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Septiembre 3rd, 2006

¿Cuando perdona la sociedad?

Es una buena pregunta que no recuerdo haberme hecho antes. En lo personal, muchos de nosotros acostumbramos a perdonar casi diariamente y a que así nos perdonen personas cercanas. Digo ‘muchos de nosotros’, porque en ese diario vivir encontramos gente con viejas heridas abiertas que no han sanado o no sanarán nunca. Cuando hay verdadero perdón, las heridas se vuelven cicatrices y tienden a desaparecer, como si usáramos concha de nácar o baba de caracol.
 
Para citar un rápido y oportuno ejemplo, mientras escribía esta nota, un conocido me envió por error un correo dirigido a otra persona, en el que hace una mala alusión a mí, tratando de indisponerme con alguien a quien aprecio. Siendo algo privado, lo menciono aquí porque además de llegar a mi correo, le llegó a toda una lista de distribución y perdió su carácter confidencial. Aprovecho entonces este escrito para expresarle a mi conocido, que si modifica sinceramente su actitud disociadora contra mi persona (situación que ya había percibido antes, pero no tenía prueba), podrá darse por perdonado una y mil veces, como perdonado me siento hoy por un error involuntario que cometí recientemente con el grupo. Obras son amores y no buenas razones.
 
Podría decir que esta misma lógica y sentimiento aplican en lo social, pero estaría cayendo en un argumento fútil. El ser humano actúa distinto como individuo que como miembro de una tribu, y en el segundo caso la complejidad aumenta en proporción directa al tamaño de su comunidad. Entran entonces a jugar un papel decisivo la comunicación y el tiempo, las que modifican coyunturalmente todo hecho, por grave o simple que este sea. Me explico: por razones de comunicación, no piensan igual un neoyorquino que un berlinés sobre lo que fueron las MSS de Hitler. En razón al tiempo transcurrido, no es el mismo mundo de 1939 el que recibe hoy la noticia de que Günter Grass perteneció a la inteligencia nazi, luego de que ha sido reconocido como gran literato merecedor del Nóbel, pero sobre todo, cuando tantos ciudadanos del mundo son indiferentes a lo sucedido en la segunda guerra mundial, en Corea, en Vietnam, en Afganistán o en Irán.
 
Personalmente pienso que Grass evolucionó muy positivamente desde su filiación prematura con los nazis hasta su madurez intelectual, la que le valió el reconocimiento mundial en las letras. Pero en nuestro mundo, el perdón social o su condena al alemán, solo podrán ser medidos por mecanismos tan triviales como el opinómetro. En últimas, el perdón social es inmensurable e intangible.
 
Sentido Común

Posted by Sentido Común as Homo Urbanis at 11:23 PM COT

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Agosto 20th, 2006

Jugando con candela

Un juez colombiano acaba de proferir fallo condenatorio contra la conocida ‘periodista’ farandulera Graciela Torres, apodada “La negra candela”, por la publicación en televisión de un video con escenas de la vida íntima de la actriz Lully Bossa, sin autorización de esta, y por posteriores comentarios radiales que en alusión al hecho hiciera Torres.
 
De inmediato, el periódico de mayor cubrimiento del país califica la decisión del juez de ‘inédita’ y publica declaraciones de la condenada, en las que inductivamente esta denuncia que con el fallo contra ella “se está castigando a toda la prensa colombiana”. Desproporcionado y estúpido argumento, especialmente viniendo de alguien que es capaz de desnudar públicamente, sin autorización, la intimidad de alguien, con el afán comercial de alimentar el morbo de una audiencia superficial y anónima, como es su clientela. Los comentarios posteriores por radio los justifica Torres como "un seguimiento a la noticia". ¿Es que acaso es noticia que una mujer tenga relaciones sexuales con su hombre? Lo que si es claro es que traficar con imagenes y juicios que comprometan la honra de alguien es un delito despreciable, un verdadero atentado moral a la intimidad del ser.
 
La tradicional solidaridad de los periodistas con los periodistas no puede llegar al grado de publicitar en negativo una buena noticia, como es el castigo ejemplarizante que le profiere hoy la justicia a quien ha abusado de su poder de comunicadora social para demoler el prestigio de un ser humano. El periodismo intrínsicamente es un servicio público de gran importancia para fortalecer la democracia, y el periodista no debe convertirse en la vedette, ni utilizar los medios para manipular el mensaje u ofender la integridad de las personas. Con un erróneo anhelo de convertir a la prensa en una industria más dentro del inevitable capitalismo salvaje (hacia el que se dirige cada vez más el mundo contemporáneo), los periodistas no lograrán liderar el fenómeno social de la comunicación y en consecuencia, la verdadera libertad de prensa, la que se basa en la responsabilidad, estará cada vez en mayor peligro de extinción. 
 
