El “legado” del nieto de un criminal de guerra
Ciudadano del mundo > ColumnasPor Julián Ortega Martínez
sbado 12 de mayo de 2007 1:59 COT
Pancarta pacifista en una casa al sur de Japón (Foto:Chris Gladis/Flickr, licencia CC-BY)
Esta semana, el catálogo de avisos con noticias de la co-gobernante familia Santos publicó un artículo del periodista peruano Mario Castro Ganoza, acerca de la reforma constitucional que el ultraderechista primer ministro japonés Shinzō Abe planea a fin de incrementar, todavía más, el papel de las Fuerzas de Autodefensa niponas. Recordemos que en virtud del artículo 9 de la Constitución de 1947, que el pasado 3 de mayo cumplió 60 años de estar en vigor, Japón tiene terminantemente prohibido iniciar un conflicto bélico y mantener fuerzas armadas, salvo las necesarias para su propia defensa. Los pacifistas ven con preocupación la propuesta, que venía de tiempo atrás y que, con Abe en el poder, está por materializarse.
Entrevistado por Castro, el periodista español Javier de Esteban, al preguntársele por la posibilidad de un resurgimiento del militarismo japonés en la primera mitad del siglo pasado, que terminó en Hiroshima y Nagasaki, tranquilizó a los lectores con estas dulces palabras: "Abe es un conservador, pero yo no lo calificaría de ‘ultranacionalista’ ni de peligro para la estabilidad de la región". Con él concuerdan muchos otakus, fanáticos del anime y del manga, y por consiguiente de todo lo que huela a Japón… salvo de sus temas políticos, por ejemplo, los cuales desconocen casi por completo. En enero pasado, en mi columna ¿El final del pacifismo japonés?, que daba cuenta de la creación del ministerio de Defensa, no faltó el que gritara Nippon banzai!, congratulándose por las intenciones del nieto de Nobusuke Kishi, criminal de guerra que se salvó de los Juicios de Tokio (el Núremberg japonés) y quien se convertiría en primer ministro a finales de los cincuenta.
Como he mencionado en anteriores ocasiones, Abe pertenece a la camarilla ultraderechista que promueve el negacionismo de los crímenes y las atrocidades cometidas por el entonces Imperio Japonés: la masacre de Nankín, las "mujeres de solaz", la unidad 731 (peor que los campos de concentración nazis y comparable a los descuartizamientos de personas vivas que practican los paramilitares colombianos). No en vano, Abe apoya organizaciones que persiguen reformas de los libros de texto para que los niños y jóvenes desconozcan el terrible pasado de su país. Hace unas semanas se anotaron una polémica victoria, al ordenar al Ministerio de Educación alterar algunos pasajes de los libros de texto para disimular el hecho de que el Ejército Imperial ordenó el suicidio masivo de buena parte de la población civil del sureño archipiélago de Okinawa, durante una batalla que duró casi tres meses en 1945 y que cobró la vida de más de 100.000 japoneses. Camarilla de la que salen altos funcionarios que afirman que las mujeres son "máquinas de procrear".
En el artículo del Diario Oficial chibcha, de forma bastante ingenua, se afirma que Japón busca "independizarse" en materia defensiva de los Estados Unidos, vista la amenaza que todavía representa el régimen tiránico de Corea del Norte. Si las Fuerzas de Autodefensa niponas tienen uno de los presupuestos más altos del mundo (para ser "no beligerantes"), ¿se imaginan el que tendrían como Fuerzas Armadas regulares? ¿Y el uso de armas nucleares, a pesar de ser Japón el único país del mundo que ha sido víctima de ellas? ¿No ha estado Japón promulgando resoluciones, reinterpretando la Constitución, para poder mandar tropas a apoyar a EUA en Iraq? El tiempo, los fallecimientos de los hibakusha y una buena dosis de negacionismo (por eso las reformas educativas) acaban minando cualquier oposición.
Si bien el artículo 9 es sólo una parte de los cambios que pretenden Abe y su combo, sin duda es el tema más polémico de todos. Un sondeo del Mainichi Shimbun encontró que el 58% de los encuestados apoya una reforma constitucional. A cifras similares llega el más "izquierdista" Asahi Shimbun, aunque esta publicación destaca que el 78% cree que la Constitución ha contribuido a la paz en Japón. Los puntos que más acogen los japoneses son las propuestas de reconocer mayores derechos (especialmente el de una mayor intimidad), relajar las leyes sobre la propiedad de la tierra (la más cara del mundo) para permitir proyectos públicos y mayor descentralización. Apenas un 10% apoya la reforma por los motivos esgrimidos por el oficialista Partido Liberal Democrático.
