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Heil Allende

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martes 22 de mayo de 2007 0:01 COT

La izquierda mundial, especialmente en Latinoamérica, siempre se ha valido de ídolos para fomentar una imagen de ala política liderada por personajes destacados a quienes ha usado para acuñar un estatus de vanguardia humanista, que considera al ser humano como lo más importante por encima de todo, independientemente de si el resultado final es todo lo contrario, como en los regímenes totalitarios soviéticos donde la imagen de Stalin como semidióos opacaba la represión a algunos de los derechos más fundamentales del individuo.

Estamos acostumbrados a ver al Ché Guevara como el ícono más exitoso del socialismo latinoamericano, moviendo todo un mercado capitalista de productos para la juventud que explota su imagen romantizada como promotor de revoluciones en la región. Incluso algunos personajes particulares con delirios más caribeños han osado tomar a Simón Bolívar como un ícono más del socialismo, así el mismo Marx y su compañero de tertulia Engels se revuelquen en la tumba por semejante adhesión tan forzosa.

Pero estos ídolos no se han salvado de caer en el cliché socialista del personaje ideológicamente puro, entregado al socialismo ortodoxo según el cual no hay espacio para la discriminación racial ni social. Sorprendería mucho a los desprevenidos seguidores de la izquierda mundial saber de cualquier alusión a una posible afinidad entre algunos mitos socialistas y el nazismo o el fascismo, a pesar de que en la práctica la historia nos enseña que entre Stalin y Hitler no había más diferencia que la que pueda haber hoy en día entre dos personas comunes de centro.

Alrededor de Allende se ha acuñado mucho la imagen del líder socialista malogrado por un golpe de Estado, quien coqueteaba con el marxismo soviético al tiempo que ejercía la presidencia con un autoritarismo que despertó muchas reacciones en su contra. Sus actuaciones más conocidas indican que Salvador Allende fue un socialista nato, dedicado a debilitar el sector empresarial privado chileno para fortalecer una maquinaria económica estatizada y nacionalista.

Pero hay otro lado menos conocido de Allende, que el reconocido germanista Víctor Farías ha puesto al descubierto con su libro Salvador Allende. Antisemitismo y Eutanasia, que aunque ya lleva dos años de publicado, sólo recientemente se ha venido dando a conocer, tal como le sucedió con su obra anterior Heidegger y el Nazismo. Farías no es cualquier aparecido[1] en el campo de la investigación sobre el nazismo en Latinoamérica. Es un investigador entre los pesos pesados, que está detrás del descubrimiento del vínculo ideológico entre Martin Heidegger y el nazismo.

Para discutir la cercanía de Allende con el nazismo basta con citar a Farías y leer sus libros, sobre todo el episodio sobre la negativa de Allende a detener y extraditar al criminal de guerra nazi Walter Rauff a Simon Wiesenthal.

Pero lo que viene detrás de la impactante revelación de Farías es lo que para muchos desprevenidos pareciera ser una lista de incoherencias ideológicas en Allende, que dirían más de su personalidad, pasando por alto el trasfondo de la formación cultural del presidente chileno.

No se trata de incoherencias, pues hasta donde se sabe, Allende no tenía desórdenes de personalidad. Se trata de una construcción mental estructurada según un criterio que aunque ideológicamente no parezca ser muy puro, es más común de lo que los promotores del izquierdismo mundial quisieran reconocer.

Hoy en día es muy fácil reconocer la naturaleza criminal y totalitaria del régimen nazi, pues los medios de comunicación, la industria del cine y toneladas de obras literarias ampliamente difundidas se han encargado de hacer saber al mundo la verdad sobre el fascismo alemán, aunque aún está por develarse a fondo el aspecto esotérico y delirante del verdadero Adolf Hitler y de sus más cercanos colaboradores. Por eso los izquierdistas de hoy, y el resto del público en general no conciben con facilidad una aparente incoherencia ideológica. Pero remontándonos a menos de 30 años después de terminada la Segunda Guerra Mundial, encontramos una Latinoamérica con regímenes poco democráticos, dados unos al derechismo tradicional, y otros al socialismo, como Velásquez en Perú y Allende en Chile. En esa época era más fácil violar los derechos humanos, pues había menos seguimiento y menos publicidad para los crímenes de Estado que ahora. Así mismo, actitudes consideradas política o ideológicamente reprochables como simpatizar con la experimentación médica en humanos de razas minoritarias con el fin de controlar la procreación de éstas, era más común que lo que podría ser hoy en día.

Así como Hugo Chávez no puede tener hoy la misma actuación que tuvo Allende 35 años atrás porque sería considerado de inmediato un dictador por la OEA, que en ese entonces no existía, y por lo tanto debe actuar de una manera más moderada y prudente, de la misma manera solemos mirar hacia el pasado con la misma actitud, presuponiendo que los líderes de entonces debían someterse a la misma lupa que vemos en la actualidad. Pero no es así. El entorno de Allende y sus contemporáneos en todo el mundo no se caracterizaba por un escrutinio riguroso del respeto a los derechos civiles, y además si consideramos que los golpistas y sucesores de Allende en el poder podían haber sido tanto o más pronazis que él, no es difícil suponer que no tenían valor moral de exhibir ante el mundo su afinidad por un sistema que ellos mismos también admiraban.

Al contrario, lo lógico es que Pinochet y su cúpula hubieran preferido ocultar los vínculos de Allende con el nazismo por considerarlo algo vergonzoso para el derechismo chileno. Sólo años después de salido Pinochet del poder, Farías ha podido desenterrar el lado oculto de Allende. Un lado que no sólo lo acerca ideológicamente a Pinochet, sino que acerca a no pocos izquierdistas al fascismo que tanto dicen antagonizar.