Lección importante para los bloggers, de mantenerse al margen del esclavista ‘rating’ para lograr la credibilidad que pierden cada día los magos del mercadeo de medios y opinión pública. La responsabilidad sobre las noticias o los artículos de opinión publicados en la Internet recae en sus autores y dueños, por lo cual resultará importante mantener un nivel de profundidad y seriedad alto sobre los juicios que se emitan, cuidándose de caer en la injuria o calumnia contra gente inocente. Sobre este hecho no cabe solidaridad alguna de gremio. La prensa verdaderamente libre lo será en razón a un manejo adecuado de la información u opinión, el cual no dependa de lazos de poder económico y político. La blogosfera tiene en sus manos la oportunidad de cambiar el rumbo de la comunicación social.
 
¿Seremos capaces los bloggers de vencer este tremendo reto, apartándonos de los principios globales de la comercialización? 

Posted by Sentido Común as Homo Urbanis at 2:28 PM COT

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Agosto 7th, 2006

El comandante en su laberinto

POLICROMIA

Comienzo por aclarar que no soy experto en temas internacionales, ni mucho menos en la revolución cubana, pero tengo elementos de juicio posiblemente interesantes que me permiten ofrecer una óptica más, dentro del espectro de opiniones que con motivo del reciente problema de salud del comandante Fidel se están dando a borbotones.

Uno de los efectos más nocivos de la guerra fría es el engendro de una mentalidad colectiva en blanco y negro. Crecí en el pequeño y parroquial mundo de la Bogotá de los años sesenta, con la imagen ‘gloriosa’ del Frente Nacional, el Crem Helado, Cochise Rodríguez, El Club del Clan, el pasaje de los hippies y los íconos universales de Juan XXIII, John F. Kennedy, Nikita Kruschev y claro, Fidel Castro. Los dos primeros eran buenos y los otros dos malos. Así de fácil. Eso mismo ocurría en la política local: mientras vivíamos la época del estado de sitio y el toque de queda, amparados con el báculo del Cardenal Concha Córdoba y la tinta de El Tiempo, Guillermo León Valencia, y los primos Lleras Camargo y Lleras Restrepo eran ilustres prohombres mesiánicos, mientras que Gilberto Vieira representaba al mismísimo demonio hecho hombre.

Curiosamente, el general Rojas Pinilla gozaba entonces de los dos estatus, dependiendo de la recordación familiar que se tuviera de sus años de gobierno. Mi padre era y sigue siendo rojista (a pesar de la muerte del general hace más de treinta años) y eso me ha brindado, aparte de una gran lección sobre el valor de la lealtad a los ideales, la oportunidad de formarme intelectualmente por fuera de los cánones intelectuales de mis amigos de infancia y juventud, todos ellos amarrados al bipartidismo tradicional colombiano, como correspondía a nuestro medio social. Con este antecedente, he mirado siempre cuidadosamente a los hombres y sus hechos, tratando de no incurrir en prejuicios ni odios de transmisión socio-generacional, como resulta ser el anticastrismo.

Admiré desde muy niño a Fidel Castro y su revolución porque representaban para mí un ejemplo de justicia social e igualdad (aún creía en ella). Eso me alejó siempre de los corrillos donde se repetían chistes y anécdotas, que más que humor, destilaban hiel contra el gobernante caribeño. La verdad es que tanto ellos como yo desconocíamos cabalmente la realidad de la isla y basábamos nuestra posición personal en un imaginario de segunda mano, como suele suceder con tantas cosas.

Mantuve por mucho tiempo la idea que acabo de describir, hasta que la vida me dio la oportunidad de conocer de cerca la realidad de Cuba. En 2003 me hice acreedor a una beca del BHSF para estudiar la política de vivienda cubana, cuyo programa Arquitecto de la Comunidad fue ganador del premio Hábitat Mundial. En desarrollo de tal beca conocí la Cuba que no ven los turistas, hablé con los cubanos que no entrevistan los medios y conocí realidades que no se ven en una encuesta. Todo esto cambió mi opinión de alguna manera.