Abe busca dejar como legado el haber iniciado el largo camino para la enmienda. Primero, las dos terceras partes de la Dieta deben apoyar la propuesta de referendo (hasta ahora ha sido aprobada por la Cámara de Representantes en primer debate). Si pasa, se realiza el referendo, que con mayoría simple aprobaría las reformas. Pero mientras los temas que interesan a la mayoría de los japoneses (empezando por su bolsillo) no son los mismos que interesan al primer ministro, éste se enfrenta a una posible resolución que se tramita en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, detrás de la cual está el demócrata Mike Honda, a quien la ultraderecha nipona llama "agente de los chinos", que pretende que el gobierno de Japón se disculpe sincera y enérgicamente por el papel que desempeñó como promotor del esclavismo sexual durante la guerra, cuando obligó a miles de mujeres a convertirse en prostitutas para goce del Ejército Imperial, algunas de las cuales (chinas, coreanas, filipinas, holandesas, tailandesas, vietnamitas, malayas y japonesas) han esperado seis décadas por una disculpa y una reparación. Abe, que en marzo declaró que Japón no había forzado a nadie a convertirse en "mujer de solaz", ofreció una disculpa fingida durante su reciente visita a Washington. A eso se suma el reciente descubrimiento de documentos que afirman que, al comienzo de la ocupación estadounidense de la posguerra, los soldados gringos también "disfrutaron" de las esclavas sexuales.
Lo advertía el analista Minoru Morita cuando le dijo a la revista Time que Abe "es el político más peligroso de Japón […] De los más de 700 miembros de la Dieta, Abe es el más derechista, el más apasionado, el más nacionalista. Él es el político que podría llevar al país a la guerra". En Okinawa se han hecho sentir las protestas por la construcción de un aeropuerto militar estadounidense en la bahía de Henoko, que se suma a la base existente desde 1972. La conmemoración del sexagésimo aniversario de la Constitución estuvo marcada por las manifestaciones de rechazo a las reformas propuestas por el oficialismo. El movimiento pacifista crece, mientras el régimen busca justificar la necesidad de reformar "un articulito" para apoyar las misiones "humanitarias" en Oriente Medio y nacionalizar el polémico santuario Yasukuni, donde son venerados algunos de los criminales de guerra, entre ellos el ex primer ministro Hideki Tōjō (juzgado y ejecutado en 1948), cuya nieta está haciendo campaña para obtener un escaño en la cámara alta en las legislativas de julio y quien hace poco estuvo "defendiendo" el templo en la televisión surcoreana.
El artículo 9, el pacifismo en su máxima expresión, un "tesoro" en palabras de Kazuo Shii, líder del "moderado" Partido Comunista Japonés, está a punto de irse a la caneca por los deseos de un sujeto extremista, peligroso y con poder, que prefiere negar los crímenes de sus ancestros en vez de ocuparse de temas más "cotidianos", como la reciente ola de crímenes mafiosos que tuvo como una de sus más notables víctimas al pacifista alcalde de Nagasaki. ¿Será que un país tan tradicionalmente apolítico permitirá que una norma que despierta admiración y orgullo sea enterrada en nombre de "la patria" y del "derecho a la autodefensa", que como hemos visto, sirve para justificar atrocidades?
sbado 12 de mayo de 2007, 22:44 COT
Antes que nada, quiero destacar su entrada, la cual me parece bien documetada, clara y concisa.
Concuerdo con usted en que el Japón no debe reformar su constitución, a pesar de los aires guerreristas que se pueden sentir no solo en Colombia, sino en todo el mundo. Pero debo hacer una aclaración (y probablemente una rectificación de lo que dije en Enero pasado).
Si en mis manos estuviera, ni Colombia, ni USA, ni el Japón, ni ningún país del mundo tendrían siquiera una escopeta, pero pienso que no solo el Japón debe hacer cambios para bien (reducción de armamento, tropas activas, etc.) en su política militar, sino también sus vecinos, USA y los países influyentes en el orden mundial, aunque se que lo que digo es muy ingenuo e improbable que pase. Lo que el Japón busca actualmente es un mayor poder de decisión en el mundo actual, aparte de su evidente poder económico.
Por otra parte, de esta declaración: “En enero pasado, en mi columna ¿El final del pacifismo japonés?, que daba cuenta de la creación del ministerio de Defensa, no faltó el que gritara Nippon banzai!, congratulándose por las intenciones del nieto de Nobusuke Kishi, criminal de guerra que se salvó de los Juicios de Tokio (el Núremberg japonés) y quien se convertiría en primer ministro a finales de los cincuenta.” (Tomado de equinoXio), hay dos cosas que quiero aclarar:
1. Yo no siento alegría por las políticas de Shinzō Abe. Pienso que agrava en cierta manera la situación en el extremo oriente, que además podría extenderse más alla, a pesar de que considero necesario que el Japón tome un papel militar independiente al de USA.
2. Independientemente de mi admiración por el Japón, no considero glorioso su pasado militarista, ya que, aparte de los chinos, coreanos, taiwaneses, etc., los japoneses también sufrieron mucho, tanto de manos extranjeras como de sus propios compatriotas gobernantes.
