El Capitán América… a fondo (2a. parte)
Columnas > Cómic en serioPor Doctor Comic
mircoles 7 de diciembre de 2011 20:52 COT
Los setenta
En los años setenta, Vietnam había probado ser un fiasco total y la guerra fría estaba en su momento más candente. Era obvio que esta realidad mundial enmarcara mucho de las aventuras del Capi, aquí se lo ve muy involucrado con SHIELD, la agencia de contraespionaje por excelencia de la Marvel, y las historias se centraban en continuas amenazas de países u organizaciones extranjeras que querían dominar el mundo, tales como HYDRA o AIM. Pese a lo repetitivas que llegaran a ser las tramas, se mantenía una constante y era que Steve Rogers trabajaba casi a regañadientes en estos conflictos. Su intervención se podía definir como una obligación con su país más que un verdadero deseo de patear traseros terroristas (cosa que le encanta a Nick Fury, el director de SHIELD).
Este Capitán América es más un aliado en la lucha que un directo participante de la misma, vemos que sus convicciones de libertad y justicia están muy por encima de las fronteras entre los países e incluso durante esta etapa se da un primer momento crítico en su vida, cuando decide desprenderse de su identidad y dedicarse a fines más altruistas y contestatarios. Es en estos años que se convierte en el Nómada, un héroe marginal que va por la libre sin seguir órdenes gubernamentales… pero bueno, al fin de cuentas Steve Rogers es y será siempre el Capitán América y este momento breve de autonomía queda atrás para volver a su escudo y traje original.
Quizás el Capi sea visto en muchas ocasiones como un soñador de causas perdidas, pero si uno examina la psiquis de Steve Rogers se da cuenta de que es tal vez el héroe de la Marvel con la personalidad más sólida y las convicciones más fuertes. El problema radica en que el peso de la imagen lo hace ver como un icono de un país antes que un luchador de la justicia, eso quizás choca con la comunidad más contestataria y sin embargo este Capi siempre logra imponerse con su carisma pues, como dije antes, es un líder nato (además de que muchas veces se larga con unos discursos larguísimos pero profundos).
A finales de la década de los setenta, el Capi sufre una crisis de identidad, pues parte de sus recuerdos antes de convertirse en supersoldado están revueltos y ve la necesidad de sacudirse un poco la imagen de líder para tratar de reencontrarse consigo mismo y acomodarse a la sociedad, y así reforzar su identidad civil de Steve Rogers. Este salto a una nueva vida cotidiana es el marco que da inicio a las aventuras del capitán en los años ochenta, un nuevo aire que traería más de una sorpresa al lector habituado a las peleas, los espionajes y las crisis mundiales que gobernaban las páginas del Capi… pero eso queda para la próxima semana.