 
LA CUBA QUE CONOCÍ
Dignidad. Es el adjetivo que primero se me viene a la mente para definir a Cuba. Podrían seguir dos más, terquedad y ceguera, pero prefiero recordar el más positivo de los tres. De alguna manera el cubano es un argentino con acento costeño. Si hay algo que ellos no puedan hacer, no lo conocen. Quienes defienden el régimen, lo hacen con valentía y convicción, quienes lo atacan lo hacen con resentimiento. Pero la verdad sea dicha, los defensores no son mayoría clara frente a los opositores. Se siente mucho inconformismo, especialmente entre los jóvenes. Llama la atención que las principales preocupaciones y frustraciones de estos muchachos, nacidos dentro del régimen castrista, consistan en banalidades como la dificultad de poseer un par de bluyines Levi’s o la imposibilidad de comer una espantosa hamburguesa McDonald’s.
 
A este punto ha llegado la inevitable infiltración publicitaria del capitalismo, cuando desdeñan los logros colectivos de su sistema y decaen en su empeño por sacarlo adelante, como hicieron sus padres y abuelos. Esta penetración cultural tiene una explicación, y es el pésimo manejo de la comunicación social, que recuerda los peores años del comunismo en la URSS. La conexión a Internet y las comunicaciones de larga distancia tienen una censura oficial en la práctica, pues son excesivamente costosas para un cubano (y caras y deficientes para el visitante), el celular prácticamente no existe y la televisión y la radio son medios por los que el gobierno intenta presentarles diariamente a los cubanos un mundo irreal, con la magia de la edición y el trucaje.
 
Pero es bien importante hacer claridad en que para opositores y seguidores del régimen, la palabra Cuba no se pronuncia sin acompañarla del nombre Fidel. La suya es una figura más que paterna, patriarcal, pues para mal o para bien, es él quien ha hecho de Cuba lo que es hoy, con tanta fuerza y pasión, que su mención es imprescindible al tocar casi cualquier tema en la isla, de la que todos hablan con inocultable orgullo.
 
Existen tres categorías de ciudadanos claramente definidas: los que trabajan directamente en el alto gobierno, los que se destacan como científicos, artistas o deportistas y los demás cubanos. En este último grupo es evidente la lucha por ubicarse en trabajos que tengan contacto con el turismo y el dólar. Aunque la mayoría de cubanos son profesionales, un mesero en un buen restaurante o un botones en un hotel lujoso tienen mejores ingresos que un médico o un arquitecto. Con excepción de los activos propios de las inversiones extranjeras (principalmente españolas y venezolanas) en Cuba todo pertenece al Estado, desde el gran hotel Nacional, pasando por el Coppelia, hasta el último cocotaxi o puesto callejero de frutas. Y del Estado depende el empleo, que en la isla es pleno, pese a la queja generalizada de su baja remuneración. Por tal razón puede decirse que todos los cubanos trabajan en empleos oficiales, pero existe un estatus más alto para quienes detentan cargos en la burocracia propiamente dicha. Por lo general no ganan más, pero poseen prerrogativas y privilegios que allí valen mucho.
 
Por ejemplo, un alto empleado posee un Lada 94, negro brillante y limpio, un empleado gubernamental de rango medio el mismo Lada pero gris opaco y sin lavar. Los demás vehículos ‘particulares’ son en su mayoría los llamados “almendrones”, carros americanos de los años 50’ y 60’s, que milagrosamente funcionan. El turismo tiene en cambio a su disposición taxis, buses y carros de alquiler de marcas reconocidas y modelos recientes o nuevos.
 

LOGROS VISIBLES
Se requiere poco tiempo para constatar el cubrimiento real que tiene la población en materia de educación, con el simple trato con los isleños. Desde la primaria hasta los postgrados, este derecho gratuito es mirado más como un deber de todo ciudadano. Es fácil y corriente encontrar personas con dos y tres carreras, como difícil encontrar a alguien que no tenga alguna especialización o doctorado. No obstante el bajo nivel de calidad de vida (desde la óptica nuestra), viven orgullosos de su educación y la valoran abiertamente. No existe analfabetismo y el nivel académico es exigente por igual en toda escuela o centro educativo.
 
Otro gran triunfo de la revolución es la medicina. Su cubrimiento es también total, gratuito y de alta calidad, pese a los precarios medios con que se ejerce. Para un cubano cualquiera es difícil creer que por falta de dinero, en un país como Colombia mueran dos niños diariamente o se deje de tratar una enfermedad grave a quien lo requiere; como difícil de creer para ellos es que en nuestro país haya gente muriéndose textualmente de hambre.  
 
El cubano es un pueblo que ha sabido resistir estoicamente las consecuencias políticas que se derivaron de la oposición de su régimen político al dominio de los Estados Unidos. Una actitud de honor que ningún otro país tercermundista haya iniciado jamás con éxito y que Cuba intentó llevar adelante a través del socialismo, como un moderno David contra el gigante Goliat.
 
