Glorias del cine nacional (3ra. parte)
Columnas > Cómic en serioPor Doctor Comic
mircoles 18 de abril de 2012 20:08 COT
Querido lector (y codiciada lectora): si has llegado hasta aquí atravesando el camino tortuoso, cruel e inhumano del cine nacional, te invito al último capítulo de este macabro análisis del cine chibcha para ver si en algún momento podemos verle un final tan siquiera esperanzador a la continuidad cinematográfica en este país santista y filipichín…
Pero antes, quiero invitarlos a sobrellevar este trago amargo por demás, con un capítulo más de la quijotada televisiva que pese a todo sigue emitiéndose:
Bueno, ahora sí, entremos en materia con este cine nuestro… la que viene a continuación es la década más fresca en la memoria de los lectores. De entrada debo decir que muchas 'pelis' se me quedarán por fuera del análisis pero es que han sido muchas… claro que eso no los aliente de a mucho, pues como decían sabiamente Les Luthiers: “La cantidad no va en desmedro de la calidad, todo lo contrario… va en desmedro”.
Cine nacional siglo XXI
Cuando busco un símil o imagen mental que me permita resumir la tendencia del cine colombiano en estos últimos doce años, la mejor que se me ocurre es la del electrocardiograma de un tipo con taquicardia.
Este cine ha sido tremendamente fluctuante, aunque presenta características constantes. Por ejemplo, tenemos una línea media que indicaría la muerte del paciente, que simboliza los periodos de tiempo en los cuales no se hace nada, no se ven estrenos y todo el mundo comienza a preguntarse si el cine se acabó en este país. Por otra parte, se encuentra una constante de pulsación por debajo de esa línea, es decir, todo aquel cine puerco y cochambroso que siempre amenaza con matar al paciente. Esos puntos mortales y continuos se pueden resumir fácilmente sin tener que hacer una fatigosa lista de (¿películas?) bodrios inmundos perpetrados, cometidos o supurados por los siguientes personajillos infectos:
- Simón Brand
- Dago García
- Ricardo Coral
- Harold Trompetero
- Ernesto McCausland
- Rodrigo Triana
Creo que se me escapa alguno, pero los arriba mentados (¡y muy mentados!) poseen lo que se llama ROSCA, esa herramienta práctica y funcional que en este país sirve para transfigurar al más lagarto, mediocre o lamebotas en un éxito instantáneo ante los obtusos medios de comunicación.
Cuando el desprevenido lector vea que una película X está dirigida por criaturas de esta laya, bien puede irse preparando para disfrutar de malsana mediocridad durante hora y media y aceptar con el dolor del alma que esa platica de la boleta se perdió.
Hay que decir que a esta caterva de asesinos del arte se suman otros que ni con rosca salen a relucir, ya sea por la vagancia inherente o el simple hecho de que en sus cabezotas no reposa más que una idea y que luego de ser plasmada se agotan más rápido que una pila doble AA; por citar uno: Alessandro Basile (nótese lo siseante del nombre, como una serpiente o lagarto)
Lo más triste del caso es que el grueso del cine producido en este país está representado y acaparado por estos nefandos nombres, es decir, que la taquicardia del paciente está intensificada y la muerte es una amenaza constante.
Por otro lado, se encuentran aquellas películas que en el colmo del menester han sido llamadas “cine independiente”, ¡como si aquí hubiera industria de esa vaina! Acá todo lo que vale la pena lo marcan de inmediato como cine independiente por el simple hecho de estar al margen de la rosca. Este cine se compone de óperas primas hechas con calidad y trabajo pero con las uñas… con las uñas sucias del mugre porque tocó filmar sin permiso en la calle y correr con la cámara cuando la policía los coge sin permiso, muy al estilo de Ed Wood.
Y pese a ello, se hacen vainas que levantan el ritmo cardiaco y se constituyen en esperanza de buen cine. Películas como El Rey, que salieron a base de endeudamientos extremos del director pero que se llevan por delante unos tres kilos de películas de cualquier Dago o Trompetero.
A veces se tropieza, vale aclarar, se experimenta con géneros como el terror o lo fantástico y se generan regulares propuestas como Al final del espectro o Yo soy otro, pero ya es de reconocer el riesgo en ver más allá de los tradicionalismos asfixiantes de la “película típicamente colombiana” estilo Karma o Soñar no cuesta nada.
De esta década destaco verdaderos bastiones con visión como Ciro Guerra, quien con el apoyo de NADIE (RCN apoyó su última película cuando ya era un éxito, ¿así qué gracia?) ha logrado acercarse a la meta del buen cine con solo dos películas: La sombra del caminante y Los viajes del viento… aunque como este país no carece de lapas, era inevitable que se le peguen otros a copiarle el estilo con propuestas casi calcadas en cuanto a forma como esa mamera de El vuelco del cangrejo o la supuesta y rimbombantemente aclamada Chocó, que ya nos cuadraron como “joya del cine nacional”. No es que no sea buena, puede que lo sea (lo digo porque no la he visto ni me interesa hacerlo, la verdad), pero cuando me quieren montar una vaina a la fuerza comienzo a sospechar de la verdadera calidad y originalidad de lo expuesto… algo así como la lacrimosa Los colores de la montaña, a la que solo le falta una niñita cantando “abuelito, dime tú…” (con Juanes incluido, que no falte ese patán, que no falte la dosis de rosca)
Otro intento reciente y muy interesante fue El páramo, película que va en una línea que deberíamos explorar con más fuerza, y otras que ni se mencionan por carecer de rosca pero que bien podrían ser reconocidas con mérito como Dr Alemán, cine colombiano bueno que pasa al anonimato por el simple pecado de no contar con el favor de los canales nacionales o con algún figurín de turno como protagonista.
