¿Nuestro futuro en común?
Artículo destacado > Eco-grafíasPor Germán A. Quimbayo
lunes 7 de diciembre de 2009 12:50 COT
[Publicado originalmente el 6 de diciembre de 2009 en Más allá del ecologismo]
Esta semana inicia la Conferencia número 15 de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) o COP 15 en Copenhague, Dinamarca. El objetivo de la COP 15 es la conclusión de un acuerdo jurídicamente vinculante sobre el clima, válido en todo el mundo, que se aplica a partir de 2012 y será la última conferencia para preparar el período post-protocolo de Kioto. A lo largo de dos semanas se reunirán expertos en temas ambientales, ministros o jefes de estado y organizaciones no gubernamentales de los 192 países miembros de la CMNUCC. Para muchos este encuentro reviste un inusitado interés por el carácter decisivo en materia de cambio climático y por primera vez, los Estados Unidos estarán presentes.
Mensaje del secretario ejecutivo de la CMNUCC Yvo de Boer, diciembre de 2009
Definitivamente el cambio climático global es uno de los asuntos más “candentes” de la agenda ambiental global. Este tema se encuentra fuertemente ligado a la forma en cómo la sociedad contemporánea ha apropiado y transformado a la naturaleza conforme a sus intereses. Algunas dinámicas del Planeta como el clima, el tiempo, la variabilidad climática, los cambios climáticos, entre otros, recientemente han tenido una trascendencia política. Pero antes de seguirnos llenando de pánico, vale la pena aclarar varios puntos que pocas veces son abordados y cuestionados en documentos, políticas oficiales y difundidos a través de medios de comunicación como palabra sagrada.
Por calentamiento global se entiende como un ciclo natural relacionado con la energía cósmica solar e intergaláctica, sin embargo el actual cambio climático (que tiende a un recalentamiento en el promedio del clima planetario) es culpa de un efecto invernadero. Este fenómeno se presenta cuando algunos gases que hacen parte de la atmósfera, retienen energía que el suelo terrestre emite y una parte de la misma la reemiten a la superficie de la Tierra. Sin embargo, este efecto se ha recrudecido con las actividades humanas como la industria, la agricultura o el transporte, por citar unas pocas. Pero algunos científicos se han quedado con la definición no antropocéntrica del calentamiento global, minimizando los efectos del efecto invernadero (Luque, 2007).
En este orden de ideas vale la pena traer otras definiciones que describen de mejor forma la complejidad del clima planetario y su relación con la sociedad humana. El concepto de variabilidad climática se refiere al conjunto de cambios naturales y permanentes del clima terrestre. Cambio climático, por el contrario, restringe a las diferencias entre el clima actual del planeta y lo que será el clima del futuro debido al impacto de la sociedad humana. Y finalmente el concepto de cambio global hace referencia al conjunto de consecuencias ecológicas y sociales asociadas al cambio climático (Wilches-Chaux, 2007:11).
En síntesis el asunto del Cambio Climático es uno de los más complejos y relevantes regímenes internacionales entre la economía y el ambiente global, en donde la causa de fondo se relaciona a los impactos del modelo económico contemporáneo, en donde prevalece la acumulación de capital y una visión única de la visión del desarrollo sobre la naturaleza. Las estrategias propuestas para el “cambio”, la “mitigación” y la “adaptabilidad” para enfrentar el problema se hacen desde una estricta racionalidad económica, negando la complejidad de las dinámicas climáticas globales y el aporte de otras visiones locales de manejo y apropiación de la naturaleza más creativas y ajustadas a los contextos socio-ecológicos locales y regionales (Poveda, 2008; Ulloa, 2008). Por ejemplo la investigadora colombiana Astrid Ulloa, comentaba hace poco en un artículo cómo la visión indígena es excluida de los mecanismos protocolos y estrategias de cambio climático en el contexto global.
