Colombia: ¿“estado fallido”, “poco pacífico” y “parcialmente libre”?
Artículo destacadoPor Carlos Raúl van der Weyden Velásquez
lunes 17 de septiembre de 2007 0:01 COT
Fragmento del mapa del índice de Estados Fallidos de 2005 (en rojo)
Independientemente de la opinión que se tenga de Álvaro Uribe Vélez como político o como persona, o de su pasado y de sus relaciones, no se puede negar tan a la ligera que en un país donde cada presidente "es peor que el anterior", como lo dijera Martín de Francisco en su programa de radio una década atrás, durante los últimos 4 ó 5 años muchos colombianos, en especial los de las zonas urbanas, hemos experimentado la sensación de que el país ha "mejorado" en algunos aspectos. Fe de ello pueden dar habitantes de algunas zonas rurales, hasta hace poco abandonadas por el Estado. Para los más cínicos, las cosas estaban tan mal que cualquier avance, por más pequeño que sea, es percibido como una gran "mejora".
Sin embargo, más allá del "ya se puede viajar por carretera", los colombianos reclamamos éxitos de la llamada política de seguridad democrática en los objetivos que se ha propuesto, especialmente en el principal de ellos que es acabar, o al menos reducir, a la subversión. Infortunadamente, la tarea está lejos de completarse, más allá de hechos como la muerte de alias El Negro Acacio, uno de los hombres fuertes de las FARC, un acierto muy importante pero ciertamente algo retrasado. Por eso, es importante no caer en un optimismo desmedido, declarando triunfalmente que las "cosas están bien" y que "las FARC están muy cerca de su fin", frases repetidas hasta la saciedad en los últimos años y que no se han cumplido. Los habitantes de Tolima, Huila, Caquetá, Nariño, Putumayo o Guaviare, entre otras zonas, no sabrían si reír o llorar al enterarse de lo que se afirma en Bogotá o en las demás capitales con tanta algarabía, tratándose estas ciudades de lugares que han padecido muy poco los efectos de la guerra que desangra nuestro país desde hace varias décadas.
Los partidarios del presidente, tan afectos a las cifras y a las estadísticas, han hecho caso omiso (o simplemente no se han enterado, gracias a la mediocridad de los medios tradicionales colombianos) de los índices y clasificaciones que publican diversas organizaciones, basados en informaciones de prensa, reportes oficiales y privados y otras fuentes, acerca de las situaciones de los países en asuntos tan diversos como su viabilidad como Estado, su paz interior y su libertad política y democrática. Con sus aparentes sesgos y las posibles fallas que puedan tener, estas estadísticas, no obstante, sirven como barómetro y tema de referencia para saber cómo vamos y qué nos hace falta. Tristemente, estos fríos números son más tenidos en cuenta en Bogotá que los llamados y los clamores de muchas poblaciones en "la patria". Colombia va mejorando en algunas cosas, pero tiene mucho por hacer en ese y en otros asuntos de vital importancia.
Cada vez menos "Estado fallido"
Mapa del índice de Estados Fallidos de 2007 (en rojo; los países en naranja están en "advertencia"; amarillo significa "moderado"; verde significa "Estado sostenible")
El más polémico de los tres índices que revisaremos en este artículo es el de Estados fallidos, publicado desde 2005 por la organización Fund for Peace, cercana a la derecha estadounidense, y la revista bimestral Foreign Policy, del Fondo Carnegie para la Paz Internacional. El índice se basa en 12 indicadores para evaluar la vulnerabilidad y la propensión de un Estado hacia el colapso o el conflicto. Cuatro de ellos son sociales (presión demográfica, desplazamiento masivo, legado de inconformidades de grupos buscando venganza, emigración crónica y sostenida), dos son económicos (desarrollo económico irregular, decadencia económica severa) y seis son políticos (criminalización y deslegitimación del Estado, deterioro progresivo de los servicios públicos, violación generalizada de los derechos humanos, aparatos de seguridad actuando como "estado dentro del Estado", ascenso de élites facciosas, intervención de otros estados o de factores externos).