A pesar de lo que pueda proclamar la izquierda mundial sobre la defensa de los derechos humanos, el pluralismo cultural, racial y político, y muchas otras cosas contrarias al ideal nazi, ya Borges había advertido en Latinoamérica una simpatía pronazi que no se limitaba con exclusividad al militarismo derechista, como en el caso de Perón y sus maniobras políticas pronazis durante la guerra. El peronismo, que ha divagado entre la izquierda y la derecha, estuvo untado de nazismo. ¿Entonces por qué no podemos ver más ejemplos similares? Lo que hace converger al nazismo con el socialismo en Latinoamérica no es otra cosa que una esencia común que ambas ideologías tienen: el nacionalismo y el miedo a la globalización.

El internacionalismo comunista no prosperó tanto en una región relativamente aislada del mundo. Aquí, donde las potencias durante siglos llegaron a explotar nuestros recursos por no saber ni querer hacerlo nosotros, cala muchísimo más el nacionalismo bajo todas sus formas: el indigenismo boliviano o ecuatoriano, el separatismo panameño, todas las guerras entre vecinos alegando la defensa de la soberanía, o el socialismo venezolano y cubano.

Si en algo coinciden el nazismo y el socialismo latinoamericano es en la explotación de la derrota histórica de los pueblos a manos de potencias extranjeras. Después de nuestras guerras de independencia, no supimos nada de patearle el trasero a nadie más fuera de nuestra región. En cambio, hemos visto cómo nuestro petróleo, nuestro cereal, nuestro maíz y nuestro cobre han sido industrializados por compañías con banderas ajenas a nuestra cultura, durante generaciones enteras.

Cuando Evo Morales ordena la nacionalización de la industria de hidrocarburos, Hugo Chávez aúlla contra los republicanos estadounidenses y Rafael Correa niega la renovación de la concesión de la base militar de Manta, están enarbolando la bandera del nacionalismo en sus países. El nacionalismo pseudo fascista de la familia Humala encuentra más eco en los sectores socialistas de Perú que en la clase empresarial limeña, la típica candidata a simpatizar con la derecha fascista mundial según el cliché ideológico de la izquierda tradicional. ¿Por qué hemos de sorprendernos si de repente aparece un vínculo entre gran parte del socialismo latinoamericano y el nazismo?

Lo que hay en el fondo es el afán de enaltecer la bandera nacional a la hora de decidir entre meter al país en el tren de la globalización o irse por el romántico camino del fomento directo a la industria nacional, al "Hecho en Argentina", al "Bolivia para los bolivianos", al "Yankees go home", al "viva Chile, huevón" o al "viva México, cabrones". Qué importa en realidad si el método para enaltecer el trapo de colores es el comunismo o el fascismo. He visto converger gente de la extrema izquierda y derecha a la hora de salir a defender el pasaporte de una manera en que jamás se podría ver bajo otra circunstancia. El poder de ese trapo es tan fuerte, que el encanto de la poderosa Alemania nazi a manos de una cúpula de severos militares racistas y un equipo médico de lujo tan sobrante de conocimiento como carente de escrúpulos, puede resultar irresistible no sólo a cualquier derechista ortodoxo, sino también a más de un izquierdista bien plantado dentro del socialismo.

Aunque la izquierda alega tener mil matices y se cuida mucho de mantener la diferenciación de colores entre bando y bando, al final todo se resume en una sola cosa. Una cosa que no sólo reúne a trotskistas y leninistas, a marxistas y maoistas, a socialistas y comunistas, a ecologistas y progresistas. Hay algo que no sólo los une a todos ellos a la hora de votar por un candidato único o de rechazar un proyecto económico determinado, sino que además hace incluir en sus filas a los fascistas más intransigentes, a los conservadores más tradicionalistas, a los derechistas más furibundos: el miedo al mundo libre, abierto y globalizado, donde el Estado deja de jugar un papel controlador y donde el individualismo prevalece por encima de la entrega colectiva a un ideario social.

La proclama rabiosa contra el individualismo que Chávez enarbola es otra señal de la compatibilidad ideológica de algunos aspectos del fascismo y el socialismo. Al fin y al cabo el nombre oficial del partido Nazi alemán era Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei (Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores), lo que suena muchísimo al nombre de un movimiento sindical socialista, pues la base ideológica del nazismo es el socialismo en sí. Lo que históricamente apartó al nazismo del socialismo fue la participación judía en el bolchevismo soviético, no algún tipo de afán nazi por fomentar el corporativismo, pues el nazismo apenas aceptaba una forma de capitalismo controlado por el Estado. De ahí no sorprende para nada que el nazismo y el socialismo sean más cercanos entre sí, que lo que pudiera ser el nazismo y el neoliberalismo, dos cosas realmente muy distantes.

Las repetidas manifestaciones pronazis entre los palestinos, quienes han estado marginalmente incluidos en el menú de respaldos ideológicos del socialismo internacional, parecen ir más allá del simple afán de fastidiar a los israelíes. Sobre todo cuando estas manifestaciones no se limitan a ser exhibidas a la vista de los israelíes, y se empiezan a hacer a puerta cerrada.

Salvador Allende debió entender que los extremos en algún punto se unen y su pasión por el nacionalismo fue más fuerte que cualquier proclama del socialismo ortodoxo. Allí donde pudiera mantener un Chile para los chilenos, haciendo a un lado a los judíos, había espacio para una buena dosis de nazismo discretamente aplicada. ¿Estaba solo Allende en esa particular posición, incoherente sólo para quienes no dan al nacionalismo la importancia y la fuerza que realmente tiene? ¿Era Allende una excepción a la regla socialista? Lo dudo mucho. El trapo de colores envuelve a todo aquel que sueña más con una patria grandiosa que con un individuo libre, más con un Estado poderoso que con una economía vertiginosa. El miedo a las alturas y la velocidad hace pegarnos a la tierra, y como mínimo queremos sentir a esa tierra lo más firme y homogénea posible. En ese temor caben a la vez el nazismo y el socialismo. ¿Por qué no?


[1]. GAZMURI, CRISTIÁN. VÍCTOR FARÍAS. Los nazis en Chile. Historia (Santiago). [online]. 2001, vol. 34 [citado 19 mayo 2007], p.323-328. Disponible en la World Wide Web en Scielo.cl. ISSN 0717-7194.

