Shinzō Abe, un nacionalista enigmático
Ciudadano del mundo > ColumnasPor Julián Ortega Martínez
mircoles 27 de septiembre de 2006 0:01 COT
Shinzō Abe, el flamante primer ministro japonés, quien sucede al carismático Jun’ichirō Koizumi, fue elegido la semana pasada presidente de su colectividad, el centroderechista Partido Liberal Democrático (PLD), por una amplia mayoría, venciendo a sus rivales, el ministro de Hacienda Sadakazu Tanigaki y al canciller Tarō Aso, un día antes de su cumpleaños número 52.
Oriundo de la sureña prefectura de Yamaguchi, una de las cunas de la Restauración Meiji, la misma que occidentalizó al país convirtiéndolo en potencia de primer orden en el transcurso de un par de generaciones, Abe estudiaría ciencia política en la Universidad Seikei y luego iría a Estados Unidos, de donde volvería para ingresar a una de las mayores acereras del país. A partir de 1982 ocuparía diversos cargos de bajo y mediano perfil en su partido y, desde luego, en el gobierno.
Abe proviene de uno de los clanes políticos más influyentes del archipiélago nipón. Su abuelo materno, Nobusuke Kishi, fue primer ministro de Japón a finales de los cincuenta. Su abuelo paterno, Kan Abe, fue representante ante la Dieta y su padre, Shintarō Abe, ocupó tres ministerios. Como si fuera poco, su tío abuelo materno, Eisaku Satō, también fue primer ministro y Premio Nobel de la Paz en 1974. No obstante, su padre perdió la posibilidad de ser también primer ministro (como su suegro y el hermano de éste) debido al escándalo que le costó el poder al PLD durante un par de años.
Tras la muerte de Shintarō, Shinzō tomaría sus banderas políticas y se alzaría con la mayor votación parlamentaria para un representante de la prefectura de Yamaguchi en 1991. Abe seguiría escalando posiciones dentro del partido y del gobierno hasta que en octubre de 2005 Koizumi lo nombró Secretario en Jefe del gabinete, portavoz, mano derecha y casi "esposa del primer ministro". Su nombramiento lo puso en la primera línea de la sucesión al liderazgo del PLD y del gobierno.
Por cierto, la esposa de Abe, Akie, heredera de la familia que fundó la famosa confitera Morinaga (una de las empresas que importó el día de San Valentín en Japón e impuso la tradición de regalar chocolates ese día), es fanática de todo lo relacionado con Corea (del Sur, claro está), especialmente del actor Bae Yong Joon, protagonista de Gyeoul yeonga ("Sonata de invierno"), una exitosa serie coreana emitida en el archipiélago por la estatal NHK, parte de la llamada ola coreana que invadió medio mundo hace unos pocos años (¿alguien vio Todo sobre Eva en Canal Capital?). Según el Mainichi Shimbun, que cita medios surcoreanos, Akie le rogó a su marido quedarse en el mismo hotel en el que Bae se hospedó durante una visita al país hace unas semanas. La señora Abe ocupará un puesto vacante por más de cinco años, pues Koizumi es divorciado.
El político
En cuanto a política exterior, se teme que Abe "empeore" la relación con los demás países del Este asiático, pues el nuevo premier es visitante asiduo del polémico santuario Yasukuni. En 2002 fue cabeza de una misión gubernamental encaminada a negociar con Corea del Norte la liberación de varios ciudadanos nipones secuestrados por agentes de ese país en 1977, plagio que admitiría en esa ocasión el tirano Kim Jong-il. En 2005 declaró que "la experiencia […] nos ha demostrado que no se puede resolver el problema de Corea del Norte a punta de buena voluntad", afirmación que puede dar cuenta del talante que tendrá su política exterior hacia esos países. No en vano el analista Minoru Morita llegó a decirle a la revista Time: "creo que [Abe] es el político más peligroso de Japón […] De los más de 700 miembros de la Dieta, Abe es el más derechista, el más apasionado, el más nacionalista. Él es el político que podría llevar al país a la guerra". En la misma publicación, Ichita Yamamoto, analista internacional del partido y aliado de Abe, sale en su defensa: "Abe se levantará y tomará decisiones firmes por los japoneses. Pero él no es un [político de] línea dura contra China o contra nadie. Es un estratega". Morita insiste: "Abe es la encarnación de este sentimiento antiasiático, antichino que se está fortaleciendo en Japón".
El nuevo primer ministro, al igual que su predecesor, ha declarado su intención de apoyar una reforma a la pacifista constitución de 1947 para permitir el uso limitado de armamento nuclear por parte de las Fuerzas de Autodefensa de Japón. Dicha reforma debe pasar por ambas cámaras de la Dieta y luego ser sometida a referendo nacional. No en vano, el lema de campaña de Abe es この国を守る決意 (kono kuni wo mamoru ketsui, "la decisión para proteger nuestro país"). El lunes de esta semana, a través de un mensaje que Abe envió con el ministro de Economía, que se reunió con la viceprimera ministra china, el político afirmó tener la intención de mejorar las relaciones con ese país, señalando que los lazos entre ambas naciones son muy importantes. Washington, por otro lado, permanecerá como el principal aliado de Japón.
Abe también fue acusado de censurar, junto a otros políticos del PLD, un documental de la estatal NHK en 2001, en el que, mediante un juicio simulado realizado por varias organizaciones de derechos humanos, se presentaron testimonios de los abusos sexuales cometidos por el ejército imperial nipón durante la Segunda Guerra Mundial. Para Abe, el programa estaba "sesgado" y forzó a la cadena a recortarlo. El Asahi Shimbun fue el único medio que dio cuenta de los hechos, negados en todo momento por la NHK y los políticos del PLD, entre ellos Abe. Los otros medios no sólo no hicieron eco de la denuncia, sino que atacaron al periódico y al final todos acabarían rindiéndosele con el paso del tiempo al ahora primer ministro, entreguismo nada raro a este lado del Pacífico.