Hace dos años, Colombia ocupó el escandaloso 14to. lugar (de 76 países evaluados), con 95 puntos de 120 posibles. La clasificación la lideraban Costa de Marfil, República Democrática del Congo (antiguo Zaire), Sudán, Iraq y Somalia. En la región, apenas Haití "nos superaba" cuatro posiciones y Venezuela ocupaba el puesto 21. Más escandalo provocó la insólita aparición de República Dominicana en el 19no. lugar, un país en apariencia tranquilo, lo que generó airadas protestas de las autoridades de ese país. Quedaba claro que el índice estaba lejos de ser perfecto y que era susceptible de mejoría, como reconociera el Fund for Peace, que no obstante defendió la "utilidad" de su metodología. En el índice de 2005, con datos del año anterior, el peor puntaje de Colombia estuvo en el ítem de "criminalización y deslegitimación del Estado", empatado con Costa de Marfil, Venezuela y Bután, y superado por Guinea Ecuatorial, Honduras y Paraguay. Colombia obtuvo 9 o más puntos en "presión demográfica", "desarrollo económico irregular", "intervención de otros estados o de factores externos", "emigración crónica y sostenida" y "aparatos de seguridad como ‘estado dentro del Estado’". El mejor puntaje, 4,8, fue en el ítem del "deterioro de los servicios públicos".
En 2006, el índice evaluó 146 naciones. Colombia, aunque seguía en la temida zona "roja" de "alerta", cayó al puesto 27, con 91,8 puntos. El Top 5 de ese año incluía a Sudán, Rep. Dem. del Congo, Costa de Marfil, Iraq y Zimbabue. Aun así, Colombia seguía siendo el segundo peor de la región, por debajo de Haití, que había subido al 8vo. puesto. Los dominicanos cayeron al puesto 48. Nuestra peor puntuación, 9,2, se hallaba en el ítem de "ascenso de élites facciosas", descrito por el Fund for Peace como la "fragmentación de las élites gobernantes y de las instituciones del Estado en líneas de grupo" y "el uso de retórica política nacionalista" por parte de dichas élites, "a menudo en términos de irredentismo comunitario o de solidaridad comunitaria". El desplazamiento masivo y el ‘estado dentro del Estado’ seguían marcando altos puntajes. El mejor indicador, con 3,2, era el de la "decadencia económica severa", reflejo de las estadísticas sobre crecimiento económico, favorables desde entonces.
En junio pasado salió la clasificación de 2007, con datos de 2006. La noticia prácticamente fue ignorada por la mayoría de los medios nacionales. Esta vez fueron evaluados 177 países y Colombia cayó 6 puestos, al 33, con 89,7, encabezando la zona naranja o de "advertencia". Los cinco primeros fueron Sudán, Iraq, Somalia, Zimbabue y Chad. Haití cayó al 11mo. lugar y en la región nos siguen la Bolivia de Evo Morales y la Guatemala del saliente Óscar Berger. Colombia superó los 9 puntos (9,5) en el ítem del desplazamiento interno (sólo nos supera Sudán), muchos otros ítems superaron los 8 puntos y el mejor indicador, con 3,8, fue nuevamente el de la "decadencia económica severa". Por lo visto, si bien ha habido mejoría, es claro que el problema de los desplazados, por parte de todos los grupos armados, se ha salido de control -de ahí los esfuerzos de Acción Social por incluirlos en sus programas de ayuda y asistencia- y que muchas regiones de Colombia siguen bajo el control ya sea de la insurgencia o de los grupos paramilitares emergentes, mientras que en otras zonas la presencia del Estado se limita al ámbito militar y policial.
Uno de los seis "menos pacíficos"
Mapa del Índice de Paz Global de 2007 (Hacia el azul: más pacíficos; hacia el rojo: menos pacíficos)
El más reciente y el menos sorprendente de estos índices es una idea del empresario australiano Steve Killelea, patrocinado por él junto a varias organizaciones y publicado por la revista británica The Economist. El Índice Global de Paz se basa en 24 indicadores de fuentes como el Banco Mundial, Amnistía Internacional, las Naciones Unidas y la propia unidad investigativa de la revista, midiendo la criminalidad, las muertes violentas, el gasto y la capacidad militar, la participación en conflictos y el número de refugiados, entre otros. Muchas críticas ha suscitado que el índice no mida aspectos como la integración regional, la hostilidad hacia los extranjeros, el producto interno bruto per cápita o la violencia intrafamiliar, así como la ausencia de países como Belarús, Corea del Norte o Afganistán, por falta de datos completos. Ello da lugar a ciertas inconsistencias como las denunciadas por Riane Esler en el diario Christian Science Monitor: mientras los Estados Unidos están en el puesto 96, merecido "premio" a sus intervenciones en Iraq y Afganistán y a la paranoia desatada tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, países como Libia, China y Cuba ocupan los lugares 58 al 60.
