se inmiscuyo en una guerra lejana a la tierra de nacimiento, y cada vez los ideales de revolucion lo carcomian, dio todo por eso idales, por sacar adelante una revolucion.

    Hay que tener cuidado con las ideas que vienen de europa en especial si tratan de recuperar la libertad del pueblo.

    ¿Como seria cuba si el Che no existiera?

    Bue…una nacion pobre, gobernada quizas por algun dictadorzuelo caribeño….pero eso es solo especulacion ¿no?

  17. Sentido Común
    sbado 13 de octubre de 2007, 09:53 COT
    17

    A todos los foristas:
    Celebro este post de Masares porque lo considero, no como una defensa más del Che Guevara, ni como la justificación de algún horror contra el derecho humanitario, con el que decimos estar todos de acuerdo, si no porque constituye más allá de todo esto, una pequeña (o grande, según se le mire) lección sobre el difícil arte de opinar. Lo que entiendo y destaco en el escrito de Marsares es su defensa de la objetividad crítica, que fue exactamente el sentido del comentario que le hice a Carlos Raúl en su encendido post. Observo que varios de los comentaristas son personas jóvenes, que tienden a juzgar planamente las cosas, pero cuya edad no les hace ajenos a la necesidad de analizar la historia en perspectiva, no moralistamente. La moral es cambiante, al igual que la ley. No se hable aquí de justificaciones o de exaltación de crímenes. Háblese de comprensión del mundo y la civilización. Hoy mismo nuestros comunes conceptos morales occidentales son inaplicables en otras latitudes, y no por eso somos mejores o peores: somos diferentes.

    Termino observando que Marsares olvidó responder a Carlos Raúl algo muy central, cuando habla de que se le han cerrado las puertas de EQNX. Tortazos nos llueven a muchos, casi a todos, especialmente cuando se escoge un tema tan interesante como el que escogió Carlos Raúl, máxime si se comete el error de tomar partido por una tesis tan difícil de sostener, como que las muertes ocasionadas en desarrollo de una cruzada social en el pasado puedan ser vistas a la luz del Código Penal de hoy. Y peor aún, como resalta Marsares, cuando se brinda tan poca o ninguna prueba sobre las duras acusaciones que se hacen. Miremos así a las FARC de hoy, a los paras y a los parapolíticos, pero no encarcelemos a Robin Hood.

    Carlos Raúl, las puertas están más abiertas que nunca, y opiniones como las suyas hacen equilibrio en EQNX. No deje que los árboles le impidan ver el bosque.

    SC

  18. Julián Ortega Martínez
    sbado 13 de octubre de 2007, 10:34 COT
    18

    Arrogante como de costumbre, Sentido Común. Ahora sólo los “viejos” como tú pueden opinar. Yo sigo sin entender qué “cruzada social” justifica la ejecución de un “pela”ito” de 16 años. De verdad, y vuelvo a insistir, mancharse de sangre es tan fácil… no hay necesidad de estar sosteniendo una camándula o “chupar iglesia” los domingos para darse cuenta de eso. Entonces la historia “absolverá” a las FARC también, por lo visto.

  19. Julián Ortega Martínez
    sbado 13 de octubre de 2007, 10:45 COT
    19

    Dice The Economist, la mejor revista del mundo:

    As Jorge Castañeda, one of Guevara”s biographers, notes, Che”s lingering influence has retarded the emergence of a modern, democratic left in parts of Latin America.

    Totalmente de acuerdo, aunque no es la única ni la principal causa, desde luego. Eso no lo quieren entender Caycedo, Jhonson Bastidas y demás áulicos de Tirofijo.

  20. Sentido Común
    sbado 13 de octubre de 2007, 15:23 COT
    20

    No Juli, no es arrogancia y desármate de una vez por todas, que no te estoy atacando. Si no entiendes eso que dices, con el tiempo lo entenderás, cuando seas un poquito más viejo. Lo importante es el mensaje de Marsares para todos nosotros. Míralo así.
    Un saludo cordial.