3. Con respecto a esta afirmación: “Con él concuerdan muchos otakus, fanáticos del anime y del manga, y por consiguiente de todo lo que huela a Japón… salvo de sus temas políticos, por ejemplo, los cuales desconocen casi por completo.” (Tomado de equinoXio), primero, no soy un otaku (aunque casi llego hasta allá, pero en fin); segundo, al igual que ud., me gusta mucho lo que huela a Japón (me doy cuenta de ello ya que la mayoría de las entradas que hace en La Columna y en este blog citan algo sobre Japón); y tercero, considero que se más de política japonesa que de manga y anime (aunque yo se poco de política japonesa en comparación con mucha gente, incluido usted). Lo de Nippon Banzai!, fue algo muy pasional y exagerado de mi parte…
Gracias por gastar su tiempo leyendo este post, y saludos..
PD: Si se sintió ofendido por algo de lo que dije, pido sinceras disculpas.
lunes 14 de mayo de 2007, 08:03 COT
Memín, un saludo. En realidad no me ofendió nada de lo que dijiste, pero sí me extrañó, claro. Aclaro que no me gusta “todo lo que huela a Japón”, pues en varias ocasiones he denunciado y señalado errores y cosas que en mi opinión pueden ser censurables, aunque desde luego eso es porque tengo un interés inusual en ese país.
Sobre el artículo de enero pasado no fuiste el único. Y en el artículo sobre el derechista gobernador de Tokio, afirmaste que tenía “puntos de vista interesantes”.
Lo malo del buen artículo del señor Castro son precisamente esas afirmaciones que buscan derrumbar las prevenciones y las denuncias que se han hecho en contra del primer ministro Abe y sus ministros.
Mientras tanto, avanza el camino hacia la militarización y la reforma constitucional. Por un lado, es casi un hecho que Japón ampliará por dos años su misión en Iraq, mientras que la cámara alta aprobó una legislación que sirve de punta de lanza para la reforma constitucional la cual, no obstante, se demorará por lo menos tres años. Yo no sé hasta qué punto sea necesaria una reforma constitucional para que el país “recupere la asertividad”.
Nuevamente un saludo y gracias por los comentarios.
jueves 17 de mayo de 2007, 00:02 COT
[…] de su operación, del movimiento pacifista y de las posibilidades de una reforma constitucional, cuando una llamada telefónica le llegó a la colega que estaba a mi lado. Eran malas […]
domingo 20 de mayo de 2007, 17:04 COT
Hola Julián: Al parecer el programa de cohetes espaciales también podría apuntar al desarrollo de misiles nucleares de largo alcance, ¿o no? Bueno, usted sabe que soy de derecha, pero detesto cualquier “ultra”, venga de dónde venga. Pero la doctrina de la “seguridad nacional”, aunque se esté usando como “disculpa”, justificaría sobre el papel el rearme de Japón, como usted lo expone en otras palabras, y dado que tiene tres enemigos potenciales, como son Rusia, China y Corea del Norte. Por supuesto debería acabarse la carrera armamentista, y usted sabe que estoy en contra de las armas nucleares, y las plantas nucleares también. Pero ese es el argumento “de peso” con el que seguramente Japón reiniciaría su carrera armamentista. Lo de la “negación” es muy cierto, y aplica también a países como Alemania o Italia, pero ese tipo de demagogias son de minorías con pocom potencial electoral. Pero bajo la doctrina de la “seguridad nacional”, que es un concepto manejado tanto en la centro-izquierda como la centro-derecha si se podría dar a corto plazo la “despacificación” del Japón. Amanecerá y veremos. SALUDOS. THILO.
martes 3 de julio de 2007, 11:11 COT
[…] porque no ve reflejado en sus bolsillos el lento pero estable renacer de la economía. Ni sus propuestas de reforma a la Constitución pacifista ni sus tácticas clientelistas parecen dar […]
jueves 16 de agosto de 2007, 02:02 COT
[…] de la dieta y gritando consignas. El primer ministro de la época era Nobusuke Kishi, abuelo de Abe. Maruya, trabajando entonces como médico en Tokio, se unía a los manifestantes cada […]
mircoles 12 de septiembre de 2007, 00:29 COT
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sbado 22 de septiembre de 2007, 14:27 COT
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lunes 5 de noviembre de 2007, 08:51 COT
[…] común, sacudido por escándalos y metidas de pata de su gabinete y empecinado en maquillar el pasado imperial nipón y en reformar la Constitución pacifista. Fukuda, un […]
sbado 27 de septiembre de 2008, 11:31 COT
Aclarando que ni Mario Castro Ganoza ni el español Javier de Esteban son perioditas, el primero da sus pininos en una revista que creó y dirige y el segundo es investigador de la lengua japonesa.