En el camino de esta lucha Fidel cometió seguramente varios crasos errores, como fue la exportación de su revolución a otras naciones (incluida la nuestra) cuando el principal argumento para defender a Cuba y solidarizarse con esta era y es el de la autonomía y el libre ejercicio de la soberanía nacional. Pero lo cierto es que el relativo fracaso de la revolución cubana se debe más a una posición intransigente de la nación más poderosa del mundo a permitir que otros pueblos intenten un nuevo sistema social, que a la demostración científica de que el hombre moderno esté condenado a vivir en una sociedad capitalista y de consumo.  
 
La vida en La Habana tiene limitaciones (para nosotros) que se hacen menos graves a medida que nos alejamos de la capital. A pesar de carecer de una infraestructura de servicios cómoda y de una señalización adecuada, las vías a lo largo del país se encuentran en buen estado. Las viviendas rurales han sido reforzadas para soportar huracanes y las nuevas se han construido con especificaciones tan exageradas que parecen verdaderos dados de concreto. Hay tugurios en La Habana y en Santiago, aunque los esconden cuidadosamente al turismo. Pero no hay hogar sin techo, ni viviendo en zonas de alto riesgo o insalubres, como sucede en Colombia. Comparte con nosotros la tristeza de tener desplazados, pero la mayoría de los suyos está en Miami y en España. Otros lamentablemente han sido desplazados definitivamente de este mundo, en uno más de los errores fatales cometidos por Castro en el pasado, los fusilamientos.

 
LOS TIEMPOS CAMBIAN
A comienzos de los años 90 Cuba vivió una de sus peores etapas, el recrudecimiento del embargo comercial impuesto por Estados Unidos desde la crisis de los misiles en los años sesenta, esta vez a causa de la participación de sus tropas en revoluciones ajenas, como la de Angola. Era la época en que su territorio se prestaba para el entrenamiento de ejércitos insurgentes de todo el mundo (entre ellos FARC, ELN y M-19).

Pero la consigna para salir de la terrible depresión fue precisamente abandonar la injerencia en otros países, menguar la beligerancia política y dedicarse a la explotación del turismo. Una economía basada en la producción y exportación de bienes de consumo, como la pensó Fidel inicialmente, estaría actualmente en aprietos, pues la fama de Cuba ha sido lograda con productos de dudosa aceptación masiva hoy, en una aldea global en vía de depuración. Los finos habanos y el buen ron tienen gran resistencia médica y el azúcar igualmente está siendo sustituida mundialmente por otros edulcorantes. De manera que la industria sin chimeneas ha sido un buen planteamiento en el aspecto económico.

 
El lunar de esta apertura al turismo lo constituye el contraste del nivel de vida de sus nacionales con el de los visitantes, lo cual se pone de presente en el impresionante aumento de la prostitución y la mendicidad. En La Habana muchas mujeres se ofrecen por doquier y muchas personas se acercan a pedir un dólar a cambio de algún favor o simplemente de nada. Estas actividades son ejercidas por una masa de gente considerada como un lastre social, pero que escapa al control de las autoridades. Una de las razones de la revolución cubana fue la de dejar de ser el burdel de los estados unidos y si en algo insistió el socialismo por mucho tiempo fue en el desprecio por el dólar y por el Tío Sam. Resulta irónico que se haya llegado finalmente a un espectáculo en contrario como el que se da en las calles día tras día.
 
En Cuba existen, no una, ni dos, ni tres, sino cuatro monedas: El peso cubano, para comprar los baratos y muy malos productos de la canasta familiar, tras interminables filas (las familias reciben una libreta de bonos mensual para sus compras básicas), el dólar oficial que se compra y vende en el banco (solo hay un banco), el dólar negro que es el que ingresa a la isla por el turismo, y el peso convertible, que curiosamente es un billete paralelo impreso por el gobierno.

 
UN POCO DE ANÁLISIS Y FUTUROLOGIA
Estando allí, el interrogante sobre la transición y el relevo tiene pronta respuesta. La preparación no solo de Raúl Castro para asumir el cargo de Fidel, sino de muchos personajes, todos muy familiarmente relacionados y cercanos a la silla del poder, es un hecho y se viene estructurando hace ya más de un lustro. La transición comenzó precisamente con la apertura al turismo, con las consecuencias malas que anoté antes, pero con una recuperación económica necesaria y justa, que los libró literalmente de la muerte.
 