  21. Julián Ortega Martínez
    sbado 13 de octubre de 2007, 17:44 COT
    21

    O sea que dentro de unos años “justificaré”, según SC, los crímenes de los demás, especialmente de aquellos “ideológicamente cercanos a mí”. SC cree que soy igual a él y que me encanta mancharme de sangre (como los furibistas, que quieren mancharse en “sangre guerrillera” y dejarle sus cenizas “a la patria” cuando mueran). Después preguntan que por qué uno a veces se cansa o se indigna de ser colombiano. Qué mentalidad, por favor.

  22. Mornatur
    domingo 14 de octubre de 2007, 09:54 COT
    22

    Sentido Común:
    Tengo que seguir disintiendo. No se trata de mirar el pasado a la luz del derecho actual. Una muerte es una muerte, cuando sea que haya ocurrido. Un asesinato lo seguirá siendo siempre. Nótese, además, que no estamos hablando de hechos ocurridos hace tanto tiempo que no existiera una conciencia crítica sobre consideraciones humanitarias de la guerra.

    Más aún, mi punto es simple: la guerra es mala, sea quien sea su protagonista. Y cuando ese protagonista, amén de las bajas en combate – que siguen siendo muertes violentas pero que temporalmente llamaremos “legítimas” – ha ejecutado personas desarmadas – lo mismo que le pasó a él finalmente – y ha promovido la violencia como camino, esa guerra no sólo es “mala” sino completamente criminal. Quiero hacer hincapié en que no mencioné el nombre de Guevara, ni el de Bush, y mucho menos el de ningún colombiano. Esa afirmación es válida para toda persona que asuma esa actitud, INCLUYENDO EL CHE GUEVARA.

    Y un consejo: no menosprecie las opiniones jóvenes. Me temo que estoy de acuerdo con Julián en que se trata de arrogancia. Y no lo digo porque me caiga el guante – hace un rato que no me cae – sino porque la vida me ha enseñado que la sabiduría puede venir de cualquier mente.

  23. Marsares
    domingo 14 de octubre de 2007, 10:31 COT
    23

    J:
    J, por Dios. La historia no se pinta de blanco y negro. Hay muchos grises y ahí está la sagacidad del intérprete para poder navegar entre ellos y hacer un examen razonable del hecho que pretende interpretar (repito, no justificar) para sus lectores. Y ya que hablas de las Farc, recuerda que no nacieron simplemente porque a Marulanda se le ocurrió un día que había que delinquir en armas. Mientras bandoleros como Tarzán, Arbolito y Chispas asolaban parte del territorio nacional, al igual que hoy lo hace la segunda generación de paras, parte de las guerrillas liberales fueron abandonadas por sus jefes políticos. Estas guerrillas, que no pasaban de unos cuantos hombres, fueron atacadas en su área de influencia del Sumapaz en una torpe acción militar del gobierno Valencia, debiendo huir hacia los llanos. Sin más camino que la insurgencia, y visto el fracaso de la desmovilización de Guadalupe Salcedo, vilmente asesinado en Bogotá, se transforman en 1964 en las Farc y cambian su ideología liberal por el marxismo. El ELN con influencia cubana y el EPL brazo armado del PCC-ML, disidencia del PCC, nacen también por esa época. Muchos factores explican la creación de estas guerrillas, diferentes en sus fines de las que hoy combaten al Estado. Pero no por haberse convertido en narcotraficantes, podemos negar que su creación fue ideológica y perseguían un fin distinto. Lo propio podemos decir de los primeros grupos de autodefensa, pero eso es harina de otro costal. Baste con decir, que la interpretación de los hechos históricos no se puede hacer con la mente caliente y la estrecha visión del presente.

    Julián:
    Es tu derecho.

    Nentecoa:
    Parece que debes leer nuevamente el artículo. No justifico a Guevara, simplemente trato de situarme en el momento que vivió para entender (solamente entender) sus acciones. No estoy formulando juicios sobre si sus ideas eran correctas, sirvieron o no, para la transformación de la sociedad, porque este no es el motivo del post, sino un llamado para que cuando se comente se haga con la mayor objetividad posible, brindando elementos de juicio a los lectores para que ellos saquen sus propios conclusiones. La labor del periodista es analizar e informar, no enjuiciar. Y respecto a lo de Gandhi fue solo un ejemplo de que todos los seres humanos, salvo los que creen poseer la verdad revelada, somos falibles por naturaleza, pero en muchas ocasiones, pese a los errores, los aciertos bastan para tenerlos en cuenta como figuras que ayudaron al devenir histórico.