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27 comentarios a la entrada “Heil Allende”

  1. Tamara López
    martes 22 de mayo de 2007, 05:19 COT
    1

    22-5-2007
    El artículo firmado por “DieGoth” se hace eco de una difamación contra el Dr. Salvador Allende. Los documentos originales e íntegros, que llevan la firma del Dr. Salvador Allende y desmienten las afirmaciones que recoge el artículo se encuentran a disposición de sus lectores. Asi:
    1. La tesis universitaria del Dr. Allende (1933), impresa en Chile en 2006 por la Editorial CESOC (cesoc@terra.cl), y publicada en internet por CLARIN http://www.elclarin.cl/fpa/pdf/tesis_sag.pdf
    2. El libro de Lombroso “El delito, sus causas y remedios” (1902), que el estudiante Allende cita en su tesis doctoral, está publicado en http://www.elclarin.cl/fpa/pdf/lombroso.pdf
    3. Las intervenciones de Allende en la Cámara de Diputados en 1937-38 sobre política de salud y atacando el nazi-fascismo están publicadas en http://www.elclarin.cl/fpa/hemeroteca.html
    4. El proyecto de ley del Ministro de Salud Dr. Allende en el Congreso de Chile en 1939 para combatir las enfermedades venéreas, donde expone su política como miembro del Gobierno de Frente Popular, está publicado en http://www.elclarin.cl/fpa/pdf/p_270705.pdf. No existe el proyecto de ley “de Allende” que publicita el articulista.
    5. El telegrama que el Diputado Allende enviara al Canciller Hitler en noviembre de 1938, días después de la Kristallnacht, protestando por la persecución a los judíos, está publicado en http://www.elclarin.cl/fpa/pdf/p_020605.pdf
    6. El intercambio de cartas entre el Presidente Allende y Simon Wiesenthal en 1972, en las que apoya el enjuiciamiento y sanción de los criminales nazis, está publicado en http://www.elclarin.cl/fpa/pdf/p_280505.pdf
    Las restantes difamaciones diseminadas por el artículo no tienen más fundamento.

  2. Lanark
    martes 22 de mayo de 2007, 05:31 COT
    2

    La tesis de Farías es interesante, y habría valido la pena describirla un poco. Pero acá está muy disuelta entre tres tipos de argumentación completamente diferentes e independientes que se suceden sin ninguna hilación, como en el discurso de los ufólogos que saltan del ying y el yang a la conspiración judía y a la sanación cuántica.

    Un hilo, es el análisis de gobernantes. Este ganaría mucho si se apegara a la realidad, y no a ejercicios de fantasía como que qué tal que no existiera la OEA. Yo creo que si Kissinger fuera un robot de 500 toneladas que pudiera lanzar sus puños como proyectiles y el dictador africano Cabila fuera un dinosaurio gigantesco que lanza fuego, darían una pelea pareja. La crítica al nacionalismo, que se puede hacer desde una posición mucho más sólida, sale perdiendo. Y una afirmación tan confusa como que Hitler y Stalin son tan similares como cualquier dos políticos de centro, valdría la pena aclararla un poco.

    Otro hilo argumentativo es el ideológico, que está un poco más elaborado, pero aún le falta. Por otros textos de personas que sé afines a Diegoth sé que el argumento es que todos los estatismos son iguales, y desde luego se basa en una concepción particular del Estado y del individuo. Pero con sólo este texto, y sin haber leído nada de los comentaristas afines, pensaría que no tiene nada que decir, lo cual no es el caso.

    Y por último, está un vago intento por definir la izquierda latinoamericana a partir del chic publicitario del Ché Guevara (guácala) y otros elementos igualmente singulares e intrascendentes. Aunque debo reconocer que nuevamente es la crítica al nacionalismo lo que rescata un poco el argumento de la inanición.

  3. Scaramanga
    martes 22 de mayo de 2007, 10:52 COT
    3

    Gran articulo,
    muy esclarecedor.

    Ojala no vengan los troles de siempre a
    decir lo de siempre.

    Saludos

  4. DieGoth
    martes 22 de mayo de 2007, 10:55 COT
    4

    Tamara: leí apartes del libro sobre la tesis universitaria de Allende, y creo que está un poco fuera de foco la defensa.

    En primer lugar, la tesis de Farías no se basa en que Allende fuera un pro nazi cabal, sino que tendría algunos rasgos pro nazis. Es diferente. Es como decir que una cebra comparte genes con un caballo, y la defensa equina diga que los caballos no son cebras ni las cebras son caballos.

    Farías dice específicamente que Allende aprobaría ciertos aspectos bastante desarrollados en el nazismo, como el control natal de ciertas razas y la experimentación médica en seres humanos vivos. De ahí a pretender que Allende fuera entusiasta del exterminio de judíos, creo que hay una distancia aún grande. De pronto Allende sí se horrorizó como muchos ante los crímenes de los nazis, pero eso no desvirtúa por sí mismo cualquier coincidencia ideológica con otros aspectos.

    El ser humano está lleno de combinaciones extrañas, algunas contradictorias en su esencia. Lo que Farías expone no es un Allende nazi, sino un Allende que presumiblemente compartía algunos aspectos del nazismo, a pesar de su inclinación claramente socialista.

    En cuanto a la negativa de Allende a detener y extraditar a Rauff, recordemos que él alegaba un impedimento legal basado en las leyes chilenas, cuando el Tribunal de Nüremberg dejó constancia de que la captura internacional de los criminales nazis era un asunto de jurisprudencia internacional, donde las leyes locales no tendrían prioridad. La explicación de Allende, por lo tanto, no dejó satisfechos a muchos.

    De todos modos usted parece no haber captado la esencia de mi artículo, que no es en sí Allende semi nazi, sino la afinidad más común de lo que parece, entre el fascismo y el nazismo con el socialismo.