Si bien Koizumi ha sido uno de sus principales aliados, Abe también tiene muchas diferencias con el fan de Elvis. Para empezar, en el asunto de la sucesión al trono, Koizumi impulsó una reforma a la Ley de la Casa Imperial para permitir el acceso de las mujeres al trono, propuesta a la que sectores conservadores, a los que pertenece Abe, se opusieron desde el comienzo. Por suerte para estos últimos, el nacimiento de un heredero varón en la familia imperial archivó el tema por un par de generaciones. Asimismo, la actitud de Koizumi hacia Corea del Norte no fue radical y Abe tendrá que recomponer el PLD que Koizumi intentó dividir a fin de lograr que sus propuestas (como la privatización del servicio postal) pasaran en la Dieta. Se desconoce si Abe mantendrá campañas como el Cool Biz, que además de darles aire a los oficinistas en verano fueron un respiro para la rígida política nipona.
Igualmente, deberá mantener y mejorar el crecimiento económico logrado durante la era Koizumi, que lentamente ha sacado al país de la recesión y que ha ido de la mano con algunos problemas, aunque las primeras reacciones ante la designación del nuevo gabinete no han sido las mejores por el cambio de énfasis. Sin duda, Abe ha comenzado por buscar mayor poder para sí, además de nombrar a derechistas reconocidas como asesoras en seguridad nacional (la ex presentadora Yuriko Koike, quien no oculta su apoyo a las sanciones a Corea del Norte), educación (Eriko Yamatani, ex periodista crítica de la educación sexual y mixta) e igualdad sexual (Sanae Takaichi, quien se opone a que las mujeres conserven sus apellidos de soltera al casarse).
Desafíos como lograr para Japón una silla permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, la creación de una agencia de inteligencia al estilo de la CIA y las elecciones de la Cámara de los Consejeros (la cámara alta) a mediados del próximo año, son los que deberá enfrentar en su agenda diaria el 90mo. Primer Ministro de Japón. No será fácil, ni siquiera con la coalición que ha formado el PLD con el budista Nuevo Kōmeitō, si en la Dieta llegase a ascender una oposición, liderada por el centrista Partido Democrático de Japón, que pondrá en primera línea al veterano Ichirō Ozawa, amén de un moderado Partido Comunista, lejos del "mamertismo tirapiedra" de otros lares, y un minado Partido Socialdemócrata dedicado a hacer lobby por Corea del Norte. Como dice Andrew Stevens, "no hay milagros en la política japonesa". Lástima.
mircoles 27 de septiembre de 2006, 09:55 COT
Hola Julián. Excelente reseña una vez más. Lo que pasa en lugares tan lejanos a veces guarda tantas semejanzas con lo que sucede por acá en estas tropicales tierras. Esto hace pensar en cómo verdaderamente se mueve la geopolítica global y hacia donde se dirige.
Saludos.
viernes 24 de noviembre de 2006, 13:55 COT
[…] La crisis, que entre otras cosas ha dejado al descubierto la práctica inutilidad de las juntas locales y prefecturales de educación y mostrado que muchos rectores desconocían las irregularidades cometidas por sus profesores, amén de la lentitud de las escuelas para admitir que habían fallado, deja maltrechos tanto al MEXT, que vaciló para tomar medidas una vez el escándalo se hizo nacional y se conocieron dichas irregularidades, como al entero sistema de educación nipón, visto tradicionalmente desde afuera como un ejemplo a seguir en muchas partes y por muchos motivos. Tal vez las reformas enunciadas por Clark sean por lo menos puestas en consideración, pero parece poco probable que la administración conservadora del primer ministro Shinzō Abe haga cambios profundos. Mientras se establecen culpas y responsabilidades, el mismo estudiante que mencionamos líneas atrás le plantea al Mainichi Shimbun este duro cuestionamiento: “Si los profesores que están en posición de educar gente están haciendo esto, quisiera preguntarles ‘¿qué es exactamente lo que nos están enseñando?’”. […]
lunes 29 de enero de 2007, 10:06 COT
[…] Desde antes de su investidura como primer ministro, Shinzō Abe y su facción han estado “trabajando” en aras del revisionismo histórico, una mayor censura a la libertad de expresión (teniendo en cuenta que tradicionalmente los medios masivos nipones han sido en mayor o menor medida gobiernistas) y, el objetivo final, la revisión de la Constitución, en especial de su espíritu pacifista, cuya máxima expresión está constituida por las palabras con las que comienza el presente artículo. La semana anterior, Abe anunció que pasaría a la Dieta una propuesta de referendo, requisito legal necesario para siquiera discutir una reforma constitucional. Según el primer ministro, dicha revisión es necesaria pues Japón debe “ampliar su papel en los asuntos de seguridad internacional”. No sobra decir que 2007 es un año electoral, pues en abril son las elecciones locales y en julio las de la Cámara de los Consejeros (cámara alta). […]
martes 12 de junio de 2007, 00:02 COT
[…] semanas antes de la cumbre del presente año, Shinzō Abe presentó al mundo su "propuesta" para reemplazar el fracasado protocolo de Kioto, […]
mircoles 12 de septiembre de 2007, 00:46 COT
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sbado 22 de septiembre de 2007, 14:28 COT
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domingo 23 de septiembre de 2007, 08:13 COT
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