Pese a la presencia una obra descomunal de Doris Salcedo en la Tate Modern de Londres, al MDE07 –ciudad + arte contemporáneo, y al auge prometedor de un nuevo cine, en Colombia la guerra lo absorbe todo como un remolino sin fondo ni esperanza.

Una audaz propuesta de la artista colombiana Doris Salcedo, en su exposición en la Sala de Turbinas de la Galería Tate Modern de Londres, una grieta de 167 metros de largo que fractura el piso, sorprende a visitantes y críticos.

Ya la noticia la deben saber todos ustedes. Calculen. Si la supe en Londres, debió estar en sus oídos antes. Porque esa noticia y lo que hizo ese man, el muerto, entró por los oídos de todos, pero con una diferencia: la nota de su muerte causa pena, y las notas de sus canciones, de los cientos y cientos que interpretó, dejan unos recuerdos tremendos.

Germán Espinosa ha entrado en su noche. Y este es el motivo para que todos los medios, ahora sí sin distingos, hablen de un hombre que fue considerado un escritor de primera línea desde los 70, pero que en realidad nunca consiguió la consagración del público.

Cómo hace uno. Si se propone cada día mirar el país en serio, diseccionarlo, para poder despejar la nube de incertidumbre y tratar de organizar un futuro personal, familiar y ciudadano siquiera de medio plazo, lo que se encuentra es lamentable: el Presidente de la República le casa peleas a la Corte Suprema de Justicia, […]

El Encuentro de Medellín 07 –ciudad + arte contemporáneo- fue la realización cultural más grande, importante y ambiciosa del año.

Fue tal la cantidad de gente que marchó en Medellín por la libertad de los secuestrados y la devolución de los cadáveres de los diputados del Valle, que la fila iba sin romperse desde el Parque de Bolívar hasta La Alpujarra, sede de los gobiernos departamental y municipal.

De los recursos y torniquetes tradicionales que se usan para perpetuar el desinterés y las fobias de los jóvenes por todo aquello que se salga de los esquemas repetidos y vacíos que recibieron de su casa o de su escuela.

Si hay alguien responsable del fatal gusto de los colombianos promedio por el cine norteamericano de mucho presupuesto y poco encanto es Cine Colombia, que se ha permitido, siempre con rigurosos criterios comerciales, decidir qué vemos y qué no vemos en estas tierras.

Semblanza de Mario Escobar Velásquez y una invitación a revalorarlo, hacerlo público, leerlo y apasionarse con sus libros. Libros de maravilla, fuertes, duros, a veces secos, siempre intensos y sorprendentes.