Al margen de lo anterior, los colombianos difícilmente podemos sorprendernos de que nuestro país aparezca en el puesto 116, de 122 países evaluados, con 2,77 puntos (de 5), en el Índice de Paz Global. Menos pacíficos que el apasionado país del Sagrado Corazón son Iraq, Sudán, Israel, Rusia y Nigeria. Los peores puntajes los sacamos en indicadores como los homicidios por cada 100.000 personas, el respeto por los derechos humanos, el potencial para actos terroristas y despliegue de misiones de la ONU, todos ellos con la máxima nota. Con 4 nos "premian" el acceso a armas de menor destrucción, el nivel de organización del conflicto, la desconfianza en los otros y el nivel de crímenes violentos. Curiosamente, sacamos 1 en el número de desplazados como porcentaje de la población, dato de 2003 que proviene del Banco Mundial. En contraste, los países más pacíficos son Noruega, Nueva Zelanda, Dinamarca, Irlanda y Japón, y el mejor de la región es Chile en el puesto 18, seguido por Uruguay en el 24 y Costa Rica en el 31.
Los creadores del índice han manifestado su voluntad de incluir algunos de los indicadores que hacen falta para la próxima edición y su creador, el señor Killelea, desea que sea una "llamado a los líderes alrededor del globo para que despierten". Figuras como el ex presidente estadounidense Jimmy Carter o el arzobispo sudafricano Desmond Tutu han brindado su apoyo a esta iniciativa.
"Parcialmente libre"
Mapa del índice de Libertad en el Mundo de 2007 (Verde: libre; Naranja: parcialmente libre; Azul: no libre)
Finalmente, el más longevo de los índices es el de Libertad en el Mundo, que publica desde 1973 Freedom House, instituto con fuertes lazos con el gobierno de los Estados Unidos. Este informe evalúa las libertades civiles y los derechos políticos de 209 países, basado en los hechos políticos del año inmediatamente anterior, recopilados y evaluados con expertos que los cotejan con otros indicadores. Los países reciben una calificación de 1 a 7 (entre menor sea la nota, mayor la "libertad") y se clasifican en "libres" (1 a 2,9), "parcialmente libres" (3 a 5,4) y "no libres" (5,5 a 7). En promedio Colombia saca 3 puntos en ambos indicadores (libertades civiles y derechos políticos), colocándose junto a países como las Filipinas, Bolivia o Bosnia-Herzegovina, por encima de su vecino Venezuela, que saca 4 puntos. Los países considerados "no libres", con el peor puntaje (7), son Birmania (Myanmar), Corea del Norte, Cuba, Libia, Somalia, Turkmenistán y Uzbekistán. Colombia, debe resaltarse, ha mantenido su puntaje promedio de 3 en los últimos 3 años, en contraste con el puntaje de 4 en 2004, si bien no ha recuperado la calificación de "libre" que mantuvo desde 1973 hasta el periodo 1989-90.
Para Colombia, el informe destaca los resultados de las elecciones de 2006, en las que los partidos uribistas obtuvieron la mayoría en el Congreso y el mandatario logró ser reelegido, merced al "mejoramiento de la seguridad urbana" y el "sólido manejo económico", además de mencionar las dudas sobre el proceso de desmovilización de las AUC y el escándalo de la parapolítica. Respecto de los derechos políticos y las libertades civiles, Freedom House señala que Colombia es una "democracia electoral" y que las elecciones fueron "relativamente pacíficas" y que la corrupción afecta "todos los aspectos de la vida pública". Añade que aunque los ataques contra los periodistas han disminuido, 3 fueron asesinados en 2006, afirma que "la autocensura es común" y resalta la forma en que Uribe "cuestiona el patriotismo de los periodistas". Agrega que el acceso a internet es libre y los medios están en manos de "familias ricas y grandes conglomerados nacionales". Igualmente, señala el autoexilio de algunos académicos y la reticencia de otros por discutir temas controvertidos, así como la presencia de paramilitares y guerrilleros en las universidades.