    Rafa XII:
    Bueno, respeto tu opinión, pero la miro igual de radical a los que pretenden resolver todo a punta de violencia. ¿Has pensado en la legítima defensa? Si mi país es invadido como le sucedió a la URSS o Francia en la Segunda Guerra Mundial, y a sangre y fuego nos expolian y destruyen todo lo que hemos construido y cualquier voz que proteste es castigada con la muerte, me siento en el corredor de mi casa a esperar que vengan por mi. Lo siento, pero yo, tomo un arma y combato a los enemigos. Defiendo mi familia, defiendo mi país, defiendo lo que nos hizo posibles como nación. Pero esta no es una receta para todas las situaciones, como tampoco lo es la “resistencia civil”. Depende de lo que se esté viviendo. Los extremos son viciosos.

    Mornatur:
    Claro que la vida es sagrada empezando por la mía, de ahí que el derecho contemple la legítima defensa como causal exculpatoria. Si a mi se me ataca, tengo el derecho de defenderme. Ahora, bien diferente es la violencia como un elemento para oprimir, violar los derechos de los demás, esclavizar, destruir. Pero cuando se trata de defender lo suyo, de una tiranía sanguinaria (Birmania es un ejemplo) es lícito y para mi moralmente aceptable enfrentar con armas este tipo de violencia y derrocar a los tiranos. Con buenas intenciones sólo se consigue fortalecer a los sátrapas. Hitler es un buen ejemplo cercano. ¿Había otra manera de derrotar la máquina militar nazi que enfrentándola militarmente? Los judíos ortodoxos, en el ghetto de Varsovia, trataron de hacerlo por la vía pacífica y los masacraron hasta que los jóvenes se organizaron como milicia y combatieron a los nazis. Este levantamiento es un hito en la historia de la humanidad por la libertad. ¿Los partisanos en Francia en la II Guerra Mundial, y los lanceros en los llanos colombianos en la campaña libertadora, para poner solo dos ejemplos, deben ser considerados asesinos por luchar contra la tiranía? ¿Es comparable Hitler que mata seis millones de judíos indefensos al ejército aliado que liberó Europa del nazismo? Muy radical tu punto de vista, hecho para un mundo de ángeles.

    Schlecter:
    ¿El militar es asesino por naturaleza? Como el mundo mismo, depende. Si miramos la óptica de algunos foristas de esta entrada, sí. Si miramos la vida misma y por lo que he respondido, lo absoluto de la afirmación pierde validez. No son necesarios para la existencia de un país, pero son importantes frente a una agresión externa. Al respecto, una acotación. Vivo en Costa Rica, un país que no necesita ejército para vivir y es un ejemplo de convivencia, pese a las múltiples dificultades que debe sobrellevar. Ahora, cualquier acción que atente contra la humanidad, concita el rechazo universal. No es lo mismo levantarse en armas contra un tirano que el tirano mismo. En otras palabras, luchar por la libertad no es lo mismo que hacerlo por la tiranía.

    Sentido Común:
    Un comentario muy claro que pone en su verdadero lugar la entrada. El noble oficio del periodismo exige rigurosidad en la investigación, objetividad en el análisis e imparcialidad en las conclusiones. La consulta de varias fuentes, concordantes u opuestas y análisis del momento histórico que produjo el hecho, nos acercará a su comprensión, a explicarnos el por qué de lo sucedido. Esto no significa justificarlo. El ascenso del nazismo no se produjo porque la derecha es mala o porque los alemanes son un pueblo problemático que siempre ha querido avasallar a sus vecinos o porque los arios son racistas por naturaleza. Hubo condiciones económicas y sociales luego de la derrota de la I Guerra Mundial que favorecieron el ascenso de Hitler. Pero esto solo lo podemos entender si analizamos esa época. Lo propio harán los historiadores futuros cuando traten de entender el por qué del fenómeno Uribe.