Tildar al régimen de Cuba como una dictadura totalitaria es un gran error, pues su sistema democrático para la toma de decisiones importantes y la elección de líderes populares dentro el gobierno no tiene tacha en la gente del común. Nadie habla de fraude ni manipulación de la opinión y están convencidos de que el sistema no puede poner en juego su estabilidad, confrontándolo con tesis contrarias, cuando en la práctica no existe ninguna alternativa realmente constituida ni liderada. Pese a todo lo que se diga, el sistema democrático que conocí en Cuba funciona tan bien o mejor como puede funcionar la utopía del gobierno del pueblo en cualquier otro país, en la medida en que en la isla hay verdaderamente un solo pueblo y puede decirse que está en el gobierno. Lo demás les corresponde decidirlo a ellos, y solo a ellos.
 
Mientras subsistan el bloqueo económico y el embargo es difícil soñar con una isla próspera y una economía sana, pero lo más aterrador es la coexistencia de dos mundos de pensamiento tan contrario. Al término de un viaje de placer por toda la isla, coincidí con mis compañeros de aventura, (tres uruguayas y un brasilero) en que Fidel y Cuba se encuentran en un laberinto casi ciego, en el que se han adentrado por casi medio siglo. Teniendo en cuenta las presiones que desde el exterior se alientan, la salida de este laberinto fácilmente podría causar una cruel guerra civil.
 
Si bien la figura de Fidel no ofrece resistencia hasta el punto de una rebelión popular, como lo demuestran todos estos años de revolución, no es clara la aceptación de un sucesor suyo nombrado arbitrariamente, especialmente cuando se encuentra sobrevolando la isla un escuadrón de buitres que en sus alas llevan pintada la sigla C.I.A.

Posted by Sentido Común as Homo Urbanis at 12:41 PM COT

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Junio 28th, 2006

El rincón del vago


Un escándalo acaba de enredar al actual Contralor del Distrito, Óscar González Arana, por un posible caso de plagio en la publicación, junto con otros funcionarios, de un libro armado a punta de “cut and paste”. González se defiende diciendo que fue un simple olvido de su parte el no citar las fuentes utilizadas en la aludida publicación. Read the rest of this entry »

Posted by Sentido Común as Homo Urbanis at 9:14 AM COT

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Junio 8th, 2006

Primer ministro

 
De todos modos esperé que pasara el día para escribir esta entrada, porque detesto gastar tiempo en cosas que no se van a usar. Como todo parece indicar que el mundo no se acabó hoy y que mañana podrán leerme muchos sobrevivientes del 666, procedo a tratar un tema sobre el que quiero llamar la atención de propios y extraños: El ordenamiento territorial. Read the rest of this entry »

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Mayo 27th, 2006

¿A Usted le ha gustado?

Tradicionalmente Homo Urbanis es un blog sobre cultura urbana, pero con el perdón de mis lectores,
el tema que tocaré hoy tiene que ver directamente con política. El momento así lo exige.
 
Rompo este extraño silencio para susurrar a su oído "…a ratos, ser colombiano me produce tristeza." No recuerdo una campaña presidencial más lánguida que la que termina: un ex candidato que botó la llave, otros tres candidatos que jugaron limpio al debate democrático, esforzándose por vender sus panelas a los colombianos, pero compitieron en condiciones de desigualdad con un fantasmita bravucón que, apertrechado en el poder, solo apareció para escupir fuego y desprestigiar las panelas de los otros. Como quien dice, pelea de tigre con burro amarrado. Pero parece que a la mayoría de la gente le ha gustado eso.
 
El próximo 28 de mayo, si no sucede algún milagro, será reelegido Uribe. Que la publicidad y los medios alienan al hombre y definen sus decisiones no es ningún secreto, pero que tanta gente apoye a quien durante cuatro años ha sido la cabeza de un gobierno demostradamente corrupto y politiquero, de verdad que da grima. Pero parece que a la mayoría de la gente le ha gustado eso.  
 
La democracia no consiste en el elegir al mejor, sino en aceptar lo que la mayoría decida. La colombiana no es la mejor expresión del sentir común por cuanto adolece de centenarios vicios como el fraude, la compra de votos y últimamente la coerción. En consecuencia, existe un altísimo nivel de abstención, incredulidad e inconformismo con el régimen, pero asombrosamente, o tal vez por ello mismo, esa masa de la población poco o nada se manifiesta en las elecciones. El tono triunfalista de los uribistas contrasta con los rostros de una masa creciente de colombianos que hoy se encuentran en condiciones de pobreza o indigencia. Esta situación no aguanta por mucho tiempo la controversia de si existe una buena medición o no, aunque el presidente cree haberla dirimido con el cambio de su primer director del DANE, hecho desde el cual le funcionan mejor las cifras y el país marcha optimista a su lado. Crece el P.I.B. y bajan el poder adquisitivo y el ingreso per capita, pero parece que a la mayoría de la gente le ha gustado eso.
 