    Lanark: los argumentos de Farías están expuestos en todo un libro, en el que menciona entre otras cosas que sus memorias universitarias de su carrera de medicina resumidas en un documento, recomendarían la realización de experimentos médicos en humanos vivos, una práctica bastante practicada por los médicos nazis. El título del documento es “Higiene Mental y Delincuencia”, y concuerda ampliamente en la tesis hitleriana de discriminar al ser humano según su propensión al delito, basándose en criterios de raza.

    Al parecer, la génesis del libro de Farías está en una conversación con Simon Wiesenthal, quien le comentaría a Farías que Allende fue reticente a extraditar a Walter Rauff y sobre unas cartas que Farías encontró, tras lo cual inicó una investigación sobre la posición de Allende con respecto al nazismo.

    El mismo Farías dice: “Para mí es claro que si el Gobierno de Allende hubiese sido consecuente con su ideología, Colonia Dignidad no hubiese existido”.

    Mi punto central es que Allende como gobernante socialista, no es un caso aislado sino que representa a cierta parte de la izquierda latinoamericana que no está tan alejada del fascismo como los puristas quisieran.

    Todas las dictaduras son de derecha, dice Antonio Caballero. Y es porque las dictaduras se basan en un Estado fuerte y grande, controlador, no porque los comunistas y socialistas sean alérgicos a las dictaduras. La República Democrática Alemana, así como la Unión Soviética de la era Stalin, son excelentes ejemplos de derechismo profundo arraigado en un régimen comunista.

    Los nazis perseguían a los alemanes que no compartieran el ideal de dominio ario. A los judíos ni siquiera los consideraban alemanes, ni humanos. Los stalinistas perseguían a los soviéticos que no sirvieran al Estado de la manera en que creían correcta. Los alemanes orientales disparaban a matar a cuanto alemán intentara cruzar el muro hacia otro sistema.

    El poder cuando está en manos de un gobernante adepto al control estatal da para muchas cosas, en las que caben no pocas coincidencias ideológicas. Y Allende no era ninguna mansa paloma como quieren recordar sus adeptos. Recordemos que Chile estuvo sumido en muchas revueltas, mucho descontento no sólo militar sino también civil y social, durante su gobierno. Su estilo de gobierno fue autoritario y sus decretos eran polémicos y drásticos. Aunque su extracto político fuera socialista, su comportamiento como gobernante era más cercano a la derecha, pero a la derecha auténtica, no a lo que hoy algunos llaman “derecha” por ahorrarse una descripción más precisa sobre el corporativismo del libre mercado, que vendría a ser más bien una forma de “izquierdismo económico” acoplado a una independencia política más alejada de los conceptos ortodoxos de izquierda y derecha.

    Finalmente, yo no pretendo definir a la izquierda según un bache del Ché colgado en la chaqueta de un universitario. Pero esos detallitos tan comerciales y de moda en la juventud denotan la existencia real de seres mitificados en la izquierda mundial. A lo que me refiero es a que la izquierda recurre con frecuencia a ídolos, a imágenes que no siempre pasarían un riguroso examen de pureza ideológica, pero que ellos convierten en estandartes confeccionados para encausar a los distintos matices de toda la izquierda internacional.

    Así como Trotsky y sus amigos mexicanos Frida Kahlo y Diego Rivera son íconos para algunos izquierdistas que por lealtad no comulgan con el extremismo de los stalinistas, el Ché es un símbolo para los jóvenes inconformes que se identifican más con los personajes dados a las vías de hecho.

    El izquierdista fuerte de convicciones no necesita imágenes ni ídolos, pero es indudable que Allende es una de las más destacadas en la región, uno de los más grandes mitos del socialismo latinoamericano, y el estudio de Farías no sólo resulta chocante para los seguidores de Allende, sino interesante desde el punto de vista de quienes vemos en Allende no un todo, sino una cara de varias que mantienen una coincidencia ideológica entre dos fuerzas aparentemente tan opuestas como el nazismo y el socialismo.

  5. ramiro
    martes 22 de mayo de 2007, 12:51 COT
    5

    que articulo mas latoso!
    pregunta para los editores: desde cuando equinoXio publica a pensadores fascistas? la libertad de expresion da para todo? Viva Hitler!

  6. juglar del zipa
    martes 22 de mayo de 2007, 13:52 COT
    6

    estimado señor diegoth:
    ¿desde cuándo se escribe “ché”? debe de ser desde el mismo día en que “fe” lleva tilde también. o tal vez es una diacrítica para distinguirla de…
    “baj!” mejor pille este link. le servirá.

  7. Víctor Buitrago
    martes 22 de mayo de 2007, 15:27 COT
    7

    En el ambiente político de los años 30, comunistas y fascistas se disputaron el corazón político de mucha gente. Luego vinieron las cirugías para disimular las líneas de expresión producidas por sonrisas pasadas. Antonio García Nossa y Jorge Eliécer Gaitán bebieron del apogeo del gobierno de Mussolini, particularmente “el negro” aprendió de sus habilidades oratorias no pocas mañas. Hay que recordar que, en los comienzos de la URSS, varias potencias occidentales enfrentaron militarmente el nuevo gobierno y no era raro que entre el liberalismo inglés Hitler fuera visto como la esperanza de golpear contundentemente a Stalin. Chamberlain no representa por eso la pasividad ingenua, sino la apuesta por una alianza promisoria. El mismo Churchill expresó en algún momento admiración por actitudes de Il Duce. Hasta sus últimos minutos, ambos dictadores mostraron fe en venderle a Occidente un acuerdo contra la amenaza roja.
    Después del holocausto, y siendo los nazis la potencia derrotada, todos fuimos chéveres. Cualquier inmigrante alemán a Colombia era perseguido por el nazismo (muchos sí lo fueron, me consta, pero hay unos con nubes alrededor). Laureano no gozó del favor del Departamento de Estado por sus simpatías (que también incluían a Stalin). El ejército colombiano cambió de cascos (pero dejó los del GP, como tan prusianos) y comenzó a asimilar algunas tradiciones del estadounidense. En la Facultad de Veterinaria de la Nacional todavía hay un equipo de radiología (de los de pasar a la vaca por detrás, como en Condorito) que tiene el rótulo de hecho en Alemania, con Svástica y todo (y no salió tan malo el cacharro).
    Sí, la dimensión estatista de los socialismos los hizo muy afines a sus versiones de derecha, pero la seducción autoritaria llegó más lejos y el aprendizaje de la lección fue muy doloroso, como no lo hubiera sido si hubiera sido la opción trivial, la obvia.
    No entendí la frase sobre Allende y la OEA. De niño me enseñaron que cuando el Bogotazo acababa de celebrarse la Conferencia Panamericana, un hito de la guerra fría, donde prácticamente se creó, para que su primer secretario, Alberto Lleras Camargo, comenzara su misión en el mismo 1948. A Cuba la suspendieron en 1962, ocho años antes de comenzado el gobierno de la UP en Chile.

