Tras las declaraciones que le costaron el puesto al Ministro de Defensa, Yoshitoshi Fukahori manifiesta su preocupación por preservar la verdad acerca de los bombardeos nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki.

Finalmente, y luego de 40 años, el ex beisbolista y víctima del bombardeo de Hiroshima Isao Harimoto, gracias a la carta de una niña, sacó fuerzas para visitar el Museo Memorial de la Paz de esa ciudad.

Una corresponsal japonesa en Estados Unidos cuenta cómo en ese país, a pesar del apoyo a las armas nucleares, algunas voces se atreven a “sonar la alarma”.

Cuatro personas, dos víctimas directas, un coreano y una fotógrafa, le cuentan sus experiencias sobre la bomba atómica a un periodista británico.

Un periodista neozelandés entrevista a tres sobrevivientes de la bomba atómica de Nagasaki, quienes le cuentan sus experiencias.

En Argelia, donde Francia hizo ensayos hace más de 40 años, también se sintió el clamor por la abolición de las armas nucleares.

Un doble sobreviviente de los ataques nucleares sobre Japón y una víctima de la guerra de Vietnam se encuentran para hacerle entender al mundo la importancia de la paz.

Víctimas dos veces de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, un par de hermanas que se llevaban muy mal acabaron convirtiéndose en las mejores amigas.

Detrás de las palabras recias del historietista Keiji Nakazawa hacia Estados Unidos yace la esperanza de que el momento de la comprensión mutua seguramente va a llegar.

Yōko Nakano, quien se encontraba en el vientre de su madre cuando la bomba atómica fue lanzada sobre Nagasaki, reconoce en su madre la fuente de su optimismo.