Parecemos en verdad un pueblo condenado a su suerte, pero por mucho más que cien años. Un país de odios, envidias, ilegalidad, corrupción, violencia, ignorancia y pobreza no puede menos que mantener en el poder al máximo representante de las elites que así lo forjaron; demostrado está que ahora además hay otra elite emergente y facinerosa que apoya al presidente candidato, pero parece que a la mayoría de la gente le ha gustado eso.
 

Vamos, habitantes del Polo Club y La Castellana, de Niza y Pontevedra, de La Alambra y de Cedritos: se necesitan todos sus votos y su apoyo. Ustedes, gente bien que hacía sus compras en Chapinero, antes de Unicentro, que se educó políticamente con el editorial de El Tiempo y que ayudó a elegir a los Lleras y a los Pastrana, a López y a Turbay, a Gaviria y a Samper, a votar otra vez unidos ya saben por quien.

Posted by Sentido Común as Homo Urbanis at 5:48 PM COT

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Mayo 8th, 2006

Casa Tomada

Daniel es su nombre y solo lo supe muchos días después de caminar juntos en busca de un sitio para alojar el sueño despierto que descubrimos común. Daniel es algo así como un maestro de obra que conoce su oficio y lo práctica con ganas, por lo que mi condición de arquitecto nos dio para pensar que asociar nuestras fuerzas sería conveniente y fácil. Fue así que salimos la mañana de un miércoles cualquiera a recorrer la ciudad digital, en busca de un lotecito baldío que nos sirviera para levantar sobre él el edificio idealizado.
 
Comenzaríamos desyerbándolo y sacando todo lo que no fuera útil o bueno. Luego vendría el diseño y a continuación la obra. Para ganar tiempo, durante la caminata empecé a hacer rayas en una servilleta de papel, que pronto Daniel interpretó como planos (aunque nunca lo fueron) y comenzó a convertir en materia una simple idea. En unos pocos días nos habíamos hecho amigos sin darnos cuenta.
 
Sucedió entonces algo imprevisto. Una tarde ya casi sobre las seis, nos encontramos en una plaza con un grupo de manifestantes grafitteros que gritaban abajos a un colega por la forma indecorosa como escribía sus graffiti. Sin más, nos acercamos y gritamos con ellos lo mismo un rato (Daniel y yo también hacemos graffiti), hasta que nos aburrimos. Cuando se hizo noche y nos calentábamos con las antorchas de la marcha, descubrimos que en el fondo la protesta no era contra el fulano en sí, sino simplemente contra la irresponsabilidad y agresión de sus palabras.
 
Encontramos en aquel grupo un sentimiento común con respecto a la necesidad de un espacio de expresión donde se pudiera abrir paso una nueva forma de comunicación. Esa noche todos caminamos incansablemente y elucubramos hasta más no poder. Queríamos escribir un manifiesto de protesta y sentar en él nuestra posición en contra de la violencia, así fuera de palabra.
 
Todos terminamos agotados, tirados en el pasto de un parque, frente a una vieja casa abandonada y misteriosa. Convencidos solo de la necesidad de inventar el espacio anhelado y compartirlo, fue así que decidimos entrar a la casa y tomarla. Eran exactamente las doce y un minuto de la noche del 21 de marzo de 2006, pleno comienzo del equinoccio de primavera. Entonces sacamos la llave de la alcantarilla y abrimos la vieja puerta de roble, que aún permanecía bien cerrada. Encontramos intactas y desoladas todas sus generosas estancias y decidimos acomodarnos y descansar hasta el día siguiente, para asear y ordenar luego lo que parecía no había sido tocado sino por el polvo durante años*. Subimos las escaleras  y cada quien encontró su sitio. Olga Lucía, la única mujer del grupo, escogió de primera su alcoba. Le siguieron Álvaro, David, Daniel, Marco y Juan Manuel. Conmigo éramos siete, pero había muchas más habitaciones para ocupar. Ya llegaría al otro día Julián e irían llegando paulatinamente CaroBotero, La Rana, Julio, Lully y muchos más.
 
Me ha correspondido en suerte la buhardilla. Por fortuna es grande, porque tengo cinco pesadas maletas de cuero que ocupan mucho campo y aquí caben bien. El espacio es amplio, claro y cálido, como toda la casa, a pesar de ser tan antigua. Hay una sola ventana, más bien grande, que mira hacia el mundo. Un mundo (el mío) del que seguiré escribiendo con el mayor sentido común que pueda, hasta que me canse alguna vez.
 
Mañana será otro día…gracias Cortazar. Clic.
 