  8. CIENCIA Y CONCIENCIA
    martes 22 de mayo de 2007, 16:56 COT
    8

    Cito una entrevista de Lully a Don Chere:

    LULLY: Dice Julio, un periodista de equinoXio, que “Pinochet fue para muchos una alternativa a lo que se consideraba el desgobierno de Salvador Allende”.

    DON CHERE: —Puede ser… me quedo con otra frase que me dijeron hace un tiempo: “Pinochet fue el asesino que transformó a un delincuente común como Allende, en mártir”. Es más fuerte, pero refleja objetividad. Es que eso es Allende, no es ningún héroe… en su gobierno él robó o dejó que robaran a manos llenas… y Pinochet, en su gobierno asesino, dejó que asesinaran con absoluta impunidad. Ahora… ¿cuántos ven las cosas así? Repocos.

    Agrego, Colonia Dignidad era un refugio nazi bajo el protectarado de Pinochet, y la historia ha demostrado hasta el cansancio que sus métodos de exterminio eran de lo más nazi que ha existido, similar al caso argentino y sus dictaduras desde principios del siglo XX.

    Los que especulan que Allende era un mártir que le hubiera ayudado a la democracia chilena, son tan demagogos como los que juzgan su obra de gobierno, obra que no alcanzó a existir, pues fue derrocado y asesinado, más allá de que fuera o no un mártir. Reducir la figura histórica de Allende para “enaltecer” o “glorificar” la de Pinochet es un ensayo inútil de filosofía política. Lo único que distingue claramente a la derecha de la izquierda es que la primera privilegia la libertad por encima de la igualdad, y viceversa. Hugo Chávez es un populista, demagogo y dictador, pero no por eso las corrientes ideológicas contrarias a él se enaltecen, como en el caso del furibismo, por ejemplo. Fidel Castro es (¿fue?) otro, y ciertamente Pinochet utilizó los mismos métodos de exterminio del stalinismo y del nazismo. La corrupción en la política no requiere de matices ideológicos. Sólo algo de ambición y habilidad comunicacional para manipular las masas a conveniencia, cuando de populismo se trata. THILO.

  9. DieGoth
    martes 22 de mayo de 2007, 17:49 COT
    9

    Scaramanga: gracias.

    CIENCIA Y CONCIENCIA: La colonia Dignidad fue fundada en 1961 y de haber sido Allende un decidido antinazi, la hubiera disuelto. Al contrario, la colonia durante su gobierno no fue ni tocada. En realidad en Chile había mucha simpatía por los nazis entre no pocos de sus dirigentes. Por algo hasta los uniformes militares chilenos recuerdan los de las SS.

    Concuerdo con lo de Pinochet: fue el asesino que no dejó a Allende cometer todos los delitos que se proponía cometer. De todo eso no sale mucha gente sana.

    Víctor Buitrago: Aunque la OEA existe desde 1948, la Convención Americana sobre Derechos Humanos apenas empezó a funcionar en los setentas, y las resoluciones concretas para demandar el respeto a la democracia son mucho más recientes.

    A lo que me refiero es que la cultura de respetos humanos en Latinoamérica es relativamente reciente, y aquí en Colombia incluso hace 20 años apenas todavía tenía muchas deficiencias. De hecho nuestro ejército no recibía cátedra de derechos humanos anteriormente.

    En el mundo de hace 30 años era mucho más fácil que ahora violar derechos humanos porque había menos mecanismos de presión y de control, y además había menos cultura al respecto. Hace 30 años la mayor parte de Latinoamérica vivía en dictaduras o en democracias recientes y los calabozos y paredones todavía estaban frescos. La OEA no tenía la manera de hacer nada. Ni siquiera hoy en día lo hace, pero al menos quien es señalado por ese organismo recibe cierta salpicadura de oprobio que antes no existía.

  10. Luis
    mircoles 23 de mayo de 2007, 17:32 COT
    10

    disculpame DieGoth
    , pero estoy de acuerdo en que al meter tantas ideas el efecto se diloyo un poco. y fijate que me gusto.
    dentro de 15 minutos voy a protestar en las calles contra el cierre de una emisora de tv. Eso en mi pais es algo peligroso.
    Tal vez no lo sepan, pero con el cierre de esa planta se agotan los espacios para que la disidencia se pueda expresar, el gobierno copa todo el espectro radielectrico.
    Evitando la confrontacion de ideas contrarias a su linea.
    entiendo perfectamente que desde afuera, la situacion de aqui sea confusa.
    pero la mayoria de las personas (no hablo de los “yque”lideres) No queremos un capitalismo salvaje, pero tampoco un regimen represivo de un socialismo similar al cubano.
    que para alla vamos. ayer no mas, el presidente permitio que loscomites comunales formaran sus policias las cuales pueden invadir la propiedad si se sospecha que hay actividad delictiva o contrarevolucionarios esos hechos no suelen aparecer en la gran prensa.
    mientras los revolucionarios se enriquesen obsenamente. y hasta hacen ostentacion de su riqueza.
    y si hay algo que se parece este regimen al nazista es en el aspecto mistico. Todos los jerarcas pertenecen a los ritos afroamericanos y todos llevan sus collares. Constantemente se habla de sacrificios rituales.
    Pero ese es un argumento trillado y cae en la llamada ley de Godwin esto es te auto-Godwineaste!

    http://en.wikipedia.org/wiki/Godwin%27s_Law

  11. Víctor Buitrago
    mircoles 23 de mayo de 2007, 17:55 COT
    11

    Cierto, de hecho la expresión “derechos humanos” en nuestro país es casi que un legado del gobierno Carter y para que Fernando Carrillo, Ministro de Justicia al comienzo del gobierno de César Gaviria, presentara como derrotero “quitarle ese caballito de batalla a la izquierda”, es porque su asimilación estatal se demoró otro tanto.