La "incapacidad del gobierno para garantizar la seguridad de sus ciudadanos" es uno de los motivos por los que la libertad de reunión y de asociación no se ejerce en la práctica, según Freedom House, que hace referencia a los señalamientos de Uribe hacia los sindicalistas, a quienes ha llamado "simpatizantes de los terroristas" y a las organizaciones no oficiales de derechos humanos "portavoces del terrorismo". Por otra parte, destaca la rivalidad entre Policía y Ejército y la falta de control civil hacia programas como los soldados campesinos o las redes de informantes.
De paramilitares y guerrilleros, el informe afirma que ambos violan de manera sistemática los derechos humanos y que, junto con las fuerzas del Estado (aunque éstas en menor grado) practican la tortura. Denuncia los secuestros y el uso de los secuestrados como escudos humanos por parte de las guerrillas, y la impunidad "rampante", pues casi todos los crímenes violentos quedan "sin resolver". Las poblaciones indígenas son blanco de los grupos armados, a pesar de sus intentos por mantenerse neutrales. El informe concluye señalando como "problemas graves" la discriminación hacia los homosexuales, el trabajo y el reclutamiento infantil, el acoso sexual, la violencia contra la mujer y la trata de blancas.
Conclusión
Aunque estas son apenas tres de las estadísticas con las que son medidos Colombia y los demás países del mundo y pueden no ser 100% exactas, dejan claro algo que algunos no quieren ver. Colombia sí, ha mejorado en muchos aspectos. Pero no es ningún paraíso, ni el "mejor vividero del mundo", ni otro de esos epítetos chauvinistas con los que los gestores de Colombia es pasión nos quieren convencer de algo que no es cierto. Colombia sigue en crisis, Colombia sigue en guerra, Colombia sigue desatendiendo a su población, Colombia sigue ignorando sus problemas más apremiantes. No nos podemos enceguecer ni quedarnos echándonos flores por unos éxitos importantes en lo particular pero magros en lo general.
No se trata de no reconocer lo bueno que se ha hecho o de ver únicamente lo malo. Se trata de aceptar que tenemos mucho camino por recorrer y que el verdadero patriotismo, más que sacar banderitas, presumir maravillas naturales que nos tocaron en suerte y repetir como loritos frases optimistas, es conocer y reconocer nuestros problemas, con conciencia crítica, para buscar soluciones. Querer de verdad a este país es, más allá de desearlo, buscar el camino para solucionar todo lo que nos molesta de él. Si no, no tenemos derecho de quejarnos porque nos afuera nos consideren un país de tercera, ni de exigir que no "ensucien" nuestra imagen internacional si hemos hecho muy poco por mejorarla y mucho por maquillarla. Así no sale un país adelante. Por el contrario, hacernos los de la vista gorda sí le hace un daño inmenso a Colombia.
lunes 17 de septiembre de 2007, 00:30 COT
Muy interesante la visión de Carlos Raúl.
Colombia se dañó entre 1994-1998 y el gran culpable fue míster Samper, sin dejar de lado a sus asesores comunistas.
lunes 17 de septiembre de 2007, 00:37 COT
Carlos Raúl:
A mi parecer, tal vez uno de los errores más notables de los colombianos es estar pendientes de cómo nos ven afuera. Lo cierto es que nos ven muy parecido a como somos: un pueblo amable, tropical, violento y con muchos problemas sociales internos, pero con la preocupación permanente de quedar bien ante el mundo.
Qué bueno sería trabajar todos en la erradicación de la corrupción, la politiquería y las mafias que tanto nos asfixian. Sólo si lo logramos algún día, el mundo nos verá con respeto y admiración.
Saludo,
Sentido Común
lunes 17 de septiembre de 2007, 07:09 COT
Carlos Raúl:
Excelente análisis. Lo que pienso es que internamente en el país, lo que se irradia desde ciudades como Bogotá desconoce (y siempre ha desconocido) todo el conflicto e incluso la ausencia del estado en varias zonas del país. Colombia aún padece del centralismo feudal en especial a lo que se refiere mediáticamente. Y eso que en las periferias de grandes ciudades como Bogotá, se vive el conflicto día a día.
