equinoXio
 

Colombia - Cargada el 06.09.2017 22:30:30 COT 

Estado de sitio

Estancias > Primera plana
Por

sã¡bado 1 de noviembre de 2008 17:49 COT

Por considerarlo de interés y por tratarse de un testimonio de primera mano que denuncia las injusticias que ocurren en la Cuba castrista, reproducimos a continuación el texto de Iván García publicado el jueves 30 de octubre en el blog de Tania Quintero, su madre. García fue injustamente detenido durante poco menos de medio día el pasado 22 de octubre en el centro de La Habana. Quintero es periodista exiliada y fue entrevistada en equinoXio en marzo pasado.

Estado de sitio, por Iván García Quintero

La Habana

Es probable que Barack Obama sea el primer presidente negro en la historia de EUA. El senador de Illinois puede hacer realidad el discurso de su compatriota Martin Luther King, que un día soñó con ver caminar de la mano a niños blancos y negros. Eso acontece ahora mismo en el país diabólico y maldito que es para los medios cubanos EUA. Ese pueblo brutal que mataba a los negros con perros y donde, según decía nuestra prensa en los años 70 y 80, no se podía dar un paso sin tropezar con blancos vestidos con su atuendo del Ku Klux Klan. Aquí no. Cuba era el paraíso de los negros. Debíamos dar gracias a la Revolución por otorgarnos los mismos derechos que a los blancos y poder entrar libremente y sin complejos a todas las playas y círculos sociales del país.

Pero todo ha cambiado. Olvídense del discurso oficial de que todos somos iguales. En esta sociedad revolucionaria, ser mestizo te puede traer problemas. Nadie me lo contó. Yo lo viví el pasado miércoles 22 de octubre, durante 11 horas en un calabozo grande y sucio, caliente y húmedo de la unidad policial de Zanja y Lealtad, en el centro de la Habana.

Pregúntenle a los más de 70 negros o mestizos que fueron detenidos esa noche sólo por vestir a la moda, tener un piercing en la nariz o escuchar rap o reggaeton en sus MP3. O a quienes se convirtieron en sospechosos por tener 6 paquetes de detergente, 10 jabones de lavar o un saco de cemento sin los comprobantes de alguna tienda recaudadora de divisas. Todos le responderán, mirándoles muy serio a la cara, que hay evidentes prejuicios raciales en la forma en que hoy operan las fuerzas policiales de la ciudad.

Donato Bermúdez, 67 años, alto y fuerte, con ojos de gato y unas manos callosas que dan fe de que la vida no le ha regalado nada. Y es negro, por supuesto. Está sentado sin zapatos ni camisa en un amplio y sucio banco de hormigón que sirve de cama, silla y mesa en la fétida celda. “Es tremendo —dice Donato—, estamos viviendo un estado de sitio. Si esto no es fascismo quiero que alguien me diga qué cosa es”. Bermúdez lleva 4 días detenido por vender jabas de nylon, a peso cada una. Ahora lee con parsimonia un diario Granma: “Quien lo iba decir, que un mestizo como Obama ya casi es presidente; me recuerda cuando Jackie Robinson rompió la barrera racial del béisbol norteamericano”, apunta con un dejo de emoción, mientras lee en voz alta que Obama aventaja por casi 10 puntos a John McCain en la apasionante campaña electoral estadounidense.

“Sin embargo, aquí vamos para atrás —dice Bermúdez—. Mire usted: el 90% de los que estamos detenidos somos negros o mestizos, y más de la mitad no tienen delito alguno comprobado; sólo por puros prejuicios raciales de la policía estamos aquí”. Rolando Céspedes, 23 años, un apuesto mulato que viste con ropa exclusiva y cara de la marca Dolce&Gabbana, lo confirma: “Nunca había estado preso, pero desde que tengo una novia italiana lo que me ha caído es un calvario”. Céspedes vive desahogado junto a su madre en el barrio de Los Sitios, gracias a la tubería de euros que le gira su enamorada napolitana. Y eso no cae bien. “El jefe de sector me asedia, me pidió todos los papeles de los materiales de construcción con los que reparé mi casa y al no poder cogerme en nada, me hace la vida imposible; cuando estoy bebiendo cerveza con mis amigos sin motivo alguno me detiene toda la noche, y cuándo yo le miro a los ojos le veo ese brillo especial que conozco muy bien: la envidia” , dice Céspedes, antes de contarme el día de su mala suerte.

“Fue hace algo más de un año y medio. Estaba en un bar y el jefe de sector me condujo a la unidad policial de la calle Picota; cuando incautó mis pertenencias para meterme en la celda, le llamó la atención una memoria flash que yo llevaba. La cogió, fue a un ordenador y vio que contenía dos películas pornográficas y un artículo de un periodista cubano que reside en España, Carlos Alberto Montaner. Cuando regresó, sus ojos brillaban: ‘Ahora sí te jodí, pornografía y literatura contrarrevolucionaria, estás frito’. Fui a juicio. Por lo de Carlos Alberto no me pasó nada, pero por tener material pornográfico me sancionaron a 6 meses de privación de libertad. Salí en noviembre de 2007 y ni aun así el jefe de sector me deja tranquilo”.