  12. Juan Buridán
    jueves 24 de mayo de 2007, 17:08 COT
    12

    Muy difuso el artículo. Estoy de acuerdo con Tamara, Lanark y V. Buitrago. En Chile hace rato se desmintieron estas acusaciones a Allende. Un par de pruebas:
    http://www.lanacion.cl/prontus_noticias/site/artic/20070129/pags/20070129200622.html
    http://www.cep.cl/Cenda/Cen_Documentos/Varios_Politica/Dobry.doc

    Fue la Corte suprema chilena quien no extraditó a Rauff. Allende no podía pasar por encima de ellos.

    La tesis liberal ( Hayek & Co) que afirma que cualquier asomo de intervención estatal ayuda a la aparición del totalitarismo debe matizarse. Esas generalizaciones harían de muchos países democráticos unos leviatanes monstruosos.

    Por otro lado, ¿Desde cuándo cualquier tipo de nacionalismo, por ejemplo, hace a alguien simpatizante del fascismo?

    El escándalo estilo Discovery – History Channel le puede representar cierto crédito mediático a farías, pero en un campo medianamente riguroso queda fácilmente como un mercachifle.

  13. DieGoth
    jueves 24 de mayo de 2007, 21:22 COT
    13

    Luis: Gracias. El totalitarismo es común en los regímenes comunistas y fascistas, y eso los asemeja bastante de por sí.

    Juan Buridán: el segundo vínculo lleva a un documento bastante visceral y demasiado “allendista” como para ser más creíble que el estudio de Farías, en caso de que fuera “antiallendista”.

    Por regla general hay que desconfiar de quienes idealizan demasiado a los personajes. Allende no pudo ser perfecto porque nadie más lo ha sido. Considere eso.

    Sería bueno conseguir una publicación fiable de las memorias universitarias de Allende. Sólo así podríamos saber si realmente Farías manipuló los textos, o si dice la verdad.

    Mientras tanto, el punto central de mi artículo es la afinidad y compatibilidad ideológica entre la supuesta izquierda y el fascismo, y eso no se cae porque desmientan a Farías. Aún quedan Perón y Chávez, entre otras figuras y figurines de izquierda con algunas coincidencias con su extremo opuesto.

  14. Bilioso
    jueves 24 de mayo de 2007, 21:37 COT
    14

    El totalitarismo es común en los regímenes comunistas y fascistas, y eso los asemeja bastante de por sí.

    Es una frase muy acertada la de Diegoth, los totalitarismos son fascistas, eso no tiene discusión. Totalitarismo es por ejemplo que todo aquel que no esté de acuerdo conmigo es un terrorista, totalitarismo es que los amigos del presidente lleven a la gente encañonada a votar por el candidato de su elección y conveniencia. Eso es totalitarismo.

    Y tildar a Allende de fascista es un disparate, todo el mundo sabe que la Colonia Dignidad fue protegida por Pinochet.

  15. Schlecter
    viernes 25 de mayo de 2007, 08:21 COT
    15

    Bilioso

    Es corriente y perfectamente normal,
    que los politicos jamas reconozcan ninguna cualidad en los rivales.

    El rival politico no tiene merito, no tiene dignidad. Es mas no tiene inteligiencia.

    En cambio el politico, procurara ocultar sus errores, destacar sus aciertos.

    El regimen fascista (que a saber solo ocurrio en Italia durante la II guerra mundial) dejo una huella en nuestro lenguage, una huella utilizada para contrariar al rival.

    Pero no menos temible fue el terror comunista.

    Ahora bien Allende creo el Allendismo, y
    si se analiza con cuidado en ciertas acciones de Allende se ve el deseo de beneficio personal
    a costa del pueblo.

    Allende no fue un santo,
    Allende tampoco fue un buen gobernante.

    Obviamente si el rio suena….

  16. DieGoth
    viernes 25 de mayo de 2007, 11:03 COT
    16

    Bilioso, esta construcción argumentativa tiene su falla:

    “Y tildar a Allende de fascista es un disparate, todo el mundo sabe que la Colonia Dignidad fue protegida por Pinochet”

    La Colonia Dignidad fue fundada antes de Pinochet, y antes de Allende. La Colonia Dignidad no es exclusiva de Pinochet. La Colonia Dignidad fue fundada mucho antes y fue tolerada por varios presidentes chilenos, incluidos Pinochet y Allende. Por lo tanto, hay que achacarle no sólo a Pinochet sino también a Allende cualquier falta de voluntad de acabar con esa colonia o cualquier intención de protegerla.

    Si Allende fue capaz de decretar la estatización de las minas de cobre y los bancos, ¿por qué en cambio le resultaría difícil entregar a Rauff y disolver la Colonia Dignidad? Como que tenía poder para unas cosas, pero para otras no…

  17. Sentido Común
    domingo 27 de mayo de 2007, 09:29 COT
    17

    Ves el mundo en blanco y negro. Te hace falta vivir un poco más para saber que con menos palabras podrías decir algo más claro.

    Sobre Allende, nada de lo que has expuesto es cierto. Son solo divagaciones de otros, no tuyas, que venden libros hoy a quienes no vivieron el momento.

    Adenda: La guerra fría ya pasó…puedes salir.