    Julián:
    Nada lo justifica, pero si puede explicarse teniendo una perspectiva histórica. El análisis no puede versar sobre la edad del uno y el poder del otro. Muchos pela’itos de 16 años son sicarios en las comunas de Medellín, por ejemplo. Y muchos poderosos son compasivos o justos. El hecho no está en que el uno mató al otro, sino en las circunstancias en que sucedió el hecho para saber realmente qué pasó y luego de saberlo, analizarlo, discutirlo y, de acuerdo con las creencias o convicciones propias, hacer un juicio de valor que lo justifique o no. Y respecto a las FARC, hay suficientes elementos de juicio para examinar sus hechos en este momento y calificar muchas de sus actividades como crímenes contra la humanidad, pero la absolución o condena le corresponderá a los analistas futuros que desde la perspectiva histórica, estudien el fenómeno y a la Corte Penal Internacional, si tiene ocasión para ello.
    Ahora, respecto al analista de “The Economist” bienvenido este comentario, en el que se demuestra que si se estudian los hechos juiciosamente se puede llegar a conclusiones razonables. Y por favor, cambia el verbo, el comentarista debe analizar y explicar los hechos, no “justificar” o rechazar. Esa es una tarea que le corresponde a los lectores. Ahora, siguiendo el ritmo del hilo argumental y dado que el mundo es así, y no de ángeles bajados del cielo, creo que el único camino es el de “indignarse”, no de ser colombiano, sino de ser humano, pero como las otras especies también matan, creo que al final sólo queda indignarse de pertenecer a los seres vivos.

  24. Sergio Méndez
    domingo 14 de octubre de 2007, 11:25 COT
    24

    En buena medida concuerdo con las críticas del artículos de Marsares.En general usar “el momento histórico” como justificación de una actuación que puede considerarse inmoral o criminal, es un argumento débil. En ese sentido, va lo mismo para bilioso: claro que el Che y los miembros de la revolución tenían alternativa distinta a los juicios sumarios y los fusilamientos en masa (por ejemplo, un juicio justo y una sentencia justa).

    Ya volviendo al punto de Marsares, dos cosas. Creo que en todo caso el Che fue una persona honesta y con principios, y se le puede considerar un revolucionario latinoamericano por excelencia. Yo compartiría con el el afán de independencia e de igualdad. Pero desafortunadamente se equivoco de ideología para representar esos intereses legitimos. Y ahí va mi segundo punto: el che podía ser un tipo coherente, pero eso no es suficiente si uno es coherente con grupo de principios no sólo errados sino poderasamente nocivos.

  25. Julián Ortega Martínez
    domingo 14 de octubre de 2007, 11:34 COT
    25

    Marsares, los que se manchan de sangre son los defensores del Che, o de Tirofijo, o de Franco, o de Pinochet. A mí no me metas en ese costal de la ignominia.

  26. Sentido Común
    domingo 14 de octubre de 2007, 23:37 COT
    26

    Para cerrar mi participación en este interesante foro que iniciara Carlos Raúl en con su post “Basta de idolatrar asesinos”,

    Mornatur:
    Recuerde que la democracia, como la conocemos hoy, tiene su origen en la Revolución Francesa, llevada a cabo en las postrimerías del siglo XVIII. Dentro de este proceso social que culminó con la proclamación de la República y el ascenso de Napoleón al poder, en calidad de dictador, rodaron textualmente muchas cabezas, siendo las más significativas las de Luís XVI y María Antonieta, guillotinados por decisión de la Convención Nacional.

    Sin duda, los defensores a ultranza de la vida, como lo somos al parecer todos aquí, jamás volveríamos atrás nuestra mirada para enjuiciar como asesinos históricos a los miembros de la Convención, sin que para nada ello signifique justificar la muerte de unas 40 mil personas, que a los ojos de hoy podría haberse evitado. Lo cierto es que con este bañito de sangre se gestaron el sistema republicano y el poder del pueblo dentro del Estado, del que aparentemente disfruta hoy buena parte del mundo. ¿Conclusión? La que usted quiera sacar.

    Mi oposición a la guerra, cualquiera, es ya bien conocida y muy sentada en EQNX, de manera que no necesito agregar nada. En cambio sí le cuento que no menosprecio a nadie, y menos por la edad. Lo obvio es que si existe y se tiene sabiduría juvenil, simplemente hay que demostrarla, no presumirla.