 
 

Posted by Sentido Común as Homo Urbanis at 3:44 PM COT

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Marzo 18th, 2006

Otro ladrillo en el muro


We don’t need no education
We don’t need no thought control
No dark sarcasm in the classroom
Teachers leave the kids alone
Hey teacher leave us kids alone
All in all it was just another brick in the wall
All in all you’re just another brick in the wall

De algo más deben servir estos blogs que para escribir ríos y ríos de bites. Hay una denuncia grave desde Cali y la conocí a través de la Rana de Berden. Una escuela en Cali ha sido objeto de segregación por parte de unos constructores exclusivistas que han querido tapar el sol con los dedos, tapiando una escuela vecina a su obra maestra ‘Ciudad Verde’.

Ante tal esperpento, y movido por los comentarios de mi colega de vicio, Álvaro Ramírez y de Peter Pan , he decidido actuar de la única manera que se me ocurre, enviando un derecho de petición a las autoridades competentes (o incompetentes) para que se apersonen del caso. Si es que no lo han hecho.

Por tal motivo les solicito a los lectores que deseen vincularse a la campaña, que me envíen su nombre y número de documento de identificación (no será publicado en la red) antes día domingo 26 de marzo, a mejiaco@gmail.com, para enviar la carta por correo electrónico al día siguiente. El texto es el siguiente:

———————————————————-
Bogotá, marzo 16 de 2006

Señores
DEPARTAMENTO ADMINISTRATIVO DE PLANEACIÓN MUNICIPAL DE SANTIAGO DE CALI
Atención: Señor Director
Cali, Colombia

Ref.: DERECHO DE PETICIÓN

Respetado Director:

Los abajo firmantes, invocando el artículo 23 de la Constitución Política Nacional, solicitamos la intervención inmediata de su Despacho en el caso del levantamiento de un absurdo muro por parte de los constructores de Ciudad Jardín, con el cual aparentemente buscaron separarse de sus vecinos de Valle del Lilí, donde funciona una sede escolar de Incolballet, y que afecta directamente a los alumnos de primaria que asisten a clases.

La solicitud se centra en tres tópicos:

Solicitamos a ese Departamento determinar con base en qué licencia de construcción se apoyó la obra, y si llegare a existir tal acto administrativo, que no creemos, proceder a la revocatoria directa de la misma, por cuanto a todas luces viola el Plan de Ordenamiento Territorial de Cali y demás normas que lo complementan.
Proceder de oficio a la apertura de las respectivas investigaciones disciplinarias, administrativas y penales, teniendo en cuenta la gravedad de la denuncia que hacemos por este medio.
Ordenar la inmediata demolición del muro que amenaza la calidad del hábitat escolar y viola claramente derechos fundamentales, protegidos por la Constitución.

Agradecemos el interés que su Despacho preste a la presente dentro de los términos de ley, entendiéndose que el fin último del Derecho de Petición no es obtener una respuesta sino una solución efectiva a una solicitud respetuosa.

Compulsamos copia a la Alcaldía, a la Personería, a la Procuraduría, al Ministerio de Educación Nacional y a varios medios de comunicación. Recibimos notificaciones en el correo electrónico mejiaco@gmail.com

Cordial saludo,

GUILLERMO MEJÍA C.

Posted by Sentido Común as Homo Urbanis at 1:28 AM COT

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Febrero 27th, 2006

A mover la colita

De Constanza Duque mantengo la imagen de una actriz de carácter, seria y profesional. La diva protagonizó el primer (y último) cortometraje que he hecho en la vida y debido principalmente al bajísimo presupuesto, ella encarnaba los cuatro personajes estelares que tenia la historia. Era la clase de cine con Camila Loboguerrero y encontré a Constanza, hermana del paisa Duque, haciendo teatro e interesada en aceptar cualquier cosa que se le ofreciera. Aceptó, se rodó y mi película la catapultó a la fama.

Sorpresa grande me causó verla hace una semana en el programa de concurso ‘Bailando por un sueño’ que lanzó RCN, canal al que profeso alguna antipatía especial, aunque desconozco las causas exactas. Pero más sorpresa me viene causando el gusto que me despertó el concurso, el cual debí ver de nuevo el sábado y domingo pasados, porque me encarreté con el cuento.

Es una especie de reallity con un esquema parecido al programa de Caracol que hace poco critiqué en esta misma columna, pero tiene varios ingredientes que lo hacen diferente y mejor. En primer lugar el tema del baile resulta delicioso y relajante. Las historias de los que buscan cumplir su sueño no se dramatizan tan sensibleramente como lo hacen en ‘Tengo una ilusión’. El jurado es un grupo de cuatro ‘cuchillas’ que despotrican sobre la coreografía, pero le dan interés y suspenso al concurso. Los presentadores son simpáticos y amenos, los concursantes encarnan alguna fantasía y muestran su empeño en lograrla y para rematar, el montaje, la producción y los ritmos y temas escogidos le dan mucha alegría y variedad. Me gustó, para qué. Creo que es algo distinto y rico de ver en ese horario, pues logra el efecto dopamina que todos necesitamos al final de la semana.