  18. Sergio Méndez
    domingo 27 de mayo de 2007, 14:24 COT
    18

    Este artículo tiene una falla fundamental: no habla de la tesis de Frei y sus argumentos para ligar a Allende con los nazis. Simplemente se dedica a darnos un jurgo de razones – muchas de ellas clichés repetidos hasta la saciedad contra la izquierda- de porque Allende “podría” tener un nexo con los nazis. Y la mayoría de esos clichés (no todos)son bien discutibles:

    1- La romantización del ídolo puro de izquierda ortodoxa (y su comercialización). Totalmente de acuerdo. Yo todovía no tengo claro como es que Bolivar pueda ser un ídolo de la izquierda.

    2- La idea de que Stalin y Hitler eran exactamente la misma cosa. Desde luego que tenían similitudes enormes: ambos encarnaban el ideal de un Estado Totalitario. Pero el sistema sovietico era comunista, y como tal abogaba por un control total de los medios de producción por el Estado; los nazis no se quedaban atrás en el intervensionismo ecónomico, pero jamás abolieron la propiedad privada o el capitalismo de Estado con diversas empresas privadas colabroando estrechamente con ese. La ideología Stalin era una ideología que no se basaba en el racismo como si lo era la de Hitler. Stalin era a su vez más paranoico que Hitler, y eso se reflejó en la forma en que el Estado controlaba los ciudadanos. Y podriamos seguir con mil más, que la “historia” que Diegoth cuenta y que según él nos enseña que ambos eran la misma cosa, parece no relatarnos

    3- Lo se Simon Weizental y Allende, creó que lo refutó el primer comentarista de esta entrada.

    4- La idea de que como el peronismo fluctuaba entre ideas de izquierda y derecha -fascistas, nazis- no prueba nada sobre Allende. Relacionado a lo anterior, el típico mito de que como el nazismo era un “nacional socialismo”, entonces los nazis eran “socialistas” en algún sentido de la palabra. Cualquiera que alla estudiado el asenso al poder los nazis, sabe que los nazis escogieron ese nombre por razones de conveniencia política y no convicción: era una forma de atraer a las masas con la retórica de la izquierda (por lo mismo Hitler se declaraba admirado de las tácticas de convocación de masas, que el mismo perfeccionó)-

    5- La cuestión de la izquierda y el nacionalismo. Lord Acton dijo que el patriotismo era el último refugio de los canalla, pero ciertamente no sólo la izquierda o la derecha extremas apelan al nacionalismo. Lo hacen prácticamente todas las facciones políticas, incluidas las de centro. Diegoth podría arguir que el tono de la izquierda en su nacionalismo es más fuerte: cierto, pero también ignora el contexto. Por más que él, y los apologetas de los Estados Unidos lo nieguen, Estados Unidos SI ha tenido una actitud imperialista o al menos abiertamente paternalista y de control, sobre la latinoamerica. La izquierda debería y TIENE que ver más allá de eso, es cierto, pero también es comprensible que impere un sentimiento de hostilidad hacia los norteamericanos y sus políticas..y que ese sentimiento sea monopolio de la izquierda (como la derecha en Estados Unidos y Europa monopoliza el sentimiento de resentimiento hacia los emigrantes, a pesar de que sus razones sean mucho menos justificables)

  19. DieGoth
    domingo 27 de mayo de 2007, 18:45 COT
    19

    Sentido Común: ¿en serio ya terminó la guerra fría? Vaya y dígaselo a Chávez, que no se ha dado cuenta. Dígaselo a la mitad de la cúpula del PDA, a la USO, a la CUT, a las FARC, al ELN. Ninguno de ellos lo sabe aún. Vaya y dígales.

    Lo que pasa es que ellos no son ningunos monigotes pintados en la pared. Son actores de la vida diaria colombiana y regional. Tienen capacidad de influenciar al país. Vaya y dígales que bajen la guardia, y todos los demás lo haremos también.

    Sergio Méndez: lo que usted cree que es una falla en esta columna, es una falla pero de lectura de su parte. Ya he dicho más de una vez, incluso en el mismo artículo, que no me centro en discutir los argumentos de Farías (y no Frei) sobre Allende, sino en lo que usted precisamente me reprocha.

    Algo que usted dijo me llama la atención:

    “La idea de que Stalin y Hitler eran exactamente la misma cosa. Desde luego que tenían similitudes enormes: ambos encarnaban el ideal de un Estado Totalitario. Pero el sistema sovietico era comunista, y como tal abogaba por un control total de los medios de producción por el Estado; los nazis no se quedaban atrás en el intervensionismo ecónomico, pero jamás abolieron la propiedad privada o el capitalismo de Estado”

    La verdad, no lo entiendo. ¿Dije yo que Stalin y Hitler eran IDÉNTICOS? ¿O más bien que tenían algunas similitudes importantes (lo mismo que usted dice)?

    Creo que en mi artículo dije que el nazismo toleraba una forma de capitalismo controlado por el Estado, aceptando la participación del sector privado. ¿No es lo mismo que usted quiere aclarar?

    No, Sergio, por favor, colabore. Primero entienda bien la lectura, luego aporte, cuando crea que realmente va a decir algo NUEVO.

    El nazismo sí era una forma de socialismo. Era un socialismo para los alemanes arios. Pregúntele a cualquier alemán que vivió en Alemania Oriental y durante la época nazi si habría sentido alguna diferencia mayor con respecto a su relación con el Estado nazi, y lo que vivió luego durante el régimen de la RDA.

    Usted como que no ha visto lo que dicen los acérrimos derechistas latinoamericanos sobre Estados Unidos. Odian a ese país tanto como cualquier miliciano de la JUCO.

  20. Sergio Méndez
    lunes 28 de mayo de 2007, 01:30 COT
    20

    Diegoth:

    ¿En que parte del artículo dice ud que no se va a centrar en discutir sólo los argumentos de Farias (si, no Frei, eso si fue un lapsus de mi parte)? Lo que si leí que ud dice es lo siguiente, copiado textualmente:

    “Pero hay otro lado menos conocido de Allende, que el reconocido germanista Víctor Farías ha puesto al descubierto con su libro Salvador Allende. Antisemitismo y Eutanasia, que aunque ya lleva dos años de publicado, sólo recientemente se ha venido dando a conocer, tal como le sucedió con su obra anterior Heidegger y el Nazismo. Farías no es cualquier aparecido[1] en el campo de la investigación sobre el nazismo en Latinoamérica. Es un investigador entre los pesos pesados, que está detrás del descubrimiento del vínculo ideológico entre Martin Heidegger y el nazismo.