    Marsares:
    Completamente de acuerdo. Pero la claridad a que alude respecto de mi comentario parece no haber sido observada si no por usted y todo se sigue centrando en un juicio por asesinato. Quizás incluir el nombre del Che en el título del post no ayudó. Mas, el alumno corrigiendo al maestro no está bien. Debo reconocer aquí que lo poco que pueda tener de periodismo mi participación en EQNX, se lo debo a la guía de dos personas muy buenas en este arte, usted y el señor Julio Suárez Anturi. Hoy me siento en la necesidad de emular su equilibrio y buen tino en el manejo de un foro tan complicado y conflictivo como es este. Saludo, SC

  27. Marsares
    martes 16 de octubre de 2007, 08:10 COT
    27

    Sergio:
    El “momento histórico” lo utilizan los intérpretes de los hechos como una herramienta para el análisis. Las conclusiones que saque de dicho análisis es otro cuento. Pero hablar de la historia sin tener en cuenta el contexto en el que se produjo el hecho, conduce a desviaciones, estereotipos, maniqueísmos y abstracciones que dan una visión errada y personalista. El artículo materia de esta entrada, es un ejemplo palmario.

    Julián:
    No entiendo. Mi respuesta aludía a tu afirmación: “Después preguntan que por qué uno a veces se cansa o se indigna de ser colombiano” razón que me motivó a responderte que si así son las cosas de radicales, al final acaba uno por avergonzarse de pertenecer a los seres vivos. De ahí que no entienda aquello de que te estoy metiendo “en ese costal de ignominia” y de que yo me encuentre manchado de sangre, simplemente por defender la objetividad periodística.

    Sentido común:
    Cierto, el título hubiera ayudado a ganar en claridad, si no se hubiera incluido al “Che” en él. El referirse a un artículo concreto como ejemplo de que esta no es la forma de hacer periodismo, quizás influyó para colocar su nombre en él. Pero la anotación es válida y enriquece el proceso de aprendizaje en el que todos los que participamos en este proyecto, nos encontramos empeñados.

  28. Julián Ortega Martínez
    martes 16 de octubre de 2007, 09:11 COT
    28

    Marsares, me refería a tu respuesta (comentario 23) a mi comentario (12). Entendí que me decías que estaba en “mi derecho” de mancharme fácilmente de sangre

  29. Rafa XII
    martes 16 de octubre de 2007, 12:19 COT
    29

    Marsares:

    La legítima defensa, dirán los abogados, -que por aquí son varios- es apenas un atenuante para explicar el motivo que tiene una persona para matar a otra, pero igual es un hecho indeseable y que solamente debe ser el último recurso, no el primero.

  30. Julián Ortega Martínez
    martes 16 de octubre de 2007, 16:45 COT
    30

    Sería chévere que el autor de este artículo se pasara por la réplica que hace nuestro columnista científico.

  31. Marsares
    martes 16 de octubre de 2007, 17:17 COT
    31

    Julián:
    Como no explican. Pero bueno, me doy por enterado.

    Rafa XII:
    Esto no es patrimonio de los abogados sino de la carta de derechos humanos de la ONU y, por supuesto, el mismo nombre lo dice: “defensa” y aparte, debe ser proporcional al ataque. Y desde la revolución Francesa, la legítima defensa no sólo es individual sino colectiva. Los pueblos también tienen derecho a rebelarse contra los tiranos.

    Julián:
    ¿Y eso que tiene que ver con la objetividad periodística que es la materia del presente artículo? Cualquier manual de periodismo la trata en sus primeras páginas como premisa para dedicarse a este oficio. Pero en fin, ya veo que mientras acá se habla de manzanas, algunos foristas hablan de peras. Se parecen al señor presidente Uribe, que le preguntan por una cosa y responde con otra. Mientras yo hablo de que el periodismo debe ser responsable e imparcial, responden que el Che es un criminal. Si digo que el periodismo debe ser veraz, objetivo, desapasionado, me dicen que estoy justificando criminales. Si advierto que su función es informar, no gritar, acudir al análisis no a la diatriba, claman que el Che violó los derechos humanos. Así las cosas, según parece, nos podemos quedar eternidades discutiendo por un lado el tema central, y por el otro, el ejemplo. Como bien se ve estamos ante un diálogo de sordos. Les recomiendo, para los que deseen profundizar el asunto, leer el manual de El País sobre lo que debe ser un periodista, y su responsabilidad con los lectores.