Saludos
lunes 17 de septiembre de 2007, 07:42 COT
Felicitaciones Carlos Raúl por este inteligente ejercicio de análisis y ponderación de datos y criterios para evaluar lo que pasa en Colombia.
Para mí este artículo es un buen ejemplo de periodismo de calidad. Comparar sistemas de medición, auscultar cifras y criterios para evaluar avances y retrocesos en diversos países del planeta requiere un trabajo que aquí ha sido hecho de manera muy prolija y juiciosa.
Queda claro que los colombianos bajo el gobierno de Uribe han mejorado sus condiciones de vida y aliviado un poco la carga de violencia que ha azotado al país durante demasiados años. Pero queda mucho por hacer y ojalá el próximo gobierno recoja lo mejor de esta administración y se enrute a logros más estructurales y de largo alcance. El crecimiento económico no es uno de ellos, por cierto.
lunes 17 de septiembre de 2007, 14:04 COT
[…] Ra
martes 18 de septiembre de 2007, 07:59 COT
Carlos Raul: Una ecxelente radiografia del país a través de unos datos no manipulados por el gobierno de turno… ¡Que lejos estamos del sueño de un país equilibrado!
martes 18 de septiembre de 2007, 09:43 COT
hola Carlos,
Sé que Paolo (Bogotalia) habia comentado e incluso escrito a los autores de uno de esos indices.
Hay estadisticas que son escandalosas. Hoy voy a citar una: el exterminio de sindicalistas. Un sector en el que Colombia es lider mundial desde hace varios anhos.
Justamente hoy salio el informe del estado de los sindicalistas en el mundo. (Ver el informe en varias lenguas de la Confederacion Sindical Internacional:
http://survey07.ituc-csi.org/ . Ver
el comunicado aca: http://www.ituc-csi.org/spip.php?article1405&lang=fr )
Afirma el informe: (sera necesario traducirlo? )
“La Colombie continue d’être l’endroit le plus dangereux du monde pour l’exercice de l’activité syndicale, avec 78 meurtres perpétrés en toute impunité par des escadrons de la mort paramilitaires ayant des liens avec des responsables du gouvernement ou agissant au service d’employeurs. Sur les 1165 meurtres documentés entre 1994 et 2006, seul 56 auteurs ont été traduits en justice et 14 condamnés”.
saludos
jueves 20 de septiembre de 2007, 23:13 COT
Excelente articulo. Un análisis serio a partir de varias fuentes. Es un articulo realista, algo difícil de encontrar hoy en día, donde las opiniones suelen estar sesgadas por ideologías, intereses personales y temor.
Decir que aun falta mucho por mejorar, no significa ser enemigo de la nación.
viernes 21 de septiembre de 2007, 09:40 COT
Agradezco mucho los comentarios y observaciones de todos.
Como le decía a Álvaro, yo no lo llamaría un “análisis”, sino más bien un recuento de unos indicadores de esos que les gustan tanto a los fanáticos de las cifras, con alguna opinión personal y ya. Simplemente quería dejarles claro a los chicos “Colombia es pasión” y demás campañas patrioteras que ignorar los problemas que tenemos, por más cosas “bonitas” que tengamos, no tiene nada de “patriótico” ni de “nacionalista”.
Colombia lleva "dañada" mucho tiempo. Creo que podríamos fácilmente culpar a todos los gobiernos, incluido este, que a pesar de algunos logros, todavía bebe de las fuentes de la politiquería y del clientelismo y es blando con el paramilitarismo. Pero la culpa al final la tenemos todos, por no saber ejercer nuestro derecho al voto y no hacerlo responsablemente. Hay que acabar con el "voto útil" y el "voto por una teja", que tanto daño le ha hecho a la "democracia más estable de América".
A mí no me parece malo que nos preocupemos por cómo nos ven afuera. Lo que sí me parece malo es que sólo nos preocupemos por eso en lugar de arreglar nuestros problemas y de atender a la población vulnerable, sin caer desde luego en el asistencialismo. De nada sirve sacar banderitas de Colombia en el parque de la 93.
