Operación Jaque Mate
Artículo destacadoPor Daniel Ramos
mircoles 10 de abril de 2013 3:36 COT
Foto: José Miguel Gómez | Reuters |
La marcha masiva de ayer, 9 de abril, refrenda una vez más el interés de los colombianos por conseguir la paz: es una manifestación de apoyo clara al proceso de La Habana. ¿Sabrán las partes capitalizar este apoyo? El presidente Santos estuvo en primera fila, sin su escéptico ministro de Defensa, claro está.
Las razones para el pesimismo están sobre la mesa. En la evolución política de las Farc, del comunismo puro a la socialdemocracia, parece que ahora están retomando las banderas de mayo del 68: Sed realistas, pedid lo imposible. Es un atraso ideológico que sin duda repercute de manera negativa en el proceso.
Con los dardos cruzados entre los expresidentes, el circo político colombiano está más agitado que nunca y refleja en gran medida la confusión nacional: todos quieren la paz, en el cuál y el cómo están las diferencias. ¿Cómo se ven las Farc en medio de este circo?
Según anticipamos en una entrada anterior, las Farc siguen destapando nuevas cartas. A la aparente sencillez de los cinco puntos de la agenda inicial empiezan a aparecerle los típicos orangutanes que se ven en cada debate del Congreso. El único que falta por aparecer es que soliciten la toma definitiva del poder.
Lo decepcionante hasta ahora es que las Farc no ha propuesto nada novedoso sobre la mesa de negociación. Paradójicamente, este podría ser uno de los pilares de la confianza de Santos: sabe que las Farc como partido o movimiento político no correrá un destino diferente al M-19. De La Calle parecería confirmar esta hipótesis al afirmar que cualquier acuerdo deberá ser refrendado por los colombianos, con la confianza de que el país quiere la paz pero no a cualquier precio: derrotar a las Farc en las urnas es un knockout en el primer asalto.
Si esta es la línea de pensamiento de Santos y su equipo negociador, ¿a nombre de quién habla el ministro de Defensa? ¿Quiere dejar que Santos haga el papel de policía bueno y él el de malo, el que debe recordarle a las Farc que hay mucha gente que se opone al proceso, aún entre las mismas filas del gobierno?
La llegada de miembros del ala militar de las Farc a La Habana parece abrir una nueva hipótesis: quieren informarse de primera mano cómo y qué se está negociando con el Estado, no les vaya a pasar lo mismo que con el Comandante César, que el equipo negociador entregue la corona y los deje viendo un chispero: con la Operación Jaque ya saben que el presidente Santos sabe cómo negociar de manera exitosa con miembros de las Farc.
De momento, es la opción más probable de llevar el proceso de paz a buen término: que el presidente Santos esté negociando por debajo de la mesa las condiciones para la desmovilización de las Farc y nos deje la versión oficial de que no se pagó ni un dólar por ella. En últimas, la Operación Jaque Mate. De otra manera no se entiende el díalogo de sordos que estamos viendo en La Habana.
lunes 3 de junio de 2013, 15:17 COT
Mucho pesimismo a pesar de que se va lento pero seguro.