    Como ya la tautología reina en este foro, les sugiero se trasladen al de Ciencia y conciencia, para dar nuevas luces sobre el tema que aborda y sus múltiples aristas. Una lunada, un círculo de amigos, un par de lamparazos, nada mejor para pasar un buen fin de semana.

    Un abrazo a todos los foristas y gracias por su participación,

  32. Julián Ortega Martínez
    jueves 18 de octubre de 2007, 10:55 COT
    32

    El hecho de que el Che diera la vida y sacrificara las de muchos no hace mejores sus ideas, que bebían de las fuentes de uno de los grandes sistemas totalitarios. Sus proyectos y sus consignas no han dejado más que un reguero de fracaso y de muerte, tanto en el único sitio donde triunfaron, la Cuba de Castro, como en los lugares en los que no alcanzaron la victoria, desde el Congo de Kabila a la Bolivia de Barrientos. Y todo ello sin contar los muchos países en los que, deseosos de seguir el ejemplo de este mito temerario, miles de jóvenes se lanzaron a la lunática aventura de crear a tiros al “hombre nuevo”.

    Seducidos por la estrategia del “foquismo”, de crear muchos Vietnam, la única aportación contrastable de los insurgentes seguidores de Guevara a la política latinoamericana fue ofrecer nuevas coartadas a las tendencias autoritarias que germinaban en el continente. Gracias a su desafío armado, las dictaduras militares de derechas pudieron presentarse a sí mismas como un mal menor, cuando no como una inexorable necesidad frente a otra dictadura militar simétrica, como la castrista.

    Caudillo Che, editorial de El País (el diario de la izquierda del peor país de Europa) del 10 de octubre de 2007, protestado por la redacción tirapiedra de ese periódico, según la publicación electrónica ultraderechista y falangista Periodista Digital.

  33. o-lu
    sbado 20 de octubre de 2007, 10:07 COT
    33

    Qué pelotera la que se armo.
    No entro a comentarios sobre el Che, me limito a senahlar un par de cosas:

    1. Observo que a menudo las personas juzgan hechos lejanos en la distancia o en el tiempo con el filtro del hoy y del aca. Haciendo esto, a menudo inconscientemente, les atribuyen los defectos y las calidades del ahora y del aca a hechos sobre los que tienen un conocimiento muy superficial. En concreto, pienso que para entender una buena cantidad de fenomenos sociales e historicos, muchos opinadores colombianos de este equinoXio leen con el filtro “Farc” (o “Auc”). Es decir, se asume que los actos violentos de antanho o de otros hemisferios equivalen o son lo mismo que los que conforman nuestra cotidianidad mas cercana.
    Este modo de argumentar es muy parcial e induce a abreviaciones erroneas. Creo que para luchar contra ese “filtro” que naturalmente se tiene, hay que multiplicar las lecturas y los puntos de vista.

    2. El segundo asunto se refiere a la violencia, su uso, su (i)legitimidad. Este tema es grande, tiene muchos ribetes, ha dado lugar a cantidad de discusiones filosoficas, sociales, historicas… Hechos historicos que aun hoy se celebran y que fueron el resultado del uso de la violencia los hay muchos (desde la pedrada de David a Goliat, pasando por la resistencia de los esclavos en la antigua Roma hasta la guerra de los aliados contra Hitler o la resistencia de los franceses durante la ocupacion).
    Curiosamente, en las conversaciones entre colombianos he notado que no se tienen en cuenta estos hechos consensuales. En Colombia se pone todo en un blanco y negro ahistorico y se asumen absolutos puristas. Este enfoque me resulta excesivamente simplista. La relaciono con el hartazgo de haber vivido en un pais muy violento, pero de nuevo, invito a considerar de manera amplia este tema, y a investigar por el sentido de los hechos, de las acciones humanas.

  34. o-lu
    sbado 20 de octubre de 2007, 10:37 COT
    34

    PS: Julian, muy oportunos los dos enlaces.

    Aca completo el comunicado de la redaccion:

    “La Redacción de EL PAÍS quiere mostrar su disconformidad con el editorial titulado Caudillo Guevara, publicado el pasado día 10 de octubre. Más de dos tercios de los redactores (250) consideran que el texto publicado no abordaba en su totalidad la figura de un personaje como el Che Guevara que, con sus luces y sus sombras, es lo suficientemente compleja para haberla tratado como si no hubiera una escala de grises.