El viejo Donato y yo escuchamos en silencio. “Claro que así no van a resolver nada. A mí siempre me decomisan las jabas y me ponen una multa de 200 pesos [8 dólares], pero al salir vuelvo a vender las jabitas”, dice Donato.

Mientras tanto, siguen entrando detenidos a granel a la unidad policial de Zanja. Un oficial está eufórico. “Hoy nuestra brigada va obtener muchos puntos, mira como hemos atrapado gentuza”, señala con una mezcla de odio y arrogancia. “Gentuza” son mujeres y hombres que venden flores, ositos de peluches, cigarros o jabas de nylon para sobrevivir en las duras condiciones del socialismo real cubano.

Ahora entran con rostros compungidos 6 ó 7 muchachos que suelen vender productos industriales fuera de las tiendas, y que en el argot policial son conocidos como “ferreteros”. Uno de ellos ya cumplió un año de sanción en una prisión de la provincia de Matanzas conocida como “Canaleta”; sabe que ahora, con el endurecimiento de las leyes tras el paso de los huracanes, volverá a la cárcel.

En este inmenso calabozo la mayoría está detenida —según la policía— por asediar a los extranjeros. Son muchachos, por lo general entre 14 y 27 años, que se acercan a los turistas para poder comer, o ir una disco y si es posible tener sexo, aunque a veces simplemente lo que quieren es hacer amigos y pasar un buen rato en lugares a los que ellos no tienen acceso por no poseer moneda dura.

Kevin Prado, 21 años, es un negro retinto de labios gruesos y una perilla de pelo debajo del mentón. “Desde que me levanto en mi casa de la Habana Vieja intento trabar amistad con algún turista, un día bueno significa para mi almuerzo y comida. Además de bailar en buenas discotecas con ellos, me la paso bien y siempre amanezco con algunos “fulas” en el bolsillo. Ya he estado un par de veces en prisión pero no cambiaré. A esta gente yo no le trabajo por 225 pesos (9 dólares) al mes”.

En esta triste y decadente sociedad cubana de hoy, las personas están al límite. De todo. De las anacrónicas reflexiones del Comandante, del futuro incierto, de los que los dirigen, hasta de ellos mismos. La gente mira al norte, sueñan con una visa a donde sea, no les importa la crisis financiera mundial. Han nacido y crecido en un país en crisis perenne, donde por un motivo u otro siempre falta algo. A veces la luz eléctrica o la comida, siempre la libertad individual secuestrada por el gobierno como si fuesen nuestros padres. Y ya están hartos.

La mañana del 22 de octubre le comentaba eso mismo a un amigo colombiano que me hacía llegar un par de libros, regalo de un compatriota suyo. El joven, productor deportivo de un canal televisivo de Bogotá, me quiso acompañar a la embajada de España a recoger unas revistas Encuentro y luego lo llevé a un banco para que cambiara unos euros. El colombiano, como cualquier turista simple, tenía deseo de caminar y hacer amigos.

A eso de las 11 de la mañana pasamos por el trabajo de mi esposa situado en la intersección de las calles Águila y Dragones, un edificio vetusto de los años 30 y sede actual de oficinas de ETECSA, la empresa telefónica de la isla, donde ella trabaja como ingeniera en telecomunicaciones. El colombiano quería obtener el número telefónico para reservar un boleto de una agencia de pasaje pues al día siguiente partía rumbo a Varadero.

Allí en pleno lobby de ETECSA y ante la mirada atónita de los compañeros de trabajo de mi esposa, empezó el show. Un agente del D. T. I. vestido de civil y con sintaxis deficiente, me pidió mi carnet de identidad. Se lo di y esperé mientras él daba los datos a la computadora central de la policía para ver si tenía antecedentes penales. Al recibir una respuesta negativa no dio su brazo a torcer. Hizo llamar un carro patrulla, me cacharon en plena vía pública como a un vulgar delincuente y luego, para acabar de humillarme, me esposaron a la vista de los compañeros de trabajo de mi cónyuge y del atónito colombiano, que temblaba como una hoja.

Vió la represión con sus propios ojos. Luego el agente policial le diría que yo era un connotado estafador. La situación era de risa si no fuese trágica. Me trasladaron a la unidad policial de Zanja, donde intenté explicarle a un Teniente Coronel de apellido Mederos que el turista era un amigo que me traía unos libros, y que yo por un motivo u otro (ya que mi madre y mi familia residen en Suiza hace 5 años) era normal que tuviera contacto con extranjeros. “Todo eso es mentira”, dijo con voz de trueno. Y en tono de sentencia, agregó: “Al calabozo, hazle los papeles por asediar extranjeros”. “¿Y qué hacemos con el arma blanca?”, preguntó un oficial solícito. El coronel miró la Victorinox de uso múltiple, regalo de un amigo suizo, como si fuera un bicho raro y dijo: “No exageremos”, antes de dar la espalda.