Lo de los sindicalistas es vergonzoso y muy grave (escandaloso como dice o-lu), pero también hay que decir que en Colombia los sindicalistas no son peritas en dulce. Ellos no luchaban tanto por los derechos de los trabajadores sino por los privilegios de sus dirigentes (¿se acuerdan de Telecom?), por eso casi nadie les cree hoy en día.
Sí leí lo de Bogotalia, pero no supe si ya lo concluyó.
No nos podemos quedar en el optimismo barato y hacernos los de la vista gorda con todo lo que pasa, ni mucho menos ignorar la gentecita que rodea al primer mandatario (léase J. J. Rendón, entre otros).
Un saludo a todos.
viernes 21 de septiembre de 2007, 17:22 COT
[off topic]: Felicitaciones por la nominación al Premio Colombia en Línea que obtuvo equinoXio, por segunda vez. Saludos a todo el staff de colaboradores de este medio.
victorsolano.com
sbado 22 de septiembre de 2007, 07:13 COT
“Lo de los sindicalistas es vergonzoso y muy grave (escandaloso como dice o-lu), pero también hay que decir que en Colombia los sindicalistas no son peritas en dulce. Ellos no luchaban tanto por los derechos de los trabajadores sino por los privilegios de sus dirigentes (¿se acuerdan de Telecom?), por eso casi nadie les cree hoy en día.”
Carlos, disculpa, quisiera entender mejor tu percepcion. Te pareceria mas justificable el asesinato de peritas en vinagre que el de peritas en almibar?
sbado 22 de septiembre de 2007, 08:01 COT
O-lu, no estaba justificando la masacre de sindicalistas. Simplemente quería contarte la percepción que en Colombia existe de los sindicalistas (percepción anterior a los señalamientos del culebrero; insisto en el tema Telecom) y de por qué acá en Colombia -a diferencia de Europa- no se forma un escándalo y hay muy poca solidaridad hacia lo que queda del sindicalismo colombiano.
Un saludo.
domingo 23 de septiembre de 2007, 09:09 COT
¡Qué fácil es escribir sobre lo que todos sabemos! ¿Por qué no mejor tratar de buscar soluciones? Me es muy fácil resumir lo que otros escriben, pero nos es difícil dar soluciones.
lunes 24 de septiembre de 2007, 00:59 COT
Me parece, Preocupado, que si lee con cuidado los comentarios, verá que todos estamos tratando la solución: mayor participación ciudadana en los temas vitales. El Estado no es ni redención ni panacea, en cambio los ciudadanos tenemos en nuestras manos la forma de cambiar este lamentable estado de las cosas o de mantener por siempre el statu quo.
lunes 24 de septiembre de 2007, 01:03 COT
Carlos Raúl:
¿Evitas hacer fiestas ruidosas en tu casa para no molestar a los vecinos, o es acaso para que opinen bien de tí? De seguro que si es por lo primero, lo segundo vendrá por añadidura…Saludo, SC
lunes 24 de septiembre de 2007, 11:09 COT
Inquisido católico, menos mal que antes del gobierno de Ernesto Samper Colombia era un remanso de paz, un paraiso terrenal….
martes 25 de septiembre de 2007, 04:09 COT
Por definicion los sindicalistas luchan por mejorar sus condiciones. (Y es algo que hacen también otros sectores sociales)
Que en Colombia algunos sindicalistas hayan exigido (y obtenido) privilegios exagerados, es bien posible.
El problema es ligar este tema con el asesinato de sindicalistas. No tiene nada que ver lo uno con lo otro.
En muchos paises (y diria que sobre todo en Europa) existe también la percepcion de que los sindicatos exageran en sus demandas. Pero jamas de la vida se le ocurriria a nadie, bajo ese pretexto, pedirle a la fuerza publica que los apabulle, o contratar paramilitares para eliminarlos. Nunca he visto que aca en Europa se sindique a sindicalistas (y se les juzgue) como “terroristas”, cosa que si sucede en Colombia (precisamente en Telecom).
Yo pienso, Carlos, que la manera como es tratado el tema del sindicalismo revela la incultura politica del colombiano.
De alguna forma, menos mal estan ahi los gringos para exigir el respeto a la ley…
(Mira: http://www.eltiempo.com/economia/2007-09-25/
ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3736550.html)