    El Estatuto de la Redacción contempla la posibilidad de discrepar de un editorial siempre que se logren reunir las firmas necesarias, que cifra en un mínimo de dos tercios de los redactores. En ejercicio de este mecanismo de transparencia y democracia interna, único en la prensa española, se ha habilitado este espacio para dejar testimonio de nuestra discrepancia.”

    Y lo que refiere un columnista de El Pais, José Vidal-Beneyto:

    “Al proceso de mitificación de la figura de Che Guevara que produjo la leyenda dorada que ha rodeado su vida y obra ha sucedido una enconada campaña de ataques y descrédito cuyo propósito es sustituirla por otra leyenda, pero ésta negra, que ponga fin a toda posible consideración positiva del sentido de su lucha.

    Las numerosas acciones lanzadas con ese fin, entre otras, aquí en Francia, el libro del periodista exiliado cubano Jacobo Machover La cara oculta del Che, se sitúan en el marco de la poderosa movilización ideológica mundial que, inspirada en la doctrina de los neocons norteamericanos y lanzada por sus think tanks, aspira a privar de legitimidad todas las opciones de progreso y a abortar las iniciativas políticas que las revindiquen.

    El editorial de EL PAÍS Caudillo Guevara del pasado día 10 se sitúa en esa línea, que no creo que corresponda, ni en su simplista y sesgada argumentación ni en la agresividad de sus modos expositivos, con la posición dominante de este periódico.

    Pues intentar acabar con el mito de Che Guevara a fuerza de insultos y de infundios, y reducir la complejidad de su persona y planteamientos -no puede olvidarse sus críticas a la Unión Soviética, entre otros lugares en el discurso de Argel- al comportamiento de un terrorista, no es sólo una falsificación de la historia, sino que, sobre todo, representa la total negación de cualquier hipótesis de transformación radical de la sociedad. Lo que en América Latina equivale a condenar a la miseria y a los enfrentamientos suicidas a un continente. Destino que se opone al propósito fundacional de EL PAÍS y a su compromiso con la lucha por las libertades y la justicia social en España y, hoy, desde su recién inaugurada condición de diario global en el mundo. Que muchos de quienes tenemos algo que ver con él queremos que se mantenga y confirme.

  35. lully, Reflexiones al desnudo
    sbado 20 de octubre de 2007, 19:40 COT
    35

    Hola a todos!
    Más sobre más sobre el Ché

    Abrazos equinoXiales!

  36. lully, Reflexiones al desnudo
    sbado 20 de octubre de 2007, 19:43 COT
    36

    Me equivoqué de enlace, se los repito porque tiene videos y es de uno de mis lectores
    más sobre el Ché
    Solo para ilustrar, otro saludito!

  37. Focvs
    lunes 22 de octubre de 2007, 09:23 COT
    37

    Excelente articulo, sobre todo por la honestidad.
    La figura de Guevara, ha ido tan de mano en mano desde esa esa triste mañana en la Higuera; que se agradece siempre, que venga alguna pluma firme y centrada a separar la paja del trigo.

    Del Che mucho de ha dicho, y de mil formas lo han llamado, pero muy pocos lo han leído o estudiado. Y ha este respecto es (o sería) interesante separar, la mirada que se tiene del Che, en tanto iconografía político cultural; o si se quiere en tanto connotación de una imagen (la Foto en sí),de las del hombre que la proyecta por haber adquirido una dimensión y contenido propios y distintos de las del hombre que la proyecta.

    En resumen es bueno recordar siempre, quién es el Che; no quedarnos con la imagen que “LE” hemos construído, una imagen que; en tanto discurso, cultural, social o político; nos es y será siempre muy funcional, pero que no “ES” en hombre que murió en las Montañas de Bolivia. Se puede intentar la titánica tarea de seguir el ideario del Che; pero el que era el Che hombre ya esta muerto.

    Una vez mas.. gracias Marsares, excelente articulo; aproposito… sería interesante cambiar opiniones sobre el tema de la Democracia moderna, por que tengo ideas distintas, que me interesaría contrastar, apropósito del caso de mi propio país.

    Soy Focvs
    Y la Mverte no es vna Metáfora



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