Para concluir, diré que hay una mafia más temible que la de las drogas o las armas: es la mafia mediática que controla el cine nacional y mientras exista esta escabrosa ROSCA no creo que las cosas mejoren para el paciente, tan solo queda cruzarse de brazos y esperar…
"Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii"
—¡Doctor, perdimos al paciente!
—¿Hora del deceso?
—Mmm… mediados del siglo XXI.
—Bueno, enfermera, debo salir y dar la triste noticia a los colombianos, embólselo y envíelo a la morgue para la necropsia.
—Enseguida, Doctor… pero ¿qué ponemos en 'causas de la muerte'?
—Mmm… fallecido por mediocridad crónica y metástasis de rosca en todo el cuerpo.
Lea la primera parte: Glorias del cine nacional; segunda parte: Glorias del cine nacional (2da. parte)
jueves 19 de abril de 2012, 15:06 COT
Ay, súper bueno el post! SIn ser cinéfila me dio cuenta de la mala calidad que encierran las películas colombianas. Pero oyeme, la Vendedora de Rosas ¿dónde la ubicas?
“Cuando busco un símil o imagen mental que me permita resumir la tendencia del cine colombiano en estos últimos doce años, la mejor que se me ocurre es la del electrocardiograma de un tipo con taquicardia”. Fantástico párrafo para describirlo, mejor no pudo ser descrito, sonrío. Y para continuar, ¡¡“Personajillos infectos”!! y ese final con el que cierras con broche de oro. Dr. y no habrá forma de resucitarlo?
Me ha encantado el post, reitero. Pero dejame decirte que con el vídeo me despertó la curiosidad, porque tal vez no lo recuerdo: ¿Cual fue el primer comic de los tiempos y en qué año exactamente nació?
A warm hug Doctor Comic!
viernes 20 de abril de 2012, 17:46 COT
Solo para acabar de completar, su articulo Dr, valdria mensionar como los buenos actores son cada vez mas escazos, y en la mayoria de las producciones se esta usando la misma formula de la Tv nacional, caras bonitas que escazamente recitan los dialogos…O el llamar “actrices” aquellas modelitos que exiben sus dotes sexuales en peliculas de “cine rojo”….
viernes 20 de abril de 2012, 21:00 COT
Gracias por los comentarios y creo que me han dado luces para hacer un breve artículo añadido, una mini cuarta parte.
Así a vuelo de pájaro, se dice que el primer cómic o tira cómica se llamaba “el chico amarillo”, publicada en la prensa norteamericana por allá en 1903…0 9?; en fin, yo sostengo que se vienen dibujando cómics desde los tiempos de las cuevas de Altamira.
Muchos saludes!
mircoles 25 de abril de 2012, 07:46 COT
Una buena idea seria convertir las telenovelas en peliculas de cine.
Como La Abuela.
De la television nace el Cine y este a su vez influencia al a TV.
Lastimosamente en colombia los canales no quieren asumir el reto de llevar al cine sus producciones.
Seria un buen comienzo ya que no partes de Cero y si puedes hacer una novela es obvio que al menos puedes hacer “algo” para la pantalla grande.
Claro hay ciertas cosas diferentes entre el lenguaje televisivo y el del cine.
Pero creo que no es mala idea hacer cine a partir de telenovelas.
Quizas con el cine se pueda crear una realidad alternativa al hilo normal de la novela.
Eso le gusta al publico…
creo..
Pero parece qeu la sequia de cine colombiano es un mal a nivel mundial.
A saber pocos paises hacen cine industrialmente, los demas tan solo lo hacen a nivel artesanal y a costa de grandes perdidas para el productor
Saludos
sbado 16 de junio de 2012, 07:54 COT
Hola Doc,
Me gustó mucho esta serie sobre el cine colombiano. Me motivó a torturarme con películas que no había visto, como Bluff y Te busco. Fueron literalmente una tortura, salvada livianamente por Andrea Guzmán a quien siempre le dan papeles de tonta bonita. Pero son también interesantes por lo que revelan de la colombianidad.
Me llamó en especial la atención que en Bluff no hay ni una sola frase amable entre los personajes. Trataré de ver El Rey después de sus comentarios. Los viajes del viento sigue siendo una salvación, como La gente de La Universal.
Me di cuenta también de que a esta serie sobre el cine colombiano le hizo falta mencionar más películas con nombre propio y su respectivo comentario. Daría mucha tela para cortar.
Gracias de nuevo Doc.
P.d. En la última entrega de “Comic en serio” me parece que usted dice “Comic en serie”: ¿está aceptando el cambio de título? Y ¿es posible poner la música de fondo más pasito? A veces parece ruido y nos desconcentra de la voz del narrador.
sbado 6 de octubre de 2012, 11:39 COT
Gracias por los comentarios Daniel, la edición de la nota no depende de mi, la hacen en Palmira pero ya ha mejorado mucho, en youtube puedes acceder a los capítulos nuevos…