Posted by Sentido Común as Homo Urbanis at 10:29 PM COT

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Febrero 24th, 2006

Vida al Parque

Al hombre que desde el Concejo de Bogotá arrancó de las garras de los constructores un gran sector de la ciudad, que afortunadamente hoy conocemos como PARQUE Simón Bolívar… La salida del congelador del tema expropiación Country Club de Bogotá pone nuevamente sobre el tapete la discusión sobre sus beneficios y sus inconveniencias. Por falta de documentación y de tiempo, debo ser sucinto en esta nota, pero pretendo abrir con ella un espacio de discusión en el que seguiré insistiendo en breve. Para comenzar, es de Perogrullo que un parque público que beneficiaría a un amplio sector densamente poblado, que carece de áreas verdes recreativas, deportivas y contemplativas (Cedritos), estaría mejor sintonizado con el interés general que la simple existencia pasiva de un gran pulmón verde privado (1.400 accionistas), destinado a la práctica de deportes tan elitistas como el golf, el polo o la equitación. Pero la cosa, como suele suceder siempre, no es tan sencilla. Veamos. Cuando en febrero de 2000 el Alcalde Peñalosa anunció la intención de su Administración de convertir los actuales terrenos del club en un parque metropolitano, la decisión se fundamentó en los Acuerdos 7 de 1979 y 6 de 1990, que determinaron este suelo como ‘zona verde metropolitana’; posteriormente vía POT se estableció la posibilidad de destinar los terrenos a uso público. Llovieron entonces voces de apoyo de la ciudadanía en general y críticas de todo orden, por parte de los socios y vecinos del costado sur del Country Club. Beneficios tangibles e innegables como la apertura de un gran espacio público verde para la ciudad y la descongestión vial de la carrera 15 al norte. Como oposición a la idea se adujo incluso la negativa del club de hace muchos años a aceptar como socio al padre del Alcalde, el ‘muñeco’ Peñalosa, como un motivo de retaliación personal del burgomaestre contra sus socios. Absurda tesis, típica de nustra ‘piscarria’ bogotana. Se habló también de deterioro y desvalorización en los terrenos adyacentes y de muchas otras desventajas sin importancia. Pero al finalizar Peñalosa su período, Mockus decidió bajarle fuerza a las baterías y su acción se fue por el lado del proceso conciliatorio, el cual hasta ahora está rindiendo resultados en la Administración Garzón, como es el anunciado por El Tiempo hoy. Al respecto de esta información de prensa algo ligera, considero importante enfatizar la importancia de la visión urbana a futuro de Enrique Peñalosa en su propósito de hacer de éste sector un magnífico parque, que haga parte de un gran circuito urbano. Para quienes desconocen a fondo la labor del exalcalde y aún piensan que solo le metió la mano al norte (en proyectos como la renovación de la carrera 15), deben saber que la mayor parte de la inversión pública en su alcaldía se repartió entre el programa de desmarginalización, la recuperación y generación de espacio público de alta calidad y la conformación de sectores de vivienda social servidos por infraestructura y equipamiento urbano con altos estándares, como la red de escuelas, bibliotecas, parques, ciclorutas y alamedas con que hoy cuenta Bogotá. Vale la pena darse una vueltica por el sur y el sur occidente. Ya para rematar mi comentario, con el ánimo de abrirle los ojos a muchos lectores de éste blog sobre el riesgo de que una iniciativa como la del Parque Country Club pudiera convertirse en un negociado más, me concedo licencia para hacerle un sentido homenaje al hombre que desde el Concejo de Bogotá arrancó de las garras de los constructores un gran sector de la ciudad, en el cual se pensaba construir el lucrativo megaproyecto de 140.000 viviendas irónicamente llamado ‘Ciudad Verde’, que afortunadamente hoy conocemos como PARQUE Simón Bolívar (al que pertenece la fotografía que ilustra esta nota). Para mí es motivo de especial orgullo poder pasear por allí con mis dos hijos y explicarles que toda ésa belleza es hoy posible gracias al empecinamiento en hacer primar el bien general sobre el interés particular, que caracterizó la vida pública de su abuelo. Por eso me siento en la obligación moral de seguir sus pasos.

Posted by Sentido Común as Homo Urbanis at 10:42 AM COT

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