Al menos no me agregaron otro cargo delictivo. En la celda conocí al viejo Dionisio, a Rolando, a Kelvin y otras personas. De la unidad policial de Zanja saqué muchas lecciones. La más importante: que las personas de a pie están hartas del sistema. Y no cejan. Mañana, al traspasar las rejas, volverán a lo mismo. Vendiendo cualquier producto, obteniendo información por cualquier vía y copiándola en sus memorias flash, para luego contársela a otros que no creen ni una coma de lo que publica la prensa oficial.

“Lo único que quiero es ver el final de la película”, decía el viejo Dionisio mientras caía la noche en la atestada celda.

Etiquetas:



2 comentarios a la entrada “Estado de sitio”

  1. javier
    lunes 3 de noviembre de 2008, 16:02 COT
    1

    que capacidad tan berraca de inventar historias, eso ocurriendo en cuba? no se lo cree ni el que lo invento…que gusaneria tan desesperada, ya no sabe que hacer, ni que inventar

  2. Rafa XII
    lunes 3 de noviembre de 2008, 17:21 COT
    2

    Daniel Coronell estuvo en Cuba hace más de diez años e hizo una crónica sobre los matrimonios que hacía la gente para recibir el ponqué de bodas de parte del gobierno para luego venderlo por tajadas en el mercado negro y conseguir plata, y las damas tenían que usar pedazos de cortinas ante la escasez de productos íntimos para ellas… eso, según el autor del cometario anterior, a lo mejor “se lo inventó” en ese tiempo el hoy adalid del periodismo “independiente”.



Síguenos en Twitter

Artículos destacados:

Entrega inmediata:

Estancias:

Columnas:

Al desnudo en mi balcón

La revista SoHo desnuda mujeres por varios lugares públicos en Colombia

24.01.2010 1:42 | Por Lully | Comentarios (17)

Bloguiverso

Porqué dejo de publicar en Kienyke

31.10.2012 18:44 | Por Johanna Pérez Vásquez | Comentarios (10)

¿Cual es la diferencia entre Facebook y Google Plus?

04.11.2011 19:18 | Por Lully | Comentarios (1)

VideoBarrio

Entradas recientes

  • Siete cajas, una ilusión | Marsares | 12.10.2015 10:17
  • Eterno resplandor de una mente sin recuerdos | Marsares | 29.01.2015 11:16
  • Paradojas cubanas | Daniel Ramos | 29.12.2014 9:00
  • Lo mejor y lo peor del deporte en 2014 | Rafa XIII | 07.12.2014 11:43
  • También la lluvia | Marsares | 30.10.2014 15:52
  • ¿Dónde está la bolita? | Marsares | 23.09.2014 19:13
  • Sobre el Brave Heart colombiano | Julián Rosero Navarrete | 19.09.2014 16:42
  • Una Vuelta para el olvido | Rafa XIII | 11.09.2014 14:07
  • Dos a uno: lágrimas de dolor y agradecimiento | Rafa XIII | 04.07.2014 22:50
  • DOS a cero: Colombia, entre los ocho mejores del mundo | Rafa XIII | 28.06.2014 23:19
  • Comentarios recientes

    Nube de tags

    América Latina Antanas Mockus Antioquia autocracia autoritarismo Bogotá cine Colombia Copa del Mundo de la FIFA de 2010 Copa del Mundo Sudáfrica 2010 Copa Mundial Sub 20 de la Fifa Colombia 2011 corrupción Crónicas Utópicas cultura popular cómic cómic estadounidense deportes Elecciones 2010 elecciones presidenciales de Colombia de 2010 Estados Unidos esta es Colombia FARC Fase de grupos Copa Mundial Sub 20 de la Fifa Colombia 2011 fútbol fútbol colombiano hampa historietas Hugo Chávez Frías humor humor gráfico Juan Manuel Santos Medellín parodia Partido de la U payasadas politiquería política política colombiana reelección Seguridad democrática terrorismo uribismo uribistas Venezuela Ãlvaro Uribe Vélez

    WP-Cumulus by Roy Tanck and Luke Morton requires Flash Player 9 or better.

    RSS

    Especiales

    Especial 20 de julio - Marcha por la libertad


    Especial 6 de marzo - Homenaje a las víctimas


    Especial 4 de febrero - Marcha contra las FARC

    Especial 2009Especial Navidad 2009Especial 2008Especial elecciones en Estados Unidos, 2008Especial BIFF 2008Crisis diplomática andinaEspecial Día Internacional de la Mujer 2008Especial VideoBarrioEspecial 2007Especial marcha 5 de julio de 2007Especial Día Internacional de la Mujer 2007Especial 2006

    Entradas por mes


    Septiembre 2017
    L M X J V S D
    « Oct    
     123
    45678910
    11121314151617
    18192021222324
    252627282930  

    Alianzas

      Soy libre, soy blogger No al secuestro Global Voices Online - The world is talking. Are you listening? Creative Commons Licence
    Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons

    Contacto: info[arroba]equinoxio[punto]org
    equinoXio en twitter | equinoXio en Facebook