    Para discutir la cercanía de Allende con el nazismo basta con citar a Farías y leer sus libros, sobre todo el episodio sobre la negativa de Allende a detener y extraditar al criminal de guerra nazi Walter Rauff a Simon Wiesenthal.

    Pero lo que viene detrás de la impactante revelación de Farías es lo que para muchos desprevenidos pareciera ser una lista de incoherencias ideológicas en Allende, que dirían más de su personalidad, pasando por alto el trasfondo de la formación cultural del presidente chileno. ”

    Eso en una columna títulada “Heil Allende” ¿Donde están los argumentos de Farias y como no son centrales a su tesis central, de que Allende tenía posiciones en común con el nazismo? En ninguna parte…ud simplemente nos asegura que basta con citar y leer a Farias, pero desafortunadamente no nos dice porque. Y despúes se dedica a usar los clichés sobre la izquierda, que enuncian la posiblidad pero en ningún lado prueban o desarrollan un argumento convincente sobre los nexos de Allende con el nazismo.

    Ud despúes, en los comentarios, pretende cambiar el sentido de su artículo…”no es probar que Allende es un nazi, sino probar la afinidad entre ideas del socialismo y el nazismo”. Pero en ese sentido también falla, por que se basa en clichés, que rebelan en muchos casos coincidencias superficiales o más que comprensibles (como que el nombre del partido nazi incluya la palabra “socialismo”), cuando Hitler lo que hizo fue copiar tácticas y retórica socialista para sus propios fines.

    Ahora, ud no dijo que el nazismo y el socialismo son idénticos…dijo, lo cito:

    “Sorprendería mucho a los desprevenidos seguidores de la izquierda mundial saber de cualquier alusión a una posible afinidad entre algunos mitos socialistas y el nazismo o el fascismo, a pesar de que en la práctica la historia nos enseña que entre Stalin y Hitler no había más diferencia que la que pueda haber hoy en día entre dos personas comunes de centro.”

    Asi que corrijo: ud dijo que Hitler y Stalin (supongo, que se refiere al stalinismo y al nazismo) tienen una diferencia igual o menor a la que pueden tener dos personas de centro. Igual su comparación me sigue pareciendo exagerada, en virtud de las diferencias que ambos sistemas tenían y que ud mismo admite. Eso no es lo mismo que tratarlos de identicos en sentido estricto, pero ciertamente es prácticamente eso, o al menos esa es mi interpretación de su texto

  21. DieGoth
    lunes 28 de mayo de 2007, 09:07 COT
    21

    Sergio:

    “Para discutir la cercanía de Allende con el nazismo basta con citar a Farías y leer sus libros, sobre todo el episodio sobre la negativa de Allende a detener y extraditar al criminal de guerra nazi Walter Rauff a Simon Wiesenthal.

    Pero lo que viene detrás de la impactante revelación de Farías es lo que para muchos desprevenidos pareciera ser una lista de incoherencias ideológicas en Allende, que dirían más de su personalidad, pasando por alto el trasfondo de la formación cultural del presidente chileno.”

    Ahí encaucé el artículo hacia lo que hay detrás de las similitudes del nazismo con un sector de la izquierda, no sobre Farías y su libro. Aunque sí reconozco por las críticas que este artículo ha sido el menos claro que he escrito.

    Dos personas de centro, por ser de centro, que no es ninguna ideología específica, pueden tener muchas diferencias y matices, aunque coincidan en que no son propiamente ni izquierdistas ni derechistas.

    El centro suele ser más bien pragmatismo, lo que significa independencia ideológica. Allí caben muchas diferencias, aunque en lo esencial, las personas de centro tienden a rechazar los extremos e incluso los no tan extremos, por favorecer una combinación de elementos de uno y otro lado.

    Por supuesto que comparando a Stalin y Hitler con dos centristas promedio, caben más similitudes entre los dos personajes que entre los dos centristas.

  22. Sentido Común
    lunes 28 de mayo de 2007, 23:42 COT
    22

    Lée lo que escribes, no te pegues con las paredes

  23. Schlecter
    martes 29 de mayo de 2007, 16:16 COT
    23

    (Totalmente al margen:

    He querido tener la sindicalizacion de la columna, solo de esta en special,
    pero los feed de equinoXio van con todo)….

    ¿Habria manera de tener solo: Una mente Vulgar,
    en sindicalizacion?

    Ya que no me gusta el resto de equinoXio,
    pero esta columna va muy bien en mi blog,
    ojala pudera tener el RSS.

    Saludos

  24. Julián Ortega Martínez
    martes 29 de mayo de 2007, 16:33 COT
    24

    Schlecter: el canal RSS es este. Se obtiene entrando a la página de la categoría (haciendo clic debajo del título donde dice Una mente vulgar) y añadiéndole a la URI /feed. La columna es [más o menos] quincenal. Un saludo.

  25. Roberto
    martes 29 de mayo de 2007, 16:44 COT
    25

    \”Ya que no me gusta el resto de equinoXio,
    pero esta columna va muy bien en mi blog,
    ojala pudera tener el RSS.\”

    ayyyyyyyyyyyyy

    pidale el telefono

    mas bien deje ver su blog, schlecter, como asi que toca \”pedir autorizacion\”, de que nos estamos perdiendo pues?

  26. Schlecter
    mircoles 30 de mayo de 2007, 08:11 COT
    26

    Roberto: ¿En serio? Es de entrada libre y gratuita.

    JOM: Gracias, el feed quedo apenas.
    Tanto que hasta voy a dejar el de equinoXio,
    completo tambien.

  27. equinoXio » » Chile, 34 años después de Allende
    martes 11 de septiembre de 2007, 15:03 COT
    27

    […] Heil Allende […]



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