Por su parte la estrategia propuesta especialmente por los países industrializados para enfrentar una amenaza del cambio climático y la creciente escasez de combustibles fósiles, contempla la promoción y financiación de megaproyectos para la generación de agrocombustibles como medio para reducir las emisiones de dióxido de carbono. La promoción de este tipo de proyectos podrá financiarse en el futuro a través de Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL) tipo Protocolo de Kioto, o el que le suceda y el cual será definido en buena medida en la cumbre de Copenhague. Esto daría un tremendo impulso financiero a la expansión de esos cuestionados proyectos.
Veamos esta perspectiva:
De Ginebra a Copenhague:
Toda esta situación niega marcos históricos de degradación ambiental sujetas a poderes políticos y económicos hegemónicos que invisibilizan a los verdaderos responsables del cambio climático, en donde países como Colombia quedan relegados a ser sumideros de carbono de los países más contaminadores y que éstos a su vez no disminuyan sus emisiones. Concluyendo, en el fondo se busca un mercado común de emisiones de invernadero, en donde se pondría explícitamente un precio al conflicto del cambio climático en donde los alicientes para actuar ante éste se centran fundamentalmente en el precio. Una forma más de perpetuar el círculo vicioso de los conflictos ambientales en donde la naturaleza es simplificada totalmente.
¿Qué se juega en Copenhague, nuestro futuro en común o la ecología política del cambio climático?
Referencias bibliográficas
LUQUE, T (2007). Especial cambio climático. equinoXio (visitado en octubre de 2009).
POVEDA, G. (2008). Impactos del cambio global y la necesidad de una Eco-Economía. Informe especial en Revista Economía Colombiana. No. 323. Contraloría General de la República, pp 9 17.
ULLOA, A. (2008). “Implicaciones ambientales y culturales del cambio climático para los pueblos indígenas”. Mujeres, Indígenas y Cambio Climático.
WILCHES-CHAUX, G. (2007). ¿Qu-ENOS pasa? Guía de la RED para la gestión radical del riesgos asociados con el fenómeno ENOS. IAJ. LARED. OXFAM.
martes 8 de diciembre de 2009, 09:38 COT
Sabemos lo qué es bien para nuestra planeta. Pero continuamos a usar los coches, las bolsas de plásticas… Sabemos todos que podemos preservar nuestro medio ambiente aplicando pequeños trucos más simples.
sbado 12 de diciembre de 2009, 12:47 COT
Buen context o Germàn. Hoy en dìa se habla mucho sobre el tema vos nos brindas coniceptos sencillos y definidos para entender de lo que tanto se ha estado hablando.
No dejo de sentir preo-cupaciòn por el futuro humano cuando nosotros somos los causantes donde queremos dar a entender que nos afecta y que somos responisables pero en el fondo todos estamos dejando pasar y ver què pasa.
sbado 12 de diciembre de 2009, 20:54 COT
Gracias Pedro y Carla por sus comentarios.
Siempre es necesario hacer claridades no solo en el ámbito "técnico" o "conceptual", que son otras formas políticas y sociales que nos permiten comprender los fenómenos que nos rodean, sino comprender críticamente toda la puja de poder que se esconde detrás de estos temas. Como habrán visto después de una semana de desarrollo de la conferencia, lo que se augura es cierto fracaso en las metas esperadas. Además la movilización de este fin de semana es solo parte del eco de inconformismo hacia las decisiones que se están tomando.
De hecho el título de esta entrada es una clara alusión (un poco sacástica, debo decirlo) a como se llamó el Informe Brundtland en 1987 (Our common future), en donde se acuñó el término "desarrollo sostenible". El cual parece haber sido una mera excusa para perpetuar los problemas ambientales
martes 15 de diciembre de 2009, 16:32 COT
Hola Germán!!
Valdría la pena el análisis del contenido y las conclusiones manejadas en Copenhague, pues las justificaciones de los activistas son válidas y las comparto, ya quisiera haber estado con ellos. Es un tema fascinante y por el que hay que saber luchar poco a poco, como parte del proceso de desintoxicación de este medio ambiente que, por ningún motivo, debemos permitirnos acabar.
Best regards!